Alicia ha cumplido su palabra de guardar absoluta discrecion. Los hombres que introduce a la alcoba del show, saben desde el primer momento, que con ella las cosas no pasaran de una descarnada aventurilla. Instruida por el propio Victor, y a sabiendas de que el oye desde el otro lado del espejo todas sus conversaciones, Alicia declara de entrada ser la amante de un extranjero rico, que vive con ella alli; y queda bien claro que aquella escaramuza solo es posible mientras el este de viaje.
En dos ocasiones, en que notara demasiado interes de los tipos por averiguar detalles, los corto en seco:
– ?Viniste a templar o a averiguarme la vida?
A un iluso (o bandido, quiza), que al tercer encuentro le declaro la profundidad de sus sentimientos hacia ella, lo enfrio sin piedad:
– ?Ay, no comas mierda, chico! A mi me gustan los millonarios y tu no tienes donde caerte muerto.
Elizabeth (por una patologica timidez, segun Victor) nunca se ha dejado ver de Alicia; pero como testimonio de complacencia con su ars amandi, le regalo una vajilla de Sevres de noventa y seis piezas, con la que Margarita se arrebato de felicidad; y al volver de uno de sus viajes, le trajo una guitarra espanola de marca.
De hecho, Victor vive en el apartamento que sirve de escenario a Alicia, y ella, en general, con su mama. Y nadie en la compania sabe que Alicia existe.
En los meses de julio y agosto, en que Elizabeth se marchara a Nueva York, Victor requirio a Alicia varias veces para si. Luego aquello se convirtio en norma, y cuando Elizabeth no estaba en Cuba, Alicia pasaba semanas enteras en la casa del estanque, con o sin Victor.
Desde el inicio, la relacion sexual habia sido muy satisfactoria para ambos. La pasaban bien. Y aunque durante esos encuentros, no tenia que hacerle ningun show, Victor le pagaba integramente sus mensualidades. Era derrochador, principesco. Asi le gustaban a Alicia los hombres. Sin mezquindad, sin calculo.
El descapotable que le asignaran para salir de caceria, puede utilizarlo a su arbitrio. Eso le ha permitido pasear un poco a su madre, frecuentar con ella Varadero, Vinales, la Marina Hemingway, cenar solas en algun restaurante bueno y alquilar una casa de playa en Guanabo, sin que el ir y venir se convierta en una tragedia.
Victor se ha cuidado mucho de no mezclarla con el personal de la GROOTE INTERNATIONAL INC, y ha quedado clarisimo que a la casa del estanque, Alicia solo puede llevar los hombres escogidos por sus empleadores, o efectuar sus propias elecciones, cuando ellos se lo pidan. De la casa del estanque, quedo terminantemente excluido cualquier otro amante o amistad personal de Alicia.
Recientemente, Alicia conocio a Fernando, otro argentino con el que se dio una encerrona de tres dias en su casa de Miramar. En dos ocasiones, el llevo amigos e invitados que quedaron embelesados con la musica y el charme de la hija, y con la culinaria de la madre.
Si. Ya Alicia no necesita pedalear, ni romper el aire acondicionado, ni la nevera sovietica, ni el reloj, ni hacer el show de los pintores gordos o flacos o enanos o viejos, ni fingirse estudiante; ni desnudarse en el sofa de su casa para apresurar, desde el primer encuentro, su amistad con el nuevo cliente. Ahora espera a que sus relaciones se den con un ritmo mas calmo y decente. Y es verdad que ya no acepta invitaciones ni regalos. Ahora, es ella quien agasaja de su propio bolsillo. Sus hechiceros dardos, potenciados por el dinero y carro propios, hacen dianas faciles, sin tanto esfuerzo. Y aquello de 'nunca me ofendas con regalos', 'la dignidad es lo unico que nos queda', ha alcanzado una dramatica eficacia. Al cabo de una semana con ella, los tipos dilapidan fortunas. El tal Fernando la colmo de regalos y prometio invitarla a conocer Buenos Aires.
Muy pocos dias despues, por razones casi identicas, recibio una propuesta de matrimonio en firme y la oferta de irse a ocupar un lujoso piso madrileno en La Castellana.
