– Eso dijeron, senorita Adrian. Invitaron a las clientes a acompanarlas para que viesen como es de verdad la vida del rancho. Invitaron tambien al personal. Ya es casi de noche. Enseguida vendran… Ahi vienen.
Cuando el grupo se hizo visible, la senorita Adrian conto las clientes. No faltaba ninguna. Conto al personal. La manicura y la masajista estaban pasandolo como nunca. Era la primera vez que les dejaban participar en una excursion del Rosa de Goma. Si la senorita Adrian hubiese seguido y hubiese contado a las vaqueras, habria descubierto cuatro desapariciones: tres quedaban detras guardando las reses sacrificadas… y Debbie, que, como vegetariana, no habia querido participar en la matanza y estaba ahora sobre el lago Siwash, en el parapeto, con un cineasta, haciendo amor, no carne de vacuno.
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RECETA DE ESTOFADO de
Pele unas cebollas. Pele patatas y zanahorias. Corte la carne en bocaditos. Echela en agua hirviendo. Espolvoree perejil, salvia, romero, simon y garfunkle. Aviso: no use en ningun caso carne del rancho Rosa de Goma.
El rebano del Rosa de Goma seria uno de los mas grandes espectaculos de la tierra para un veterinario.
?Oxiuros? Las vacas del Rosa de Goma tenian tantos oxiuros en los tubos bronquiales que tosian del anochecer al alba como un fumadero de opio lleno de Julianes Hitche. ?Bolas de pelo? Tenian aquellas vacas bolas de pelo que rivalizaban con las agiles plantas rodadoras. Tenian fiebres y fistulas y gases y zancudos. Tenian hernias del rumen y hernias del cuajo. Todo el rebano padecia viruela, que desplegaba sus erupciones pustalares sintomaticas por ubres y tetos. La actinomicosis, que los ganaderos conocen como «quijada grande» o «lengua de madera» asolaba los dientes de aquellos bovinos. Una ojeada a sus gargantas nos hubiese mostrado pruebas de parotitis, por no mencionar los polipos faringeos, grandes como moras. Habia algunos casos de pata chula, parpado invertido y oreja casposa, y uno de los toros, tan afligido se veia por la orquitis que andaba espatarrado para que sus testiculos color geraneo no repicaran, en doloroso gong contra sus patas.
Segun Bonanza Jellybean, el rebano del Rosa de Goma era indicativo de los valores de La Condesa. Para empezar, La Condesa habia comprado un ganado debil y barato; despues, segun Jelly, a ello se habian sumado los cuidados impropios de peones sin ningun interes por su trabajo. Tras intentar en vano restaurar la salud del rebano, Jelly decidio librarlo de su miseria. En realidad, habia sido idea de Delores. Debbie, incapaz de hacer dano a un ser vivo, para quien la naturaleza debia seguir su curso, se opuso a la eutanasia. Naturalmente, la senorita Adrian tambien se opuso. Estaba furiosa.
– ?Que atrevimiento, matar el ganado de La Condesa! ?Veras cuando te ponga las manos encima! ?Que es un rancho sin vacas? -y asi sucesivamente.
La respuesta de Jelly («Vamos a sustituirlas por cabras») la enfurecio mas aun. Estaba decidida a telefonear a La Condesa aquella misma noche, pero intervinieron los cineastas informandola que habian intentado ya, sin exito, hablar con La Condesa: estaba en la Casa Blanca invitado por el presidente y era imposible ponerse en contacto con el.
Los cineastas estaban algo intranquilos por su parte. Habian recibido una carta de instrucciones de La Condesa aquel dia y solo entonces comprendieron que la reina de la jeringuilla vaginal esperaba que filmasen una danza de acoplamiento. ?Una danza de acoplamiento? Por Dios. Era La Condesa como la mayoria de los genios, una persona muy limitada. Sigmund Freud era tan ignorante en cuestiones artisticas que aunque los pintores surrealistas le explicaron una y otra vez su uso de simbolos freudianos, ni asi lo entendio. A Einstein se le olvidaba siempre sacar los bizcochos del horno. Esas mismas fuerzas que impulsan a un genio a crear las cosas o las ideas que nos entretienen o iluminan, suelen devorar tanto su personalidad que no queda nada para gracias sociales (si invitase usted a Van Gog a su casa seria capaz de ponerse de pie en el sofa con las botas llenas de barro y mear donde le diese la gana), y el propio acto creador exige concentracion tan feroz que pueden quedar eclipsadas del todo vastisimas areas de conocimiento. Aunque, claro, no hay prueba alguna de que la capacidad generalizada sea en modo alguno superior a la inteligencia especialista, y desde luego, esa llamita de vela sin chisporroteos de la mente mediocre llamada «sentido comun» jamas ha producido nada digno de celebracion. Pero volvamos a lo nuestro. La Condesa, arrastrada por su genio, habia olvidado un pequeno dato de la naturaleza:
Las aves aparean en primavera. Por muchos halagos, estimulos libidinosos o afrodisiacos canamones que se derrochasen, no lo harian antes. Hasta los buhos cornudos acoplan solo en primavera.
