– ?Como te llamas? -le pregunto con dulzura.
El chico apenas podia concentrarse en ella.
– Te pondras bien. ?Ya veras!
El policia regreso corriendo, con dos abrigos.
– Ayudeme a envolverle con esto.
– Esta cubierto de tejido fundido. ?Cree que deberiamos intentar quitarselo? -pregunto.
– No, solo pongamosle esto alrededor, tan apretado como podamos.
Cleo oyo una sirena en la distancia, primero debil, pero rapidamente comenzo a sonar mas fuerte. Luego otra. Seguida por una tercera.
Desde la oscuridad del interior de su Prius, el Multimillonario de Tiempo observo a Cleo Morey y a dos policias arrodillados en el suelo. Oyo las sirenas. Un destello de luz azul cruzo por delante de sus ojos. Vio llegar el primer coche patrulla. Dos coches de bomberos, luego un tercero. Una ambulancia.
Lo observo todo. No tenia nada mas en lo que emplear el tiempo esta noche. Aun seguia alli, mirando, cuando amanecio y llego la grua, que saco el MG, el interior todo ennegrecido, pero el exterior en buen estado despues de todo, y lo remolco.
De repente, la calle parecia tranquila. Pero dentro de su coche, el Multimillonario de Tiempo estaba furioso.
Capitulo 103
El despertador iba a sonar dentro de unos minutos, a las cinco y media, pero Roy Grace ya tenia los ojos bien abiertos, escuchando el trino de los pajaros al amanecer, pensando. Cleo tambien estaba despierta. Oia como sus pestanas aranaban la almohada cada vez que parpadeaba.
Estaban tumbados de lado, dos cucharas. Abrazo su cuerpo desnudo con fuerza.
– Te quiero -susurro.
– Te quiero mucho -le respondio ella susurrando tambien. Habia miedo en su voz.
Aun estaba en el despacho a la una de la madrugada, preparandose para la reunion con el fiscal, cuando Cleo le habia llamado, en un estado realmente terrible. Habia ido a su casa inmediatamente y luego, mientras la consolaba, habia pasado gran parte de la hora siguiente al telefono, para localizar a los dos policias que habian llegado primero a la escena. Al final, le pasaron con un policia secreto de la Unidad de Delitos contra Vehiculos llamado Trevor Sallis, quien le explico que habian estado haciendo. Todo formaba parte de un plan para atrapar al cabecilla de una banda.
Segun Sallis, un delincuente local habia cooperado con la policia y, en una de esas coincidencias de la vida, el objetivo habia sido el coche de Cleo. Al parecer, algo habia salido muy mal cuando el ladron intento hacer un puente. Por lo visto los coches MG tenian fama de ser dificiles de robar.
La explicacion habia calmado a Cleo. Pero algo sobre el incidente inquietaba profundamente a Grace, aunque no sabia exactamente que. El aspirante a ladron estaba ahora en la Unidad de Cuidados Intensivos del Royal Sussex County Hospital -que Dios lo ayudara en ese lugar, penso para si- e iban a trasladarlo, si sobrevivia a las horas siguientes, a la Unidad de Quemados del East Grinstead. El otro policia, Paul Packer, tambien se encontraba en el mismo hospital, con quemaduras graves, pero su vida no corria peligro.
?Que podia provocar que un coche se prendiera fuego? ?Un delincuente que al toquetear unos cables que no comprendia habia roto la tuberia de combustible?
Cuando el despertador comenzo a pitar, los pensamientos todavia se arremolinaban en su cerebro cansado. Tenia exactamente una hora para ir a casa, ducharse, ponerse una camisa limpia -habia otra rueda de prensa programada para mas tarde aquella manana- y llegar al despacho.
– Tomate el dia libre -le dijo a Cleo.
– Ojala pudiera.
Se despidio de ella con un beso.
