de interrogatorios, donde Brian Bishop ya estaba sentado con su abogado.

Bishop, ataviado con su mono de papel, tenia ojeras y su piel ya habia adquirido la palidez tipica de la carcel. Se habia afeitado, pero con poca luz o deprisa, porque se habia dejado un par de trozos, y no llevaba el pelo tan arreglado como antes. En tan solo treinta y seis horas ya parecia un veterano. Eso hacia la prision a la gente, Glenn lo sabia. Los institucionalizaba mas deprisa de lo que imaginaban.

Leighton Lloyd miro a Branson y a Nicholl.

– Buenos dias, caballeros. Espero que ahora soltaran a mi cliente.

– Senor, me temo que tras las averiguaciones de anoche, tenemos pruebas suficientes para imputar a su cliente.

El cuerpo de Bishop flaqueo; se quedo boquiabierto y se volvio hacia su abogado, perplejo.

Leighton Lloyd se puso de pie de repente.

– ?Que pasa con la coartada de mi cliente?

– Lo hemos investigado todo -dijo Branson.

– ?Esto es ridiculo! -protesto el abogado-. Mi cliente ha sido totalmente franco con ustedes. Ha contestado a todas las preguntas que le han formulado.

– Ya se recordara en el juicio -respondio Branson. Luego, yendo al grano, se dirigio directamente a Bishop-. Brian Desmond Bishop, se le acusa del asesinato de Katherine Margaret Bishop, el 4 de agosto del presente ano, en Brighton, condado de East Sussex. Tiene derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que diga puede y sera utilizado en su contra en un tribunal de justicia. ?Ha comprendido?

Bishop miro otra vez a su abogado, luego a Branson.

– Si.

La palabra salio como un suspiro.

Branson se volvio hacia Leighton Lloyd.

– Nos encargaremos de los preparativos para trasladar a su cliente a los juzgados de Brighton esta tarde a las dos y solicitaremos prision preventiva para el.

– Nosotros pediremos una fianza -dijo Lloyd con resolucion, luego ofrecio una sonrisa reconfortante a Bishop-. Mi cliente es un miembro honrado de la comunidad y un pilar de la sociedad. Estoy seguro de que esta dispuesto a entregar su pasaporte y en posicion de ofrecer una fianza cuantiosa.

– Eso lo decidira el juez -contesto Branson.

Luego, el y Nicholl volvieron a Sussex House y dejaron a Bishop en manos de su abogado y su carcelero.

Capitulo 104

Despues de que el fiscal se marchara, Grace realizo una llamada interna a su amigo y companero Brian Cook, el jefe del Departamento de Apoyo Cientifico, y le pregunto que sabia sobre el MG quemado que habia llegado al deposito de la policia la noche anterior.

– Aun no hemos asignado el caso a nadie del SOCO, Roy -dijo-. Hay mucha gente de vacaciones y todos los que estan aqui trabajan sin parar en los dos casos de asesinato. ?Por que? ?Crees que esta relacionado?

– No, solo siento curiosidad por que ocurrio.

Pese a las indiscreciones de Glenn Branson, su relacion con Cleo Morey aun no era de dominio publico, y Grace se alegraba de que asi fuera, pues le preocupaba que algunas personas, por la razon que fuese, lo consideraran poco profesional.

– Tengo entendido que es el coche de Cleo Morey, del deposito de cadaveres -dijo Cook.

Grace no estaba seguro de si habia una insinuacion intencionada en la voz del hombre o no.

Luego, disipando cualquier duda, Cook anadio, con una indirecta clara:

– Es amiga tuya, ?no?

– Somos amigos, si.

– Eso he oido. ?Felicidades! Mira, te mantendre informado. Tenemos un agente en el hospital y parece que un hombre relacionado con el asunto esta en soporte vital, asi que tendre que redactar un informe completo. ?Tu solo doblame el presupuesto y dame diez agentes del SOCO mas!

