– Que bien.
Peter sonrio y fue a sentarse al lado de la rectora. Harriet se sento discretamente al otro lado de la mesa, junto a la decana. Todo lo que aun seguia vivo en Peter, Harriet lo tenia en la palma de la mano, como una manzana madura. La doctora Baring le habia pedido que comenzara, y eso estaba haciendo el, con la voz impersonal del secretario que lee las actas de una reunion de empresa. Tenia varios papeles ante el, entre otros, segun observo Harriet, su informe, que debia de haberse llevado el lunes por la manana, pero empezo a hablar sin consultar ni una sola nota, dirigiendose a un jarron lleno de calendulas que habia en la mesa enfrente de el.
– No considero necesario que perdamos el tiempo revisando todos los detalles de esta situacion, que es sumamente confusa. En primer lugar, expondre los puntos mas destacados tal y como se me explicaron cuando vine a Oxford el pasado domingo, con el fin de mostrarles la base sobre la que construi mi teoria. A continuacion formulare dicha teoria y aducire las pruebas que espero y creo que consideraran concluyentes. He de decir que practicamente todos los datos necesarios para el establecimiento de mi teoria estan contenidos en el valiosisimo resumen que preparo la senorita Vane y que me entrego a mi llegada. El resto de las pruebas son simplemente lo que la policia denomina trabajo de rutina.
Esto si que es adaptar tu estilo a tus oyentes, penso Harriet. Miro a su alrededor. Los miembros del claustro guardaban un respetuoso silencio, como feligreses a punto de escuchar un sermon, pero noto la tension nerviosa en el aire. No sabian que iban a oir.
– Lo primero que sorprende a alguien de fuera es el hecho de que los incidentes comenzaran en las celebraciones de fin de curso. Yo diria que ese fue el primer error que cometio su autora. Por cierto; nos ahorrara tiempo y problemas si me refiero a dicha autora con el tradicional termino de X. Si X hubiera esperado al comienzo del trimestre, se habria multiplicado el numero de posibles sospechosas. Por consiguiente, me plantee que incitaria a X a no esperar hasta un momento conveniente.
»No parece muy probable que ninguna de las alumnas que ya residian el college pudiera provocar la animosidad de X, porque los incidentes siguieron produciendose en el siguiente trimestre, pero no durante las vacaciones de verano, de modo que me dedique a averiguar que personas habian llegado en la fiesta de fin de curso y residian aqui el bimestre siguiente. Solo una cumplia tales requisitos, y era la senorita De Vine.
La sala se alboroto, como un maizal cuando sopla el viento.
– Las dos primeras pruebas cayeron en manos de la senorita Vane. Una de ellas, que equivalia a una acusacion de asesinato, la encontro en una manga de su toga y, quiza por una coincidencia, podria ir dirigida a ella, pero es posible que la senorita Martin recuerde que habia dejado la toga de la senorita Vane en la sala del profesorado junto a la de la senorita De Vine. Yo creo que X, confundiendo «H.D.Vane» con «H. De Vine», puso la nota en la toga que no debia. Por supuesto, no puedo probarlo, pero la posibilidad da que pensar. El error, si fue tal, desvio la atencion del objeto central de la campana desde el principio.
El tono desapasionado de la voz de Peter no se altero lo mas minimo al exponer aquella vieja ignominia para a renglon seguido relegarla al olvido, pero la mano que habia sujetado la de Harriet se tenso unos segundos y despues se relajo. Harriet contemplo aquella mano mientras se movia entre los papeles.
– La segunda nota, que por casualidad recogio la senorita Vane en el patio, fue destruida, como la anterior, pero por la descripcion, deduzco que era un dibujo similar a este. -Desprendio un papel del clip y se lo dio a la rectora-. Representa un castigo infligido por una figura femenina desnuda a otra asexuada, vestida con ropajes academicos. Esta parece ser la clave simbolica de la situacion. En el trimestre de otono aparecen mas dibujos parecidos, junto con el ahorcamiento de un personaje academico, tema que se repite en el incidente de la muneca colgada que se encontro mas adelante en la capilla. Tambien se enviaron notas de caracter vagamente obsceno y amenazador que no nos detendremos a considerar. Quiza la mas importante e interesante sea el mensaje dirigido, segun creo, a la senorita Hillyard: «Ningun hombre esta a salvo con mujeres como usted», y el otro, enviado a la senorita Flaxman, en el que le exigen que deje en paz al prometido de otra alumna. Ambas notas insinuaban que el motivo de agravio de X eran celos sexuales normales y corrientes, insinuacion que, en mi opinion, es completamente erronea y contribuyo a oscurecer el asunto de una forma extraordinaria.
