que no merezco que vuelvas, no mas de lo que lo merecia la primera vez. Pero te lo ruego, no me dejes solo. Angel de Dios, mi querido custodio, te necesito.

Nadie podia oirme en la galeria silenciosa y oscura. Solo soplaba una tenue brisa matutina, y en lo alto del cielo neblinoso las estrellas emitian sus ultimos parpadeos.

– Echo de menos a las personas que he dejado -segui diciendole, aunque no estaba alli-. Echo de menos el amor que senti en ti, y el amor por todos ellos, y la felicidad, la pura felicidad de arrodillarme en Notre Dame a dar gracias al cielo por lo que me habia dado. Malaquias, tanto si todo ha sido real como si no, vuelve a mi lado.

Cerre los ojos. Aguce el oido por si escuchaba los cantos de los serafines. Intente imaginarlos delante del trono de Dios, ver aquel resplandor glorioso y oir su inacabable canto de alabanza.

Tal vez a traves del amor que sentia por aquellas personas de una epoca lejana habia entreoido algo de aquella musica. Tal vez la habia oido cuando Meir, Fluria y toda la familia partieron sanos y salvos de Norwich.

Paso largo tiempo antes de que abriera los ojos.

Habia llegado el alba, y todos los colores de la galeria eran visibles. Contemple los geranios de color purpura que rodeaban los naranjos plantados en los tiestos toscanos y pense en lo extraordinariamente hermosos que eran, y de pronto me di cuenta de que Malaquias estaba sentado al otro lado de la mesa.

Me sonreia. Su aspecto era exactamente el mismo de la primera vez que lo vi. La complexion delicada, el cabello negro sedoso, los ojos azules. Estaba sentado con las piernas extendidas a un lado, apoyado en el codo, y me miraba como si llevara largo tiempo haciendolo.

Senti un temblor en todo el cuerpo. Alce las manos como para rezar, me cubri la boca mientras tragaba saliva, y susurre con voz tremula:

– Gracias al cielo.

El se echo a reir sin ruido.

– Hiciste un trabajo esplendido -dijo.

Me disolvi en lagrimas. Llore como habia llorado la primera vez, al regresar.

Me vino a la mente una cita de Dickens, y la pronuncie en voz alta porque la habia memorizado muchos anos atras:

– «El cielo sabe que no hemos de avergonzarnos de nuestras lagrimas, porque son la lluvia que disuelve el polvo cegador de la tierra posado sobre nuestros duros corazones.»

Sonrio al oirlo, y asintio.

– Si fuera humano, yo tambien lloraria -susurro-. Es mas o menos como una cita de Shakespeare.

– ?Por que estas aqui? ?Por que has vuelto?

– ?Por que crees? -pregunto-. Tenemos otro encargo y no nos queda mucho tiempo que perder, pero hay algo que debes hacer antes de empezar, y tendrias que hacerlo ahora mismo. He estado esperando que lo hagas todos estos dias. Pero has escrito la historia que tenias que escribir, y lo que te corresponde hacer ahora no esta claro para ti.

– ?Que puede ser? ?Dejame hacerlo, y vamos luego a nuestro nuevo encargo!

Me senti demasiado excitado para seguir sentado en mi silla, pero es lo que hice mientras lo miraba con impaciencia.

– ?No sacaste ninguna leccion practica del modo como trato Godwin a Fluria? -pregunto.

– No se lo que quieres decir.

– Llama a tu antigua novia de Nueva Orleans, Toby O’Dare. Tienes un hijo de diez anos. Y necesita saber de su padre.

13.40 h

21 de julio de 2008

Nota de la autora

Este libro es una obra de ficcion. Sin embargo, algunos sucesos y personas reales han inspirado los sucesos y personajes de la novela.

