EPILOGO

La Tierra es una cesta demasiado pequena y fragil para que la especie humana conserve en ella todos sus huevos.

Robert A. Heinlein

Tim Hamner se detuvo en lo alto de un pequeno cerro. Al moverse crujian unos papeles en el bolsillo de su chaqueta.

La larga ladera a su espalda bullia de actividad. Equipos de animales arrastraban rastrillos por el duro suelo, mientras en los campos adyacentes, los tractores accionados con metanol, araban surcos profundos. Miriadas de motas blancas brillaban en el suelo, detras de los rastrillos. Enriquecida por el gas de mostaza y la derrota de la Nueva Hermandad, aquella tierra produciria en abundancia.

Tres carros electricos avanzaban por la carretera. Otro de ellos estaba al lado de Tim Hamner. Era hora de bajar la colina y volver al trabajo, pero se quedo alli unos momentos mas, disfrutando del brillante sol y el claro cielo de primavera. Era un dia magnifico.

Ante el se extendia el valle de San Joaquin. Gran parte de lo que habia estado sumergido, era ahora tierra pantanosa. En medio del agua habia una pequena isla, la colonia de prisioneros, donde los miembros de la Hermandad que no habian querido ir al exilio permanente trabajaban en los cultivos. Jakov mandaba alli. Ahora le llamaban «camarada»... y el camarada les habia dado el comunismo. Pero segun la teoria marxista la historia ha seguido etapas definidas, de la sociedad esclavista a la feudal, de la feudal a la capitalista... y el valle apenas habia pasado la etapa esclavista de la historia. La tierra no estaria preparada para el comunismo durante largo tiempo. Entretanto, el camarada estaba dispuesto a reeducar a los prisioneros.

Tim se encogio de hombros. El camarada y Hooker los mantenian organizados, y cuidaban de sus propios cultivos. Si escapaban, a nadie le importaba.

Mas a su izquierda, en el sur distante, vio las humaredas de vapor de la central nuclear. Mas cerca, los grupos de obreros que tendian las lineas de fuerza. Dentro de un par de semanas tendrian electricidad en la fortaleza. El invierno habia sido duro, muy duro. El hijo de Eileen habia estado a punto de morir, y estaba todavia en el hospital. La tasa de mortalidad infantil era superior al cincuenta por ciento, pero estaba descendiendo lentamente, y segun las notas de Forrester, cuando recuperaran los libros que habia ocultado en Tujunga, sabrian como fabricar penicilina.

Las notas de Forrester. Aquel era el trabajo de Tim, transcribir las numerosas cintas que contenian todo lo que Dan Forrester habia dictado antes de morir. Si no se hubieran comprometido a salvar la central nuclear tal vez hubieran podido preparar insulina, y Dan lo sabia, naturalmente. El invierno se llevo la vida de su mago, como las de otros muchos. Saber que un amigo habia sobrevivido era siempre una buena noticia. Tim se dio una palmadita sobre el bolsillo.

A veces el pasado acudia violentamente a la mente, sin aviso. Tim Hamner toco el telegrama que llevaba en el bolsillo. ?Medio cometa! El observatorio de Kitt's Peak habia confirmado su descubrimiento. Tim meneo violentamente la cabeza y se echo a reir. En el bolsillo llevaba tambien el arrugado papel que Harry el cartero le habia traido ayer, un pagare por un cuarto de millon de dolares.

?Harry Stimms estaba vivo! ?Que recibiria por aquel pagare? ?Un empleo en la central nuclear? Stimms debia tener facultades para la mecanica y los chicos de la central estaban en deuda con Tim. Si eso no era posible... ?Podria dedicarse a colaborar para el embarazo de las vacas? Era una tarea que valdria facilmente un cuarto de millon. Tim contemplo el cielo azul, contento.

Una fina y clara linea cruzo el cielo. Por un instante no supo que era. Tenia que dar aviso, pero ?como llamaban antes a aquellas cosas?

—?Atencion, control! ?Un avion a reaccion!

Habian recibido algunas noticias procedentes de Colorado Springs: que algunos ocupantes del avion habian sobrevivido. Harvey y Maureen tendrian que llegar a un acuerdo con Colorado Springs cuando regresaran de su visita a una fosa septica en Tujunga. Pero aunque lo habian oido por la radio, no era lo mismo que ver la clara linea a traves del cielo. Tim habia olvidado lo hermoso que podia ser.

Saludo solemnemente el aparato.

—Puedes volar —dijo. Alzo la voz—: Puedes volar—. Pero nosotros dominamos la electricidad.

El asteroide era un vastago del torbellino: una aspera pepita de ferroniquel con algunos estratos petreos, cuyo eje mas largo media cinco kilometros. Todavia no existia el hombre sobre la Tierra cuando el paso del poderoso Jupiter arranco la pepita de su orbita y la lanzo hacia el espacio interestelar.

Ocurrio en la segunda vuelta de su larga y estrecha orbita eliptica. La superficie de hierro estaba ahora helada, con hielos extranos, al pasar por el extremo de la curva y empezar a retroceder hacia el Sol.

Y el gigante negro estaba alli. Su anillo de bolas de nieve cometarias brillaba ancha y hermosa bajo la luz estelar. Los rayos infrarrojos trazaban bandas y espirales en su tormentosa superficie. Era la unica gran masa entre las estrellas, y el asteroide se curvo hacia ella y aumento su velocidad.

Los rayos infrarrojos banaron y licuaron el hierro helado. El planeta anillado se hizo enorme.

El asteroide cayo a traves del plano del anillo a veinte kilometros por segundo. Golpeado y lleno de crateres brillantes, retrocedio, llevando en su pequeno campo gravitatorio una nube de masas heladas procedentes del anillo. Llegaban como sirvientes, por delante y detras, formando un diseno semejante a los brazos curvos de una galaxia espiral. El asteroide y un monton de cometas se liberaron del gigante negro y empezaron su larga calda hacia el torbellino.

FIN

AGRADECIMIENTOS

Extractos de Gifford Lectures, 1948, por Emil Brunnen.

Extractos de una conferencia privada de Robert Heinlein. Reimpreso con autorizacion.

De «Pureza, dulzura, cultura», por Frank Garparick. Copyright 1977, Frank Garparick. Utilizado con permiso del autor.

De Como terminara el mundo, por Daniel Cohen. Copyright 1973, McGraw-Hill. Utilizado con permiso de McGraw-Hill Book Co.

De El mono desnudo, por Desmond Morris. Copyright 1967. McGraw-Hill. Utilizado con permiso de McGraw-Hill Book Company.

Extracto de La conexion cosmica, por Carl Sagan. Copyright 1973, Carl Sagan y Jerome Agel. Reproducido con permiso de Doubleday and Company, Inc.

Extractos de La proxima Edad Oscura, por Roberto Vacca. Copyright 1973, Doubleday and Company, Inc. Reproducido con permiso de Doubleday and Company, Inc.

De Lunas y planetas: una introduccion a la ciencia planetaria, por William Hartman. Copyright 1972, Wadsworth Publishing Co., Inc. Utilizado con permiso de Wadsworth Publishing Co., Inc.

Extractos de Soberania, por Bertrand de Jouvenal. Copyright 1957, University of Chicago Press. Utilizado con permiso de University of Chicago Press.

De La furia de los elementos, por Frank W. Lane. Copyright 1965, Chilton Book Co.

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