– ?Y Katy?

– Tranquila. En breve estara aqui. Vino antes, pero usted se hallaba inconsciente.

Lo mire inquisitiva.

– Aparecio con una amiga poco antes de que se la llevase la ambulancia. Se trata de una companera de McGill. Aquella tarde habia pasado por su casa sin llave, pero consiguio cruzar la puerta exterior. Al parecer sus vecinos no son muy estrictos con la seguridad.

Se metio el pulgar en el cinturon.

– Pero no logro entrar en el piso. La llamo al despacho sin exito. Por lo tanto dejo la mochila como senal de que estaba en la ciudad y se puso de nuevo en contacto con su amiga.

»Se proponia regresar a la hora de cenar, pero estallo la tormenta y las muchachas se refugiaron en Hurleys' y tomaron unas bebidas. Intento llamar, mas no consiguio establecer contacto. Cuando llego, estuvo a punto de sufrir un infarto, pero logre tranquilizarla. Una agente especializada permanece en estrecho contacto con ella y la mantiene al corriente de la situacion. Varias personas le han ofrecido su casa, pero ha preferido seguir con su amiga. Acude aqui cada dia y esta ansiosa por verla.

No pude contener unas lagrimas de alivio. Ryan me ofrecio amablemente un panuelo. Me resultaba extrana mi mano sobre la manta verde del hospital, como si perteneciera a otra persona. En la muneca llevaba una pulsera de plastico. Distingui motas de sangre bajo las unas.

Nuevos retazos de recuerdos acudieron a mi memoria. El relampago: la empunadura de un cuchillo.

– ?Y Fortier?

– Mas tarde hablaremos de ello.

– No, ahora.

Se intensificaba el dolor de cuello. Sabia que no podria seguir conversando mucho rato: Florence Nightingale no tardaria en regresar.

– Aunque perdio mucha sangre, los avances de la medicina salvaron a ese canalla. Segun tengo entendido la hoja atraveso la orbita pero luego se desvio por el etmoides sin penetrar en el craneo. Perdera un ojo, pero tendra senos mas grandes.

– Es usted un provocador, Ryan.

– Entro en su edificio por la puerta mal asegurada del garaje y luego forzo su cerradura. Como no habia nadie en la casa desarticulo el sistema de seguridad, desconecto la electricidad y, por ultimo, el telefono. Luego aguardo. Probablemente estaba alli cuando Katy llamo y dejo su mochila.

Otro carambano de temor. Una mano demoledora, un collar asfixiante.

– ?Donde se encuentra ahora?

– Aqui.

Intente incorporarme y senti que se me revolvia el estomago. Ryan me empujo con suavidad contra la almohada.

– Se halla sometido a intensa vigilancia, Tempe. No ira a ninguna parte.

– ?Y que hay de Saint Jacques? -inquiri con voz temblorosa.

– Mas tarde.

Me quedaban cientos de preguntas que formularle, pero era demasiado tarde. Volvia a sumirme en el vacio donde habia permanecido los dos ultimos dias. La enfermera regreso y dirigio a Ryan una fulminante mirada. No lo vi marcharse.

La siguiente vez que desperte Ryan y Claudel charlaban quedamente junto a la ventana. Habia oscurecido. Acababa de sonar con Jewel y Julie.

– ?Ha estado aqui Jewel Tambeaux?

Se volvieron hacia mi.

– Vino el jueves -dijo Ryan.

– ?Y Fortier?

– Ha superado el estado critico.

– ?Ha hablado?

– Si.

– ?Es el Saint Jacques?

– Si.

– ?Y que ha declarado?

– Tal vez esto deberia aguardar hasta que recobre usted las fuerzas.

– Cuentemelo.

Cambiaron una mirada y se aproximaron. Claudel se aclaro la garganta…

– Se llama Leo Fortier, tiene treinta y dos anos, vive cerca de la isla con su esposa y dos hijos. Cambia constantemente de trabajo: no tiene empleo fijo. Grace Damas y el tuvieron una aventura en 1991. La conocio en una carniceria donde ambos trabajaban.

– La Boucherie Sainte Dominique.

– Oui

Claudel me dirigio una extrana mirada.

– Las cosas comenzaron a ir mal. Ella lo amenazaba con contarselo a su mujer y comenzo a apremiarlo para que le diera dinero. El la cito en la tienda para entregarselo fuera de horas. Entonces la mato y la descuartizo.

– Muy arriesgado.

– El propietario estaba fuera de la ciudad y el establecimiento cerrado durante quince dias. Alli tenia todo el equipo necesario. Pues bien, la descuartizo, condujo sus restos a Saint Lambert y los enterro en los jardines del monasterio del que, al parecer, se encarga su tio. O el anciano le dio la llave o la consiguio el por sus medios.

– Emile Roy.

– Oui.

De nuevo la mirada.

– Eso no es todo -intervino Ryan-. Utilizo el monasterio para desembarazarse de Trottier y Gagnon. Las condujo alli, las mato y las descuartizo en el sotano. Despues lo limpio todo para que Roy no sospechase. Pero esta manana, cuando Gilbert y los chicos han tirado Luminol en el sotano, ha brillado tanto como la Orange Bowl.

– De igual modo tuvo acceso al Gran Seminario -comente.

– Si. Dice que se le ocurrio la idea cuando seguia a Chantale Trottier. El piso de su padre se encuentra al volver la esquina. Roy tiene todas las llaves de la iglesia colgadas de un tablon, claramente marcadas. Fortier se limito a coger la que deseaba.

– ?Ah! Y Gilbert tiene una sierra de cocinero para usted. Dice que resplandece -intervino Ryan.

Debio de advertir alguna expresion especial en mi rostro.

– Cuando se encuentre mejor.

– Estoy impaciente.

Trataba de esforzarme, pero mi dolorido cerebro volvia a resentirse.

En aquel momento entro la enfermera.

– Es asunto policial -dijo Claudel.

Ella cruzo los brazos y nego con la cabeza.

– Merde!

Los obligo a salir inmediatamente, pero regreso al momento acompanada de Katy. Mi hija cruzo la habitacion sin decir palabra y asio mis manos con fuerza, los ojos llenos de lagrimas.

– Te quiero, mama -me dijo con dulzura.

Por unos momentos me limite a mirarla sintiendo bullir mil emociones en mi interior. Amor, gratitud, indefension. Acaricie a aquella criatura como si fuera el unico ser de la tierra. Deseaba desesperadamente su felicidad, su seguridad, y me sentia completamente incapaz de asegurarselos. Adverti que tambien yo estaba llorando.

– Y yo tambien te quiero, pequena.

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