Meir de Norwich existio realmente, y un manuscrito de sus poemas en hebreo se conserva en los Museos Vaticanos. Pero poco o nada se sabe de el, aparte de que vivio en Norwich y nos dejo ese manuscrito. Lo menciona V. D. Lipman en The Jews of Medieval Norwich (Los judios del Norwich medieval), publicado por la Sociedad Historica Judia de Londres, y en ese libro incluye poemas de Meir en su lengua hebrea original. Hasta donde yo se, no existe ninguna traduccion de la obra de Meir al ingles.

Quiero insistir en que el personaje de Meir en mi novela es ficcion, y que mi proposito ha sido solo rendir tributo a una persona de la que nada sabemos.

Los nombres de la novela, en particular Meir, Fluria, Lea y Rosa, eran comunes entre los judios de Norwich y han sido tomados del libro de V. D. Lipman y de otras fuentes materiales. Tambien esos personajes son pura ficcion.

Hubo en la realidad un Isaac de Norwich que fue un eminente medico judio, pero mi retrato de ese hombre es tambien ficcion.

Norwich tenia en esa epoca un autentico sheriff que puede, sin duda, ser identificado historicamente, y tambien un obispo, pero no he considerado oportuno utilizar sus nombres ni incluir ningun detalle relacionado con ellos, porque son personajes de ficcion en una historia de ficcion.

El pequeno san Guillermo de Norwich existio efectivamente, y el libro de Lipman recoge la tragica historia de la acusacion a los judios de haberle dado muerte, como tambien Cecil Roth en A History of the Jews in England (Una historia de los judios en Inglaterra), publicada por Clarendon Press.

Igualmente es cierta la historia del pequeno san Hugo de Lincoln, y de los tumultos de los estudiantes de Oxford contra los judios. Roth y Lipman me prestaron una ayuda inmensa.

Muchos otros libros me han sido de inestimable utilidad para escribir el libro, entre ellos The Jews of Medieval Western Christendom, 1000-1500 (Los judios de la cristiandad occidental medieval, 1000-1500), de Robert Chazan, publicado por la Cambridge University Press, y The Jews in the Medieval World: A Source Book, 315-1791 (Los judios en el mundo medieval: fuentes, 315-1791), de Jacob Rader Marcus, publicado por Hebrew Union College Press de Cincinnati. Otras dos fuentes valiosas han sido Jewish Life in the Middle Ages (La vida de los judios en la Edad Media), de Israel Abrahams, publicado por la Jewish Publication Society of America, y Medieval Jewish Civilization: An Encyclopedia (Enciclopedia de la civilizacion judia medieval), de Norman Roth, publicada por Routledge.

He consultado muchos otros libros, demasiado numerosos para mencionarlos aqui.

Los lectores interesados en la Edad Media disponen de abundantes fuentes, incluidos libros sobre la vida cotidiana medieval, y tambien gran numero de libros ilustrados sobre la vida medieval pensados para los jovenes pero esclarecedores para todos. Hay muchos libros sobre las universidades, las ciudades, las catedrales y otros aspectos de la Edad Media.

Mi agradecimiento, muy en particular, a la Jewish Publication Society of America por sus muchas publicaciones sobre la historia y la vida de los judios.

Me he inspirado para este libro en Lew Wallace, el autor de Ben-Hur, que en mi opinion es un gran clasico fundamental del que pueden disfrutar tanto los cristianos como los judios.

Tengo la esperanza de que mi libro resulte tambien atractivo por igual para cristianos y judios, y para lectores de otros credos, o sin ningun credo. Me he propuesto dar una imagen precisa de las complejas interrelaciones de judios y cristianos, incluso en las epocas de peligro y persecucion para los judios.

Como ha observado un estudioso, no se puede pensar en los judios de la Edad Media solo para referirnos a sus penalidades. El pensamiento judio incluye a muchos grandes filosofos y escritores, como Maimonides y Rashi, mencionados mas de una vez en esta novela. La comunicacion, la organizacion comunitaria y otros aspectos de la vida de los judios estan hoy bien documentados por muchos estudiosos, y todavia se sigue reuniendo abundante informacion relacionada con la vida de los judios en epocas anteriores.

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