senal de « peligro de choque ». Eso es todo.

A las 18 horas, el capitan se levanto de su butaca y, aguantandose los dolores que la deceleracion producia en la cintura y la nuca, anuncio que se retiraba para descansar los seis dias. El resto de la tripulacion no debia apartarse de los aparatos, pues aquella era la ultima oportunidad de observar la estrella de carbono.

Tey Eron acompano a Mut Ang con una turbia mirada. La verdad es que el estaria mas tranquilo si el capitan permaneciese alli durante la dificil maniobra. Aunque con cada perfeccionamiento, los vehiculos cosmicos iban haciendose mas seguros y mas potentes, y no cabia comparacion alguna entre la potencia del Telurio y la de esos cascarones llamados barcos, que surcaban los mares de la Tierra, la astronave era tambien un insignificante cascaron en la infinidad del espacio...

Al oir la alegre risa de Mut Ang, Kari Ram estuvo a punto de pegar un salto. Dias antes, la tripulacion se alarmo mucho al enterarse de que el capitan habia enfermado repentinamente. Nadie mas que el medico podia visitarle. Los hombres bajaban la voz al pasar ante la puerta cerrada del camarote de Mut Ang. En ausencia del capitan, la operacion del viraje y aceleramiento de la marcha para escapar a la zona de radiacion de la estrella de carbono e impulsar la nave de vuelta hacia el Sol, debia realizarla Tey Eron. Ahora este marchaba al lado de Mut Ang conteniendo una sonrisa. El capitan habia urdido un pequeno complot con el doctor para dejar la nave en manos de Tey Eron y darle la oportunidad de dirigir el solo la maniobra. El segundo capitan no hubiera confesado por nada del mundo las terribles dudas que le habrian asaltado en el momento del viraje, pero reconvenia a su superior por haber alarmado sin motivo a la tripulacion.

Mut Ang justificabase bromeando y aseguraba a Tey Eron que la nave no corria ningun peligro en la inmensidad del Universo. Los aparatos no podian equivocarse, puesto que la cuadruple comprobacion de cada calculo excluia la posibilidad de errores. En la zona de elevada presion radial no podian existir regiones de asteroides ni meteoritos.

— ?Esta usted realmente seguro de que no nos esperan mas sorpresas? — pregunto Kari Ram con cierto recelo.

— Los accidentes imprevistos siempre son, claro esta, posibles. Pero la gran ley del Cosmos, llamada ley del termino medio, obra en favor nuestro. Puede usted estar seguro de que en este desierto rincon del Universo no encontrara nada nuevo. Daremos un poco marcha atras, y efectuaremos una pulsacion por nuestra vieja ruta, directamente hacia el Sol, pasando junto al Corazon de la Serpiente... Hace varios dias que volamos rumbo a Ofiuco. Falta ya poco.

— Aunque parezca extrano, no siento la alegria ni la satisfaccion de hacer algo de provecho, algo que justifique nuestro abandono de la vida terrena por un periodo de setecientos anos — dijo, pensativo, Kari—. Se, naturalmente, lo que representan las miles de observaciones y los millones de calculos, fotografias y anotaciones. Eso permitira luego descubrir nuevos secretos de la materia alli, en la Tierra... Y sin embargo, ?que insignificante me parece todo esto! ?Un germen del futuro, y nada mas!

— ?Pero piense usted en la lucha y los esfuerzos realizados por la humanidad, piense usted en las vidas sacrificadas por eso que usted llama « germenes del futuro », y no digo ya nada de las incontables generaciones de animales que precedieron al hombre en su ciego camino de evolucion historica! — replico excitado Tey Eron.

— Si, todo eso es cierto, pero es una satisfaccion puramente cerebral, y a mi, espiritualmente, me interesa tan solo el Hombre, la unica fuerza racional del Universo capaz de dominar y utilizar el desarrollo espontaneo de la materia. Mas, ?que infinita es la soledad del ser humano! Sabemos a ciencia cierta que existen muchos mundos habitados, y sin embargo, los hombres de la Tierra no han cruzado aun la mirada con ningun otro ser racional del Universo. ?Cuanto se ha sonado en vano con ese momento! ?Cuantos relatos, libros, canciones, cuadros se han creado imaginando ese historico acontecimiento! Este sueno sublime y audaz de la humanidad, nacido en los remotos tiempos en que apenas comenzaba a disiparse la ceguera religiosa, no se ha visto realizado todavia.

— Dice usted ceguera — tercio Mut Ang—. ?Y sabe como nuestros antepasados se representaban, ya en la epoca inicial del asalto al espacio, el primer encuentro con los habitantes de otros mundos? Como un choque belico en el que las naves se destruirian brutalmente y los hombres se aniquilarian los unos a los otros.