La Condesa habia contratado a un equipo especialista en filmacion de vida salvaje para filmar las grullas chilladoras. Pero no se habia molestado en aclarar que esperaba filmar un ritual de acoplamiento. Los cineastas se sintieron vejados. Aun asi ofrecian la posible alternativa de trasladar la operacion a la Gulf Coats y esperar la primavera. Al parecer, segun le explicaron a la senorita Adrian, hay a veces grullas que bailan la danza fuera del periodo de celo. Ejecutan su ballet, segun parece, solo por desahogo fisico o emotivo. Una grulla puede ejecutar una danza breve pero asombrosa solo por el placer de hacerlo. Quizas una o mas grullas se sintiesen inspiradas y bailasen durante la parada del Lago Siwash. Si los camaras estaban alerta, podrian conseguir filmar suficiente baile para los propositos de La Condesa. En cuanto a la modelo que habia de figurar tambien en la pelicula, podian filmar por separado y luego componer.
La senorita Adrian no sabia que decir.
Tendre que discutirlo con La Condesa -dijo. Tenia una jaqueca venenosa-. Vamos, senorita Hankshaw - murmuro sobreponiendose al dolor-, te ensenare tu habitacion y hare que te den algo de comer… Si hay algo mas que arroz integral y brotes de soja.
El camara contemplo el par de pulgares que balanceandose bordearon el Cadillac: almohadas de azucar, nubes de carne, llenaron las lentes de sus ojos de camara.
Uno de ellos se enjugaba la frente y dijo quejumbroso:
– Vuelve, Watts, todo esta perdonado.
Ay, el Rosa de Goma. Si Disney levantara la cabeza.
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EN LOS DIAS siguientes, el rancho anduvo a la pata coja (mas por imitar la inquietud del flamenco que por lo que llamaba Garcia Lorca «extasis de ciguena»). El rancho no pondria su otra pata en tierra hasta que llegase La Condesa,
Cavaron las vaqueras, entretanto, un pozo de cal para enterrar el ganado. Despues de cavarlo, tuvieron que rellenarlo otra vez. Asi son los agujeros; insaciables. Las vaqueras trabajaron de la manana a la noche. Llevaban la comida en la carreta, y despues de cenar, volvian galopando al barracon y saltaban del caballo a la cama. Desde su ventana, Sissy las veia ir y venir, oia su risa escandalosa y veia abrirse y cerrarse los hoyuelos de sus apretados levis como bocas de peces tropicales.
Aprovechando la ausencia de las vaqueras, intento la senorita Adrian recuperar el control del programa de salud y belleza. Las damas no grunian ya en confusion carbohidratica, intentando hacer subir a la «fiera serpiente» por sus columnas certebrales.
Sissy disfruto de una gira por las instalaciones, la mayor parte de las cuales estaban en un ala del edificio principal: la sauna y los edificios de los banos de vapor y los misterios del «recondicionamientu sexual» estaban separados a varios metros de distancia. La senorita Adrian invito a Sissy a que utilizara la piscina y la sauna siempre que quisiera. Pero la directora estaba muy ocupada arreglando las cosas y tenia poco tiempo para la empulgarada modelo neoyorkina,
Los cineastas hablaron con ella la primera manana, cuando recogian provisiones adicionales para los parapetos que, debido a la probable cercania de la Hora Ciguena, no se atrevian a abandonar. Ofrecieron ensenarle la charca y las instalaciones, pero repitieron lo que ya habian dicho antes de tener que filmarla por separado.