la novela de Tolstoi perderia su ironia esencial y pareceria una leccion de moral novelada. Pero no es este el caso. En el «Epilogo», que resume todo lo que ocurrio ocho anos despues, vemos a Bezujov abandonar durante un mes y medio su casa y su mujer con el fin de dedicarse en San Petersburgo a una actividad politica semiclandestina. Una vez mas esta dispuesto a buscar un sentido a su vida, a luchar por una causa. Los caminos no terminan y desconocen meta alguna.
Podria decirse que las distintas fases de un itinerario se encuentran en una relacion ironica las unas con las otras. En el reino de la ironia reina la igualdad; significa que ninguna fase del itinerario es moralmente superior a la otra. Boikonski, al poner manos a la obra para ser util a su patria, ?quiere
Si las distintas etapas son tan contradictorias, ?como determinar su denominador comun? ?Cual es la esencia comun que nos permite ver al Bezujov ateo y al Bezujov creyente como un unico y mismo personaje? ?Donde se encuentra la esencia estable del «yo»? Y ?cual es la responsabilidad moral del Boikonski n.° 2 para con el Boikonski n.° I? El Bezujov enemigo de Napoleon ?debe responder al Bezujov que habia sido antano su admirador? ?Cual es el lapso de tiempo durante el cual se puede considerar a un hombre identico a si mismo?
Tan solo la novela puede, in concreto, escudrinar este misterio, uno de los mayores que conoce el hombre; y fue Tolstoi quien probablemente lo hiciera por primera vez.
Conspiracion de detalles
Las metamorfosis de los personajes de Tolstoi aparecen no como una larga evolucion, sino como una repentina iluminacion. Bezujov pasa con enorme facilidad de ateo a creyente. Basta para ello que se sienta trastornado por la ruptura con su mujer y que encuentre en una fonda a un viajero mason que habla con el. Esta facilidad no se debe a una versatilidad superficial. Deja mas bien suponer que el cambio visible habia sido preparado por un proceso oculto, inconsciente, que de pronto explota a la luz del dia.
Andrei Boikonski, gravemente herido en el campo de batalla de Austerlitz, esta volviendo a la vida. En ese momento todo el universo del joven brillante se trastoca: no gracias a una reflexion racional, logica, sino gracias a una simple confrontacion con la muerte y a una larga mirada hacia el cielo. Son estos detalles (una mirada hacia el cielo) los que desempenan un gran papel en los momentos decisivos que viven los personajes de Tolstoi.
Mas adelante, al emerger de su profundo escepticismo, Andrei vuelve otra vez a la vida activa. Este cambio ha estado precedido por una larga discusion con Pierre en el transbordador de un rio. Pierre estaba entonces (este era el estadio momentaneo de su evolucion) positivo, optimista, altruista, y se oponia al misantropo escepticismo de Andrei. Pero durante su discusion se mostro mas bien ingenuo, soltando lugares comunes, y fue Andrei quien, intelectualmente, estuvo brillante. Mas importante que la palabra de Pierre fue el silencio que siguio a su discusion: «Al salir de la barca miro al cielo que le habia mostrado Pierre. Por primera vez desde Austerlitz vio aquel cielo alto e infinito que contemplaba cuando estaba tendido en el campo de batalla. En aquel instante desperto algo alegre y joven en su alma, algo que llevaba largo tiempo adormecido». Esta sensacion fue breve y desaparecio enseguida, pero Andrei sabia que tal sentimiento, «
Otro gran cambio del mundo interior de Andrei Boikonski: mortalmente herido en la batalla de Borodino, acostado sobre una mesa de operaciones en un campamento militar, se siente repentinamente invadido por un extrano sentimiento de paz y reconciliacion, un sentimiento de felicidad que ya no lo abandonara; este estado de felicidad es tanto mas extrano (tanto mas hermoso) cuanto que la escena es de una extraordinaria crueldad, llena de detalles espantosamente precisos acerca de la cirugia en una epoca en que se desconocia la anestesia; y lo mas extrano en este estado extrano: fue provocado por un recuerdo inesperado e ilogico: cuando el enfermero le quita la ropa «Andrei recuerda los dias lejanos de su primera infancia». Y unas frases mas adelante: «Despues de tantos sufrimientos, Andrei sintio un bienestar que no conocia desde hacia tiempo. Los mejores instantes de su vida, en particular su primera infancia, cuando le quitaban la ropa, cuando lo acostaban en su pequena cama, cuando su nodriza le cantaba nanas, que, con la cabeza metida en la almohada, el era feliz de sentirse vivir, estos instantes se presentaban en su imaginacion no como el pasado, sino como la realidad». Solo mas tarde, vio Andrei, en una mesa cercana, a su rival, el seductor de Natacha, Anatol, a quien un medico le estaba cortando la pierna.
Lectura corriente de esta escena: «Andrei, herido, ve a su rival con una pierna amputada; este espectaculo lo llena de una inmensa piedad por el y por el hombre en general». Pero Tolstoi sabia que estas repentinas revelaciones no se deben a causas tan evidentes y tan logicas. Fue una curiosa imagen fugitiva (el recuerdo de su ninez cuando le quitaban la ropa de la misma manera que lo hacia el enfermero) la que desencadeno todo, su nueva metamorfosis, su nueva vision de las cosas. Segundos despues, el propio Andrei olvido sin duda este milagroso detalle, asi como probablemente lo olvida enseguida la mayoria de los lectores que leen novelas con tan poca atencion y tan mal como «leen» sus propias vidas.
Y otro gran cambio mas, esta vez el de Pierre Bezujov, que toma la decision de matar a Napoleon, decision precedida de un episodio: se entera por sus amigos masones que, en el decimotercer capitulo del
La manera meticulosa con la que describe Tolstoi todos los cambios ortograficos que hace Pierre con su nombre para llegar al numero 666 es irresistiblemente comica: