El plato de la tia Cornelia no se llamaba Tropical Baltic, sino Tropical Boreas.

Recordo entonces que la tia habia inventado tambien una sopa de bacalao con chile de la puta madre, ron y aguacate. Y por cierto, aquella sopa no era tan mala como para que Rieks le gastara bromas a alguien. Jan la habia probado una vez, y se podia tomar, sobre todo en invierno. Y a esa sopa, Cornelia la habia bautizado Caribbean Baltic. Despues de veinte anos en Curazao, donde enterrara al sueco que fue su devoto marido, ella se dedicaba a evocar los anos mas felices de su vida, con aquellas contrastantes fantasias culinarias.

Evidentemente, la confusion entre Baltic y Boreas, por la analogia de los terminos, era explicable. Jan penso en llamar por telefono a Bos y a Victor, para rectificar, pero se dijo que no valia la pena.

Ya el les explicaria, al dia siguiente.

36

El bigotudo se asegura de que nadie lo vea, coge el pomo de la puerta con un panuelo y penetra en la habitacion no 306 del hotel Triton. Ya adentro, saca unos guantes de cirujano y se los pone. Se quita una chaqueta ligera y la cuelga de un armario.

Ante un espejo adosado a la pared, encima de una mesita donde hay una carpeta, papeles, boligrafos y vasos, se quita el bigote, la peluca y los pone dentro del cajon de la mesa de luz.

Coge el celular que lleva enganchado a la cintura y llama.

– Ya estoy aqui. Puedes subir.

Entra al bano, se mira al espejo y se lava la cara.

Regresa a la habitacion, mira en derredor y vuelve a descorrer la puerta del armario. Del minibar que encuentra adentro, coge una racion de whisky, una botella de agua mineral y una bandejita de hielo. Libera un vaso de su envoltura antiseptica, se prepara un trago bien aguado y toma un sorbo largo.

Enciende un cigarro y se acerca a una ventana. Ladea apenas la cortina y mira en varias direcciones. Luego descorre la cortina, abre la ventana y contempla el mar, que ya comienza a mostrar sus crestas tornasoladas, al caer el dia.

Es el 16 de noviembre, vispera del cobro del rescate.

Esta nervioso, pero se controla bien.

Desde la manana ha hecho tres tandas respiratorias de autocontrol, segun una tecnica que le ensenara un presidiario chino en Mexico.

Cuando apura su segundo trago, oye tres golpes juntos y un cuarto demorado.

Alicia le hace una mueca en el umbral de la puerta.

Adentro, sentada al borde de una cama, se pone guantes de cirujano y luego se quita la peluca.

En media hora repasan, punto por punto, las ultimas acciones de ese dia y el siguiente.

Mientras Victor vuelve a disfrazarse de bigotudo y se pone la chaqueta, ella le repite de memoria sus tareas, por ultima vez.

Satisfecho, Victor sonrie, se acerca, le soba las nalgas. Ella se aferra a sus labios.

– Dejemoslo para manana, que es el gran dia.

– No me has dicho lo que vas hacer conmigo cuando seamos millonarios.

– Tengo grandes planes para ti.

– ?Para… nosotros?

Victor se pone gafas de sol.

– Grandes planes para ambos…

Un minuto despues, tambien Alicia se rie de la tia Cornelia y de su culinaria.

Victor vuelve a mirar su reloj.

– En un cuarto de hora llego a la oficina. Tu, espera un poco mas. Quiero estar alli cuando entre tu llamado.

– El plato de la tia Cornelia es arenque con salsa de mangos. Lo llama Tropical Baltic. Preparen todo para manana por la manana. Llamaremos entre las 10 y las 11.

Alicia cuelga.

Bos tambien cuelga y alza los brazos en triunfo.

– Cornelia, arenque con mangos, Tropical Baltic, todo perfecto.

Victor silba y aplaude.

– ?Estavivo!

– Gracias a Dios -dice Bos y aprieta el interfono-.Llamemos a Jan, para que acabe de tranquilizarse

En eso entra Van Dongen. Al enterarse de la noticia, no sonrie. Se queda pensativo.

– ?Est s seguro, Karl, de que dijo exactamente eso?

– Absolutamente: Cornelia, arenque con mangos, Tropical Baltic.

– ?Satisfecho, Jan? -lo palmea Victor.

– OK, ahora si, puedo quedarme tranquilo -admite Jan, con un gesto enigm tico, evitando mirarlo. Perdon - anade de pronto y sale de prisa como si hubiera olvidado algo.

37

Jan van Dongen no ha olvidado nada. Se refugia en el bano en un estado de gran zozobra. Se encierra en una cabina a controlarse. No quiere que nadie se de cuenta. Sobre todo, no quiere que Victor se de cuenta.

'?Hijo de puta, asesino! ?Que hacer ahora?'

En el bano permanece hasta sentir que se le afloja el plexo y recupera su ritmo normal de respiracion. Y a poco, cuando ya puede pensar con alguna serenidad, va vislumbrando que hay en todo aquello puntos oscuros, imprecisiones sobre las que necesita reflexionar mucho, antes de tomar ninguna decision. Calma, mucha calma necesita ahora.

Media hora despues, Van Dongen conduce lentamente por el Malecon de La Habana. Atraviesa el tunel de la Quinta Avenida y a poco se estaciona en una calle oscura de Miramar. Solo en ese momento, toma conciencia del lugar y la hora. Ha conducido a la deriva, sin rumbo. Ha estado viajando hacia adentro de si mismo, buscando respuestas.

El primer impacto de imaginarse a Rieks asesinado por Victor, le habia calentado la cabeza. Atropelladamente, durante los quince minutos que permaneciera encerrado en el bano de la empresa, maquino venganzas. Penso en dirigirse inmediatamente a la policia, explicar el caso y pedir ayuda contra Victor; o hablar con Bos y ponerlo al tanto… O llamar a Vincent… Pero eso lo desecho de inmediato. Algo lo indujo a posponer toda muestra de indignacion o alarma. Ya habria tiempo de ajustar cuentas con Victor.

Regreso a su casa a las 19:00, oscuro ya. Carmen trabajaba toda esa semana por la noche. Se dio un bano, tomo un cafe, se sirvio un trago de ginebra y se acosto en el sof a, con los pies hacia arriba y los ojos cerrados.

Y a las 20:10 se paro firmemente convencido de que Victor no habia asesinado intencionalmente a Rieks. Aquel secuestro no convenia economicamente a Victor. Y la muerte de Rieks lo perjudicaba muchisimo. A partir de enero o febrero, Victor comenzaria a ganar un millon y medio por ano. Y eso gracias a Rieks, su gallina de los huevos de oro. Era insensato que hubiera planeado aquel secuestro, para ganarse lo que de todos modos ganaria cada dos anos legalmente y sin riesgos; y mediante el honroso ejercicio de una actividad que habia sido la gran pasion de su vida.

Ademas, Victor sabia que muerto Rieks, Vincent Groote lo botaria a la calle. No. Era impensable que Victor decidiera asesinar a Rieks.

En cuanto a Bos, que tambien conocia lo del Tropical Baltic, Van Dongen no podia imagin rselo, ni

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