sus libros.

Los trabajos de Jacob Neusner nunca seran suficientemente elogiados. Sus traducciones de la Mishna y la Tosefta tienen un valor incalculable, y sus ensayos son brillantes. Es un coloso. Entre los expertos judios, destacar a Geza Vermes y David Flusser. Este ultimo me hizo ver ciertas cosas del Evangelio segun san Lucas en las que no habia reparado antes.

Entre los libros que tratan todo el desarrollo de Jesus en las artes quiero destacar The Human Christ, de Charlotte Alien, un ensayo que trata de como las primeras investigaciones sobre el Jesus historico afectaron a la iconografia de Jesus en el cine y las novelas. La obra de Luke Timothy Johnson me ha sido siempre de ayuda, lo mismo que los trabajos de Raymond E. Brown y John P.

Meier. La obra de Sean Freyne sobre Galilea es extraordinariamente importante, tanto como la de Eric M. Meyers.

Quiero mencionar tambien Lord Jesus Christ, de Larry Hurtado; The Historical Reliability of John's Gospel, de Craig Blomberg; y la obra de Craig S.

Keener, que apenas he empezado a leer. Asimismo, admiro mucho a Kenneth L. Gentry, Jr.

Roger Aus siempre me ensena alguna cosa aunque discrepo totalmente de sus conclusiones. Los escritos de Mary S. Thompson son maravillosos.

Tambien muy recomendables, las obras de Robert Alter y Frank Kermode sobre la Biblia en tanto que literatura, asi como Mimesis de Erich Auerbach. En general, debo elogiar la obra de Ellis Rivkin, Lee I. Levine, Martin Goodman, Claude Tresmontant, Jonathan Reed, Bruce J. Malina, Kenneth Bailey, D. Moody Smith, C. H. Dodd, D. A. Carson, Leon Morris, R. Alan Culpepper y el gran Joachim Jeremias. Gracias especiales a BibleGateway.com.

Aprendi algo de todos y cada uno de los libros que examine.

El experto que tal vez me haya dado las mejores pistas, y que continua haciendolo a traves de su ingente produccion, es N. T. Wright. Es uno de los autores mas brillantes que jamas he leido, y su generosidad al estudiar a los escepticos y comentar sus teorias ha sido de gran inspiracion para mi. Su fe es tan inmensa como vastos sus conocimientos.

En su libro The Resurrection of the Son of God responde con fundados argumentos a la pregunta que me ha acosado toda la vida. El cristianismo, segun N. T. Wright, llego donde llego porque Jesus resucito de entre los muertos. Fue este hecho lo que dio a los apostoles la fuerza necesaria para crear y divulgar el cristianismo. No habria sido posible sin la resurreccion.

Wright va mucho mas alla de situar toda la cuestion en una perspectiva historica. No puedo hacerle justicia en estas pocas lineas, tan solo recomendarlo sin reservas y seguir estudiando su obra.

Naturalmente, mi busqueda no ha concluido. Hay miles de paginas de los eruditos ya mencionados que aun debo leer y releer.

Me queda mucho por estudiar de la obra de Josefo, de Filo, de Tacito, de Ciceron, de Julio Cesar. Y hay una ingente cantidad de textos de arqueologia: debo volver a Freyney a Eric Meyres, y hay nuevas excavaciones en Palestina, y mientras escribo esto se estan imprimiendo mas libros sobre los Evangelios.

Pero ahora veo una gran coherencia en la vida de Cristo y en el inicio del cristianismo que antes se me escapaba, y veo tambien la sutil transformacion del mundo antiguo debido a su estancamiento economico y al asalto de los valores del monoteismo, valores judios mezclados con valores cristianos, algo para lo que esa sociedad no estaba quiza preparada.

Hay tambien teologos que deberia estudiar, leer mas a Teihlard de Chardin, a Rahner, a san Agustin.

En algun momento de mi viaje particular, mientras me desilusionaba de los escepticos y sus fragiles conclusiones, comprendi algo respecto de mi libro: el reto era escribir sobre el Jesus de los Evangelios. ?Por supuesto!

Cualquiera podia escribir sobre un Jesus progresista, un Jesus casado, un Jesus gay, un Jesus rebelde. La «busqueda del Jesus historico» habia devenido una broma debido a las muchas definiciones que se habian adjudicado a Jesus.

El verdadero reto era tomar el Jesus de los Evangelios, esos Evangelios que yo veia cada vez mas coherentes, que me atraian como testimonios elegantes en primera persona, dictados sin duda a escribas, pero sin duda tambien tempranos, los Evangelios confeccionados antes de que cayera Jerusalen; tomar el Jesus de los Evangelios e intentar entrar dentro de el e imaginar que sentia.

