proposito definido es estar en Nags Head el 15.

Pete lo habia dispuesto asi: se proponia encontrarse alli.

Ryan me puso la mano en el hombro. Sus ojos expresaban algo mas que un interes profesional.

– ?Volvera con nosotros?

Me lo habia estado preguntando a mi misma toda la semana. ?Lo haria? ?Volver a que? ?Al trabajo? ?Podria volver a pasar por todo aquello de nuevo y encontrarme con otro psicopata retorcido? ?Regresar a Quebec? ?Soportaria que Claudel me hiciera picadillo y me sometiera a alguna junta disciplinaria? ?Y que sucedia con mi matrimonio? Aquello no tenia nada que ver con Quebec. ?Que haria con Pete? ?Que sentiria al verlo?

Tan solo habia tomado una decision: no pensar en ello de momento. Me habia prometido dejar a un lado el incierto porvenir y disfrutar despreocupadamente de mi tiempo libre con Katy.

– Desde luego -respondi-. Tendre que concluir mis informes y luego declarar.

– Si.

Se produjo un tenso silencio. Ambos sabiamos que no era aquella la respuesta esperada.

Ryan se aclaro la garganta y saco algo del bolsillo de su chaqueta.

– Claudel me pidio que le entregara esto.

Me tendia un sobre marron con las siglas del CUM en la esquina superior izquierda.

– Estupendo.

Me lo meti en el bolsillo y lo acompane a la puerta. Lo veria mas tarde.

– Ryan.

El hombre se volvio.

– ?Puede usted hacer esto dia tras dia, ano tras ano y no perder la fe en la especie humana?

No respondio en seguida. Parecio centrarse en un punto del espacio que habia entre nosotros; luego fijo su mirada en la mia.

– De vez en cuando la especie humana engendra depredadores que se alimentan de aquellos que los rodean. Pero no pertenecen a la especie: son mutaciones de ella. A mi parecer, esos monstruos no tienen derecho a respirar el oxigeno de la atmosfera. Pero estan ahi, por lo que contribuyo a enjaularlos y a meterlos donde no puedan danar a los otros. Consigo que la vida sea mas segura para la gente que se levanta, acude al trabajo cada dia, cria a sus hijos, cultiva sus tomates o cuida sus peces tropicales y ve los partidos de futbol los domingos. Esa es la especie humana.

Lo vi marcharse y de nuevo admire el modo en que llenaba su pantalon. Y tambien su cerebro. Tal vez, me dije sonriente. Tal vez Dios lo quisiera.

Al anochecer Katy y yo salimos a tomar un helado y luego subimos a la montana. Sentada en mi punto de observacion preferido distinguia todo el valle. Recortado por el San Lorenzo como una negra linea en la distancia, el rutilante panorama de Montreal se extendia desde sus margenes.

Desde mi observatorio, como un pasajero en la Montana Rusa, contemplaba el paisaje. Pero el trayecto por fin habia acabado. Tal vez me encontraba alli para despedirme.

Acabe mi helado y, al meter la servilleta en el bolsillo, me encontre con el sobre de Claudel.

?Diablos!, ?por que no leerlo?

Lo abri y aparecio una nota manuscrita. Para mi sorpresa, no era la queja oficial que esperaba. El mensaje estaba escrito en ingles.

«Doctora Brennan:

Usted tenia razon: nadie debe morir en el anonimato. Gracias a usted, asi ha sucedido con esas mujeres. Gracias a usted ha concluido la carrera criminal de Leo Fortier.

Constituimos la ultima linea de defensa contra ellos, contra los proxenetas, los violadores, los asesinos a sangre fria. Me sentire muy honrado si volvemos a trabajar juntos.

Luc Claudel.»

Arriba en la montana, la cruz brillaba suavemente enviando su mensaje por el valle. ?Que era lo que decia Kojak? «Alguien te quiere, pequena.»

Ryan y Claudel lo habian comprendido: eramos el ultimo baluarte.

Contemple la ciudad a mis pies. Quedate: alguien te quiere.

– A la prochaine -dije en la noche veraniega.

– ?Que quiere decir? -se intereso Katy.

– Hasta la proxima vez.

Mi hija parecio sorprendida.

– Vamonos a la playa.

RESENA BIBLIOGRAFICA

Kathy Reichs

Kathy Reichs nacio en Chicago y se doctoro en Northwestern. Trabaja como antropologa forense en Carolina del Norte y en el Laboratorio de Ciencias Juridicas y Medicina legal de Quebec. Forma parte asimismo de la direccion de la Academia Americana de Ciencias Forenses y es profesora de Antropologia de la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte.

En la actualidad divide su tiempo entre las ciudades de Charlotte y Montreal, y figura como testigo experta en numerosos juicios por asesinato. Su experiencia y versatilidad en el campo de la medicina forense, se ha visto reflejado en su obra literaria de la mano de su alter ego, la doctora Temperance Brennan. Su primera novela, Testigos del silencio, obtuvo varios premios (entre ellos el Ellis Award canadiense a la Mejor Primera Novela) y un extraordinario exito de ventas y criticas. La relacion con el personaje de la doctora Brenna se ha demostrado fructifera, con otras novelas ya publicadas.

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