»A continuacion, y pasando por alto el incidente de la quema de togas en el patio, llegamos a la cuestion del manuscrito de la senorita Lydgate, mucho mas grave. No creo que sea una coincidencia que las partes mas danadas y las destruidas por completo fueran aquellas en las que la senorita Lydgate rebatia las conclusiones de otros eruditos, hombres todos ellos. Si no me equivoco, vemos que X es una persona que sabe leer y que, hasta cierto punto, es capaz de comprender un trabajo academico. Junto a este atropello podemos colocar la mutilacion de la novela.
»Aparte de estas agresiones personales contra individuos, tenemos el incidente de la hoguera y las esporadicas manifestaciones obscenas de las paredes. Cuando llegamos a los destrozos de la biblioteca, vemos una agresion generalizada de una forma mas espectacular, y empieza ponerse claramente de manifiesto el objeto de la campana. El resentimiento de X pasa de una sola persona a todo el college, y la intencion consiste en provocar un escandalo que desacredite la institucion como tal.
Al llegar aqui, el orador aparto por primera vez la mirada del jarron de calendulas, la paseo lentamente por la mesa y la fijo en el atento rostro de la directora.
– Permitanme que les diga, aqui y ahora, que lo unico que ha frustrado la agresion definitiva ha sido la excepcional solidaridad y el espiritu publico de que ha hecho gala el college en su totalidad. Creo que ese era el ultimo obstaculo que esperaba encontrarse X en una comunidad de mujeres. Nada sino la gran lealtad del claustro hacia el college y el respeto de las alumnas por el claustro se ha interpuesto entre ustedes y una publicidad sumamente desagradable. Es una osadia por mi parte decirles lo que ustedes saben mejor que yo, pero lo digo no solo por mi propia satisfaccion, sino porque esta clase de lealtad constituye al tiempo la excusa psicologica para las agresiones y la unica defensa posible contra ellas.
– Gracias -dijo la rectora-. Estoy segura de que todas las aqui presentes sabran apreciarlo.
– A continuacion llegamos al incidente de la muneca en la capilla -prosiguio Wimsey, de nuevo con la mirada clavada en las calendulas-. Simplemente repite el tema de los primeros dibujos, pero con miras a crear un efecto mas dramatico. Su importancia radica en la cita de la arpia prendida a la muneca, en la misteriosa aparicion de un vestido negro que nadie pudo reconocer, en la posterior condena por robo del antiguo conserje, Jukes, y en el hallazgo del periodico mutilado en la habitacion de la senorita De Vine, que cierra la sucesion de acontecimientos. Volvere a estos puntos mas adelante.
»Fue mas o menos por entonces cuando la senorita Vane conocio a mi sobrino Saint -George, y el le conto que, bajo circunstancias en las que quiza no sea necesario indagar, una noche habia visto a una misteriosa mujer en el jardin, y que ella le dijo dos cosas. En primer lugar, que en Shrewsbury College mataban a los chicos guapos como el, les arrancaban el corazon y se lo comian, y en segundo lugar, que «el otro tambien era rubio».
Este dato era desconocido para la mayoria de los miembros del claustro, y causo cierta sensacion.
– Aqui tenemos realzado el «motivo del asesinato», con un pequeno detalle sobre la victima. Es un hombre, rubio, guapo y relativamente joven. Mi sobrino dijo entonces que no podia comprometerse a reconocer a la mujer, pero en una ocasion posterior la vio y si la reconocio.
Una vez mas la sala se estremecio.
– El siguiente incidente importante fue el asunto de los fusibles desaparecidos.
Al llegar a este punto la decana no pudo contenerse y exclamo:
– ?Que titulo tan bonito para una novela de misterio!
Los ojos velados se alzaron al instante y en las comisuras de los parpados se marcaron las arrugas de expresion.
– Perfecto. Y eso era precisamente. X abandono, sin haber conseguido mas que una novela de misterio con buena publicidad.
– Y fue despues de eso cuando encontraron el periodico en mi habitacion -dijo la senorita De Vine.
– Si -convino Wimsey-. He hecho una exposicion racional, no cronologica… y asi llegamos al final del segundo trimestre. Las vacaciones transcurrieron sin incidentes. En el trimestre de verano nos enfrentamos con el efecto acumulativo de un acoso largo e insidioso a una estudiante de temperamento sensible. Esa fue la fase mas