verdes los tienen las nayades, verdes los tuvo Minerva, y verdes son las pupilas de las huris del Profeta. El verde es gala y ornato del bosque en la primavera. Entre sus siete coloresbrillante el Iris lo ostenta. Las esmeraldas son verdes, verde el color del que espera y las ondas del Oceano y el laurel de los poetas. Es tu mejilla temprana rosa de escarcha cubierta, en que el carmin de los petalos se ve al traves de las perlas. Y sin embargo, se que te quejas, porque tus ojos crees que la afean: pues no lo creas. Que parecen sus pupilas, humedas, verdes e inquietas, tempranas hojas de almendro que al soplo del aire tiemblan. Es tu boca de rubies purpurea granada abierta que en el estio convida a apagar la sed con ella. Y sin embargo, se que te quejas, porque tus ojos crees que la afean: pues no lo creas. Que parecen, si enojada tus pupilas centellean, las olas del mar que rompen en las cantabricas penas. Es tu frente que corona crespo el oro en ancha trenza, nevada cumbre en que el dia su postrera luz refleja. Y sin embargo, se que te quejas, porque tus ojos crees que la afean: pues no lo creas. Que, entre las rubias pestanas, junto a las sienes, semejan broches de esmeralda y oro que un blanco armino sujetan. Porque son, nina, tus ojos verdes como el mar te quejas; quizas si negros o azules se tornasen lo sintieras.

XIII

Tu pupila es azul y cuando ries su claridad suave me recuerda el tremulo fulgor de la mananaque en el mar se refleja. Tu pupila es azul y cuando lloras las trasparentes lagrimas en ella se me figuran gotas de rocio sobre una violeta. Tu pupila es azul y si en su fondo como un punto de luz radia una idea me parece en el cielo de la tarde una perdida estrella.

XIV

Te vi un punto y flotando ante mis ojos la imagen de tus ojos se quedo, como la mancha oscura orlada en fuego que flota y ciega si se mira al sol. Y dondequiera que la vista clavo torno a ver sus pupilas llamear; mas no te encuentro a ti, que es tu mirada, unos ojos, los tuyos, nada mas. De mi alcoba en el angulo los miro desasidos fantasticos lucir: cuando duermo los siento que se ciernen de par en par abiertos sobre mi. Yo se que hay fuegos fatuos que en la noche llevan al caminante a perecer: yo me siento arrastrado por tus ojos, pero adonde me arrastran no lo se.
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