Chris Binns, el fiscal al que habian asignado el caso de Katie Bishop, era un engreido que solia mirar a la gente por encima del hombro, en opinion de Grace, algo que compartian bastantes policias mas. Los dos habian tenido muchos encuentros en el pasado y no se llevaban demasiado bien.
Grace pensaba que el trabajo de un policia consistia, principalmente, en servir a la sociedad atrapando a criminales y llevandolos ante la justicia. Binns consideraba que su prioridad era ahorrar a la fiscalia el gasto injustificado de abordar casos que tal vez no terminaban en una condena.
A pesar de lo temprano que era, Binns entro en el despacho de Grace fresco como una rosa, y oliendo a rosas. Era un hombre alto y estilizado de unos treinta y cinco anos, que lucia un corte de pelo ahuecado y tenia una nariz grande y aguilena que daba a su cara la expresion dura de un ave de presa. Iba vestido con un traje gris oscuro bien cortado, demasiado grueso para este tiempo, penso Grace, camisa blanca, corbata elegante y zapatos con cordones negros que debia de haber abrillantado durante toda la noche.
– Me alegro de verte, Roy -dijo con voz altanera, y le dio a Grace un apreton de manos flacido y humedo.
Se sento a la pequena mesa redonda y coloco el maletin de cuero negro en el suelo a su lado, mirandolo con seriedad un momento, como si fuera un perro al que le hubiera ordenado sentarse. Luego abrio el maletin y saco una libreta grande y una estilografica Montblanc del bolsillo de su pechera.
– Te agradezco que hayas venido tan temprano -dijo Grace, reprimiendo un bostezo, los ojos pesados por el cansancio-. ?Te pido un te, un cafe, agua?
– Un te. Con leche y sin azucar. Gracias.
Grace descolgo el telefono y pidio a Eleanor, que tambien habia llegado temprano, a peticion de el, que les trajera un te y un cafe tan fuerte como pudiera prepararlo.
Binns leyo las notas en su libreta un momento, luego alzo la vista.
– ?Asi que detuvisteis a Brian Desmond Bishop a las ocho de la larde del lunes?
– Si, correcto.
– ?Puedes resumirme las razones para imputarle? ?Algun tema que debiera preocuparnos?
Grace le explico que las pruebas clave eran la presencia del ADN de Bishop en el semen hallado en la vagina de Katie Bishop, la poliza contratada sobre la vida de esta solo seis meses antes y su infidelidad. Tambien destaco las dos condenas previas de Bishop por actos de violencia contra mujeres. Saco el tema de la coartada de Bishop, pero luego le mostro al fiscal la hoja de la cronologia que habia pasado a limpio la noche anterior, despues de regresar de Londres, y que demostraba que Bishop habria tenido margen suficiente para ir a Brighton, asesinar a su mujer y luego volver a Londres.
– Imagino que habria estado un poco cansado en el campo de golf el viernes por la manana -dijo Chris Binns con sequedad.
– Al parecer, estaba jugando como nunca -dijo Grace.
Binns levanto una ceja y, por un momento, el comisario se desanimo, preguntandose si ahora Binns pretenderia buscarle los tres pies al gato y solicitar los testimonios de los companeros de golf de Bishop. Pero, para su alivio, lo unico que anadio fue:
– Podia tener un subidon de adrenalina. Por la excitacion de haber matado.
Grace sonrio. Era agradable que el hombre estuviera de su parte, para variar.
El fiscal se subio los punos de la chaqueta, revelando unos gemelos de oro elegantes, y miro su reloj frunciendo el ceno.
– Bueno, ?y ahora que vas a hacer?
Grace habia estado controlando la hora. Eran las siete menos cinco.
– Despues de nuestra conversacion de anoche, nos pusimos en contacto con el abogado de Bishop. Va a reunirse con su cliente a las siete. El sargento Branson, acompanado por el inspector Nicholl, le leera los cargos que se le imputan.
A las siete y media, Glenn Branson y Nicholl, acompanados por un sargento de detencion, entraron en la sala