temor, incertidumbre.

Van Dongen permanece callado y lo mira serenamente a los ojos. No tiene prisa.

Por fin, a Victor se le ocurre un comentario coherente con la situacion:

– ?Y como debo entender entonces tu antipatia por los bancos y tu relacion con un millonario como Rieks?

– Rieks me salvo de la locura y el deshonor, y le estoy agradecido. Pero no vine a hablarte de eso, Victor.

De sorpresa en sorpresa, Victor intenta decir algo, pero se traba. Finalmente se encoge de hombros y suelta la pregunta que ya le quema en el pecho:

– Supongo que a estas alturas toda la empresa conoce mi historia…

Jan retoma la marcha y permanece pensativo unos instante. Luego endereza hacia un banquito que hay al borde del sendero, lo limpia de hojarasca con la mano y se sienta. Victor se le para enfrente, apura su lata de refresco y la tira entre unos arbustos.

– En Cuba nadie lo sabe, Victor. Por ahora, ni siquiera la INTERPOL sabe que Henry Moore y Victor King son la misma persona. Solo yo lo se.

– ?Tampoco lo sabe Rieks?

– No, no lo sabe…

Victor alza los brazos, desconcertado.

– ?Que quieres de mi, Jan?

Van Dongen baja la cabeza como buscando la respuesta en el suelo. Luego sonrie y lo mira a los ojos.

– Quiero que comprendas mi posicion como hombre de confianza de Rieks. En primer lugar, no me asusta tu pasado ni tu cambio de nombre. Estoy convencido de que los asaltos fueron un medio para financiar tus busquedas submarinas. Yo admiro a los seres apasionados, y buscar galeones hundidos me parece una pasion muy noble.

Jan hace una pausa para sacar sus cigarros de la carterita y le ofrece uno. Enciende ambos y observa el intenso temblor en la mano de Victor.

– Ademas, yo he estudiado a fondo tu proyecto y no solo me parece factible, sino que tambien me apasiona como una gran aventura poetica y altamente rentable. Es algo a lo que yo mismo le dedicaria la vida. Seria muy feliz si pudiera abandonar mi cargo actual y convertirme en tu ayudante.

Victor sonrie, hinchado de vanidad y se ruboriza.

– ?Que mas quisiera yo…!

– Pienso que con la enorme inversion en equipos, y los miles de turistas cuyos buceos en estas aguas, tu vas a programar, es muy posible que aparezcan grandes tesoros. Con tus planes, la compania puede ganar en los proximos anos, cientos de millones; pero tu eres quien va a coordinar el trabajo de los equipos y de los submarinistas, y vas a ser el primero en saber lo que hay en el fondo del mar. Sentado en tu computadora vas a tener toda la informacion que tu mismo has programado. Y ahi esta el gran problema. Te vas a convertir en un poder omnisciente. Entonces, ?que garantia puede tener Rieks, de que si tu descubres un galeon hundido entre el coral, no decidas ocultarlo y negociar su valor con otra empresa que te pague de golpe 100 millones de dolares, en vez del modesto salario que recibes aqui?

Victor intenta interrumpirlo, pero Van Dongen lo conmina:

– Dejame hablar. Sientate y escucha.

Victor se sienta en el banco y cruza los brazos, ladeado hacia Jan, para mirarlo de frente.

– A mi, la empresa y la familia Groote me importan un bledo. Detesto a Vicent, igual que tu. Pero tengo una deuda de gratitud con Rieks y jamas voy a traicionar su confianza.

Jan se queda unos instantes mirandolo de cerca a los ojos, como para sondear hasta que punto Victor ha seguido sus palabras.

– Yo no creo que tu juegues sucio con Rieks. De verdad, no lo creo, Vic; pero no puedo estar seguro. Y he venido simplemente a advertirte que si estafas o robas Rieks, yo me sentire culpable; y esta vez no iras preso. Te hare matar.

Victor suspira aliviado. Tras la inmediata sensacion de fatalidad y ruina que le provocara minutos antes la mencion a Interpol, aquella amenaza de Jan le sabe ahora a bendicion.

Durante el silencio que se produjo, de varios segundos, Jan evita mirarlo y, como hace siempre que ofrece su perfil grotesco, se acaricia el entrecejo con el dedo mayor. Es su pretexto para cubrirse la narizota con la mano.

– Me desconciertas, Jan -comenta por fin Victor, sin mirarlo-. Por un lado, te agradezco que no divulgues mis trapos sucios; pero por otro me amenazas. Y no entiendo por que no le has mostrado esos papeles a Rieks…

– De ningun modo. El tiene sus limitaciones y es pusilanime en algunas cosas. Tu pasado lo induciria a eliminarte del proyecto, y yo quiero que siga adelante. Ademas, estoy convencido de que sin ti, todo seria distinto.

Victor le dirige otra mirada de extraneza.

19

Una crema espesa, marron oscuro, le cubre el rostro desde hace media hora. Sobre las ojeras, pomulos y sienes, se ha puesto una especie de laca verdosa que le estira la piel. Tiene la cabeza cubierta con una toalla grande a modo de turbante. Frente al espejo hace un par de muecas y luego comienza a pintarse las unas postizas de un lila muy tenue.

Cuando termina con las unas estira los brazos hacia arriba y abre mucho los dedos. Mientras se seca el esmalte, se inspecciona desde distintos angulos.

Tararea algo por la nariz.

Enciende un cigarro y lo deja en un cenicero. Cuando se dispone a desamarrarse la toalla, suena el telefono.

– ?Hola? -habla en ingles con una voz muy ronca -?Viene Alicia, por fin? ?Y con quien? Estupendo, Victor, eres un genio. Si, si, ya veras, te tengo una sorpresa. No, ven rapido, te espero. I love you.

Cuelga y sonrie al pensar en el new look con que piensa sorprender a Victor. Estrenara una peluca africana, de trencitas, y se va a dar un maquillaque oscuro para parecer una mulata. Sabe que a Victor le gustan.

20

Alicia entra a la sala del estanque, seguida por Cosme.

– Acomodate, ahora vuelvo.

El muchacho permanece de pie, deslumbrado ante el lujo que lo rodea. A traves del ventanal inspecciona los jardines y la piscina. Hace un gesto admirativo y prosigue la visita. Contempla un esplendido jarron, luego admira un televisor gigantesco. Por fin se detiene al borde del estanque, en el centro de la sala. Se agacha y palpa la temperatura del agua.

En ese momento nota, como abandonada al borde, una talla de madera que no llega a un metro de altura. Es un fauno barbudo, con patas de macho cabrio y orejas puntiagudas, prominentes nalgas, y armado de un falo erecto, negro, lustroso y muy puntiagudo. Cosme lo observa confundido. Sonrie.

Alicia lo sorprende desde atras:

– ?Verdad que es precioso?

Cosme se da vuelta algo turbado y la examina como si la viera por primera vez.

Alicia esta descalza y se ha recogido el pelo en un mono. Se ha quitado el ajustador y viste solo una diminuta enagua y una capita de malla transparente, que apenas le cubre los senos. En realidad la funcion de la capita no es cubrir, sino poner en mayor evidencia.

Cosme se relame al ver, a traves de la tela, sus pezones rosados

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