— ?Increible! — exclamaron simultaneamente Kari Ram y Tey Eron.

— Nuestros literatos modernos no escriben nada del tenebroso periodo de decadencia del capitalismo — siguio Mut Ang—. Pero ustedes saben, por los manuales de historia utilizados en la escuela, que nuestra humanidad atraveso en su tiempo un periodo bastante critico de desarrollo.

— Naturalmente — corroboro Kari—. Cuando los seres humanos habian aprendido ya a dominar la materia y el espacio, las relaciones sociales conservaban aun sus viejas formas y el desarrollo de la conciencia social se hallaba retrasado tambien respecto a los adelantos de la ciencia.

— La definicion es casi exacta. Usted tiene buena memoria, Kari. Pero formulemoslo en otros terminos: el conocimiento y dominio del Universo chocaron con la primitiva mentalidad del propietario individualista. El futuro y la salud de la humanidad se hallaban puestos en el platillo de la balanza del destino anos antes de que triunfase el progreso y de que el genero humano formara una sola familia en una sociedad sin clases. En la mitad capitalista del mundo, la gente no veia nuevas vias de desarrollo y consideraba su formacion social como algo eterno e inmutable, que degeneraria en el futuro, en guerras inevitables y suicidas.

— Es probable que cada civilizacion tenga sus periodos de crisis en cualquiera de los planetas de otros sistemas solares donde existan seres racionales — dijo Tey Eron pausadamente, lanzando una ojeada a las esferas de los aparatos registradores de la marcha—. Conocemos ya dos planetas, donde a pesar de haber agua y atmosfera con restos de oxigeno, no se ha descubierto ningun sintoma de vida. Nuestras astronaves han fotografiado solo arenales desiertos, donde los vientos campan a sus anchas, mares muertos y...

— Me resisto a creer — le interrumpio. Kari Ram, moviendo la cabeza— que hombres que han llegado ya a conocer la infinitud del espacio y el poderio que les brinda la ciencia, sean capaces de...

—...?de razonar como bestias que acaban de adquirir la facultad de pensar logicamente? — completo Mut Ang—. No olvide que la vieja sociedad surgio espontaneamente, sin el plan ni la prevision que distinguen las formas sociales superiores creadas por el hombre. El cerebro humano, la forma de razonar, hallabanse aun en la fase primaria de la logica simple, matematica, que reflejaba la logica de las leyes de desarrollo de la materia y la naturaleza, tales como se percibian por observacion directa. En cuanto la humanidad adquirio suficiente experiencia historica y llego a conocer el proceso historico de desarrollo del mundo que le rodeaba, surgio la logica dialectica como fase superior del pensamiento. El hombre comprendio la dualidad de los fenomenos de la naturaleza y de su propia existencia. Comprendio que, como individuo, era igual de pequeno y transitorio en la vida que una gota de agua en el oceano o una chispa apagada por el viento; y a la vez vio que era tan inmensamente grande como el Universo, abarcado por su cerebro y su alma en la infinidad del tiempo y el espacio.

El capitan guardo silencio y empezo a pasearse, pensativo, mientras los otros permanecian quietos, sumidos en profundas reflexiones. Luego prosiguio:

— Tengo en mi bibliofilmoteca de peliculas historicas un libro muy caracteristico de aquellos tiempos. No ha sido traducido al lenguaje moderno por una maquina, sino por Sania Chen, un historiador del siglo pasado. ?Leamoslo!

Mut Ang, satisfecho de ver el vivo interes con que los jovenes le escuchaban, salio por la puerta que daba al pasillo del compartimiento delantero.

— No llegare nunca a ser un verdadero capitan — confeso Tey Eron como si se disculpara—. Es imposible saber todo lo que sabe Ang.

— Pues el se considera un mal capitan precisamente por lo mucho que inquieta su espiritu y su pensamiento — dijo Kari, acomodandose en la butaca del piloto de guardia.

Tey Eron miro a Kari con asombro. Ambos callaban; en el silencio del recinto solo se oia el quedo y monotono zumbido de los aparatos. La inmensa nave se apartaba a toda velocidad de la estrella de carbono hacia el cuarto del Universo, donde cuatro islas estelares, sumergidas en la espesa negrura del espacio, rutilaban, apenas con una luz que moria impotente en el ojo humano.

De subito, un punto luminoso se encendio y vacilo en la pantalla del radar grande. Y oyose al propio tiempo un sonido penetrante. Los astronautas quedaron con la respiracion en suspenso.

Tey Eron, sin pararse a pensar, dio la senal de alarma. Cada miembro de la tripulacion debia ocupar en el acto el lugar previamente senalado para casos de averia.

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