Luego estaban las leyendas -los apocrifos-, como las tentadoras historias del Evangelio de Tomas, donde se describe a un Jesus muchacho matando a un nino de un golpe, devolviendo la vida a otro, convirtiendo pajaros de barro en seres vivos, ademas de otros milagros. Me habia tropezado con esas historias en la primera fase de mi investigacion y en multiples ediciones, y no las habia olvidado. Tampoco el mundo las olvido. Eran historias fantasticas, en algunos casos comicas, excepcionales todas, pero habian pervivido hasta la Edad Media e incluso mas alla. No podia quitarme esas leyendas de la cabeza.

Finalmente decidi incorporar ese material, insertarlo en el armazon canonico lo mejor que pudiera. Estaba convencida de que contenia una verdad profunda, y queria conservarla. Esto, por supuesto, no es sino una conjetura, pero la asumi. Y tal vez, al asumir que Jesus manifesto efectivamente poderes sobrenaturales a temprana edad, estoy siendo fiel a la declaracion del Concilio de Calcedonia: que Jesus fue Dios y Hombre en todo momento.

Intento ser fiel a Pablo cuando dijo que Nuestro Senor se vacio por nosotros, en el sentido de que mi personaje se ha vaciado de su conciencia divina a fin de sufrir como ser humano.

Ofrezco este libro a todos los cristianos, a los fundamentalistas, a los catolicos romanos, a los cristianos mas progresistas, con la esperanza de que mi aceptacion de doctrinas mas conservadoras tenga para ellos cierta coherencia en el aqui y ahora de este libro. Lo ofrezco a los eruditos con la esperanza de que disfruten quiza viendo los frutos de mi investigacion, y por supuesto lo ofrezco a aquellos a quienes tanto admiro y que han sido mis maestros, aunque no los conozca personalmente ni probablemente haya de conocerlos nunca.

Ofrezco este libro a aquellos que nada saben de Jesucristo, con la esperanza de que puedan verlo o intuirlo a traves de estas paginas. Ofrezco esta novela con amor a los lectores que han seguido mi trayectoria en todos sus extranos giros, con la esperanza de que Jesus sea tan real para ellos como cualquiera de los personajes que he lanzado a este mundo que compartimos.

Despues de todo, ?no es Cristo Nuestro Senor el definitivo heroe sobrenatural, el outsider definitivo, el mas inmortal de todos ellos?

Si el lector me ha seguido hasta aqui, le doy las gracias. Podria anadir a esta nota una bibliografia de aterradora longitud, pero no lo hare.

Permitaseme, para concluir, mostrar mi agradecimiento a las personas que me han apoyado y me han servido de inspiracion a lo largo de estos anos:

El padre Dennis Hayes, mi director espiritual, que siempre ha respondido con paciencia a mis preguntas teologicas.

El padre Joseph Callipare, cuyos sermones sobre el Evangelio de san Juan fueron brillantes y maravillosos. El tiempo que he pasado en su parroquia de Florida ha sido uno de los periodos mas hermosos de mi investigacion y de mi trabajo.

El padre Joseph Cocucci, cuyas cartas y charlas sobre teologia han sido una gran inspiracion.

Los padres redentoristas, los sacerdotes de mi parroquia en Nueva Orleans, cuyos sermones me han sustentado y cuyo ejemplo ha sido siempre una luz brillante. Me apena dejarlos. La educacion de mi padre en el Seminario Redentorista de Kirkwood (Misuri) cambio sin duda el curso de mi vida. Nunca podre pagar mi deuda con los redentoristas.

Los padres Dean Robbins y Curtis Thomas, de la parroquia de la Natividad de Nuestro Senor, que me han acogido como nueva feligresa. Me apena dejarlos.

El hermano Becket Ghioto, cuyas cartas han sido pacientes, sabias y llenas de maravillosas revelaciones y respuestas.

Y para terminar, pero no por ello menos importante, dar las gracias a Amy Troxler, mi amiga y companera, que me ha dado respuestas a tantas preguntas fundamentales y soportado mis incesantes desvarios, que ha estado conmigo en misa y me ha traido la comunion cuando yo no podia ir, que me ayudo tanto como para que me sea imposible expresarlo de palabra. Fue Amy la que estuvo a mi lado aquella tarde de 1998 cuando pregunte si conocia a algun sacerdote que pudiera oirme en confesion, que pudiera ayudarme a volver a la Iglesia. Fue Amy

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