Pero Alicia ya no tiene apuro. Puede darse el lujo de esperar. Con la estabilidad que le garantiza Victor, y la nueva imagen de desinteres que emite, sabe que puede jugar la partida del corazon solitario y el amor sincero. Y ha decidido actuar con la maxima prudencia. De ningun modo se ira con el primer advenedizo, mas o menos ricachon. Ahora, el que la saque de Cuba, sera un autentico millonario. Podrido en plata tiene que estar el gallo.
Al argentino y al espanol, les ha dado largas.
– Lo voy a pensar.
– Tu propuesta me honra y la agradezco en todo lo que vale; pero…
Tiene preparada una coleccion de peros, a cual mas enardecedor para el cortejante. Cumplen la funcion de mantenerles viva la llama. Son su reserva estrategica, por si las moscas. Si regresan, ella los atender en su casa. Y lo hara con el esmero de una geisha. Pero esta decidida, y su mama la apoya, a esperar que pique un pez de los bien, bien gordos.
16
– Un senor Polanco pregunta por usted…
– -Gracias, Julia, dile que pase.
Van Dongen mira la hora. En efecto, lo habia citado a la una, pero, inexplicablemente, se le habia pasado el tiempo sin advertirlo.
El capitan Polanco, policia jubilado, era parte del equipo cubano que un una epoca coordinara la actividad de la POLICIA NACIONAL REVOLUCIONARIA con la central de INTERPOL en Paris. A su vez, autorizado por la policia cubana, realizaba algunas modestas investigaciones privadas, al servicio de empresas y ciudadanos extranjeros.
Dos meses antes, cuando Van Dongen iniciara la investigacion sobre el Proyecto King, habia decidido por su cuenta, sin informar a nadie, ni siquiera a su jefe Hendryck Groote, indagar a fondo el curriculum de Victor King. No sospechaba nada malo de el. Admiraba su talento y, desde el inicio, le profesaba simpatia. Pero cuando el Proyecto King adquirio aquella relevancia polemica en la empresa, Jan se impuso efectuarle una elemental indagacion. La verdad era que casi nada se sabia de su pasado. A la empresa, Victor habia entrado sin credenciales; por decision unipersonal de Rieks, que se entusiasmara al oirle su proyecto de los galeones. Y ese desconocido, muy pronto dirigiria una operacion multimillonaria. No era cuestion de desconfianza, ni de malevolencia. Era cuestion de metodo, de rutina profilactica.
Via Amsterdam-Paris, Van Dongen habia obtenido las senas del cubano Polanco, quien prometio ayudarlo; pero por las dudas, para no infamar a priori el nombre de Victor King y poder indagarlo de manera discretisima, le habia entregado a Polanco un vaso, con impresiones digitales de Victor, pero sin darle su nombre. Tampoco le refirio que las impresiones pertenecian a un funcionario de su empresa. Dijo tratarse de un cliente del que queria simplemente asegurarse que no tuviera antecedentes penales. Habia riesgos y mucho dinero en juego. Polanco recibio un primer cheque, entendio que se queria de el, y no hizo preguntas.
Y esa manana, por telefono, Polanco le habia dejado caer que las huellas del vaso, figuraban en el dossier de un delincuente registrado en los archivos centrales de INTERPOL.
Aquella noticia lo habia puesto nerviosisimo. Si era en verdad un personaje peligroso, el Proyecto King no podria realizarse. Para Rieks, despues de las grandes ilusiones que se habia hecho, seria un golpe terrible.
– Del vaso que usted nos dio, -le dice Polanco, ya sentado frente a el-, tome las impresiones y las envie a Paris… Y en efecto, el hombre tiene un dossier abierto. Mire: aqui esta la sintesis.
Polanco saca de su maletin un sobre de Manila; y del sobre una hoja mecanografiada.
– -?Usted lee frances?
Van Dongen asiente, coge el papel y lee:
'Las huellas digitales halladas en el paquete, N°
3324/Cu, corresponden a Henry A. Moore, ciudadano
canadiense, nacido en 1952. El 18 de diciembre de
1974, con 22 anos, Henry Moore asalto por si solo
la sede del National City Bank of New York, en
Veracruz, y logro huir con el equivalente de unos