Grace le dio las gracias, luego comprobo las notas de las reuniones que Eleanor habia pasado a limpio. Cuando acabo, abrio la agenda de su Blackberry y repaso meticulosamente el programa del dia. Al menos tenian buenas noticias para la rueda de prensa de esta manana. A las dos de la tarde tenia que acudir a la vista para la fianza de Bishop, por si surgia algun problema. Luego tenia la reunion informativa de las seis y media. Y quiza terminaria pronto esta noche si no se producian avances importantes nuevos. Necesitaba desesperadamente recuperar horas de sueno, antes de que estuviera tan cansado que comenzara a cometer errores. Se sentia peligrosamente cerca de ese punto.

Tres jueces -dos mujeres y un hombre- estaban sentados en el juzgado numero 3 de Edward Street. Era una sala pequena y sencilla, con hileras escalonadas de asientos de madera y una zona pequena para el publico y la prensa en un lateral. Con la excepcion del emblema Dieu et Mon Droit expuesto solemnemente en la pared del fondo, el lugar tenia mas el ambiente de un aula que el aire inquisitorial de uno de los tribunales mas esplendidos de esta zona de Sussex.

Brian Bishop, que ahora ya llevaba su ropa, una chaqueta beis encima de un polo y pantalones anchos azul marino, estaba de pie en el banquillo de los acusados, todavia con un estado de desolacion absoluta.

Frente al tribunal estaban el fiscal, Chris Binns, el abogado de Bishop, Leighton Lloyd, y Grace y Branson, asi como unos treinta periodistas, que abarrotaban la galeria lateral.

Para su desgracia, Grace vio que hoy presidia el tribunal la rubia de bote Hermione Quentin, que lucia un vestido caro. Era la unica juez de la ciudad que le caia realmente mal, pues habia tenido un roce con ella este ano, en este mismo juzgado, por un sospechoso que el queria retener; ella, de un modo totalmente ilogico -y peligrosamente, a su parecer-, rechazo su peticion. ?Haria hoy lo mismo?

La comparecencia fue breve.

Leighton Lloyd expuso sus argumentos apasionados y convincentes sobre por que habia que dejar en libertad bajo fianza a Bishop. Chris Binns lo destrozo demoledoramente. Los jueces solo deliberaron unos momentos antes de que Hermione Quentin hablara.

– Fianza denegada -dijo con altivez, enunciando cada palabra con la precision de una profesora de diccion, dirigiendose alternativamente a Bishop y a su abogado-. La razon no es otra que la gravedad del delito. Creemos que existe riesgo de fuga por parte del senor Bishop. Somos conscientes de que la policia esta investigando un segundo delito grave y el hecho de que el senor Bishop permanezca detenido evitara que pueda interferir con los testigos. Tenemos la sensacion de que es importante proteger a los ciudadanos -luego, como si le hiciera un favor enorme a Bishop, dijo-: Como tiene su residencia aqui, creemos que sera bueno para usted estar retenido en la carcel de Lewes hasta el dia del juicio. Permanecera alli hasta el proximo lunes, cuando debera volver a comparecer ante este tribunal.

Entonces cogio un boligrafo y procedio a escribir algo.

La sala comenzo a vaciarse.

Grace salio de detras de su banco, satisfecho. Pero mientras pasaba por delante del banquillo de los acusados, Bishop le hablo.

– ?Podria hablar un momento con usted, comisario?

Lloyd salto de su asiento y se coloco entre los dos.

– Creo que no es aconsejable -le dijo a su cliente.

– Tampoco has hecho un gran trabajo que digamos -le contesto Bishop. Luego se volvio hacia Roy Grace-. Por favor, yo no lo hice. Por favor, creame -le imploro-. Ahi fuera hay alguien que ha matado a dos mujeres. A mi querida esposa y a una buena amiga mia. No deje de buscar a esa persona solo porque yo este encerrado. ?Por favor!

– ?Senor Bishop! -le reprendio Leighton Lloyd-. No diga nada mas.

Grace salio de la sala con las palabras de Bishop resonando en sus oidos. Ya habia escuchado antes este tipo de suplica desesperada de ultima hora, a criminales que eran totalmente culpables.

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