Uno debia mantener a su gente protegida y a salvo, y ellos, en agradecimiento, te cubrian las espaldas y te avisaban de posibles peligros. Y, si de vez en cuando, su gratitud se expresaba en un sobre, en un pastel o en un coche, era porque querian, como recompensa por haberles protegido.

Asi era como debia dirigirse un barrio. Con benevolencia. Con un ojo puesto en sus intereses y el otro en los propios. No se podia permitir que los Bobby O'Donnell y aquellos mafiosos de ojos rasgados pensaran que podian, simplemente, entrar alli y tomar cuanto les viniera en gana. Como minimo, si querian salir del barrio por su propio pie.

Jimmy salio del dormitorio y encontro el piso vacio. La puerta del final del pasillo estaba abierta; oia la voz de Annabeth desde el piso de arriba y los diminutos pies de sus hijas correteando sobre las tablas de madera del suelo mientras perseguian al gato de Val. Entro en el cuarto de bano y abrio el grifo de la ducha; se metio dentro cuando el agua empezo a salir caliente y expuso la cara al chorro.

La unica razon por la que O'Donnell y Farrow nunca se habian preocupado por la tienda de Jimmy era porque sabian que era amigo de los Savage. Y al igual que cualquier persona que tuviera un poco de cerebro, O'Donnell les tenia miedo. Y si el y Roman temian a los Savage, eso queria decir, por asociacion, que tambien tenian miedo a Jimmy.

Le temian. A el, a Jimmy de las marismas. Porque, como Dios bien sabe, la cabeza le funcionaba muy bien. Y con los Savage cubriendole las espaldas, tendria todos los musculos y todas las pelotas, toda la audacia ilimitada que pudiera necesitar. Jimmy Marcus y los hermanos Savage juntos podrian…

?Que?

Hacer que el barrio fuera un lugar tan seguro como se merecia. Controlar la ciudad entera.

Ser sus duenos.

«?Por favor, no lo hagas, Jimmy! ?Por el amor de Dios! Quiero ver a mi mujer. Quiero vivir mi vida. Jimmy, no me prives de eso. ?Mirame!» Jimmy cerro los ojos, y dejo que el agua dura y caliente le perforara el craneo.

«?Mirame!»

«Ya te estoy mirando, Dave. Te estoy mirando.»

Jimmy vio el rostro suplicante de Dave; la baba de sus labios no era muy diferente de la que le habia caido a Ray Harris por el labio inferior y por la mandibula trece anos atras.

«?Mirame!»

«Ya te estoy mirando, Dave. Ya te estoy mirando. Nunca deberias haber salido de ese coche, ?sabes? No deberias haber vuelto. Regresaste aqui, a tu hogar, pero las partes mas importantes de tu ser habian desaparecido. Nunca conseguiste volver a encajar, Dave, porque te habian envenenado y ese veneno solo estaba esperando la oportunidad de poder derramarse de nuevo.»

«No mate a tu hija, Jimmy. No mate a Katie. No lo hice. No lo hice.»

«Quiza no lo hicieras, Dave. Ahora ya se que no. De hecho, parece ser que ni siquiera tuviste nada que ver con su muerte. Todavia existe una posibilidad remota de que la policia se equivocara al detener a esos ninos, pero, con todo, debo admitir que todo parece indicar que no fuiste culpable del asesinato de Katie.»

«?Asi pues?»

«Aun asi, mataste a alguien, Dave. Mataste a una persona. Celeste tenia razon. Ademas, ya sabes lo que pasa con los ninos de quienes han abusado sexualmente.»

«?No, Jim? ?Por que no me lo cuentas?»

«Tarde o temprano, ellos a su vez abusan sexualmente de ninos.

Llevan el veneno dentro y tiene que salir. No he hecho mas que proteger a alguna pobre victima futura de tu veneno, Dave. Tal vez de tu propio hijo.»

«?No metas a mi hijo en esto!»

«De acuerdo, entonces quiza algun amigo de tu hijo; pero Dave, en algun momento, habrias acabado por mostrar tu verdadera naturaleza.»

«?Es eso lo que piensas?»

«Despues de subirte a aquel coche, nunca deberias haber regresado. Eso es lo que pienso. Habias dejado de ser uno de los nuestros. ?No lo entiendes? Un barrio es eso precisamente: un lugar en el que vive la gente que es de alli. ?Los demas no encajan, joder!»

La voz de Dave atraveso el agua y se grabo en el craneo de Jimmy a fuerza de repetirselo: «Ahora vivo dentro de ti, Jimmy. No podras librarte de mi».

«Si, Dave, si que podre.»

Jimmy cerro el grifo y salio de la ducha. Se seco e inspiro el suave vapor que le subia hasta la nariz. Le hizo sentirse aun mas lucido. Limpio el vapor de la ventanita de la esquina y observo el callejon que serpenteaba detras de su casa. Hacia un dia tan despejado y soleado que incluso el callejon parecia estar limpio. ?Dios, que dia tan bonito! ?Que domingo tan perfecto! ?Un dia ideal para el desfile! Llevaria a sus hijas ya su mujer a la calle, se cogerian de la mano y contemplarian a la gente desfilando, las bandas de musica, las carrozas y los politicos marchar en tropel bajo el radiante sol. Comerian perritos calientes y nubes de algodon azucarado, y a las ninas les compraria banderas de Buckingham y camisetas. El proceso de curacion empezaria entre los platillos, el clamor de los tambores, las trompetas y los gritos de entusiasmo. Estaba seguro de que aquel proceso se iniciaria cuando estuviesen en la acera, celebrando la creacion de su barrio. y cuando la muerte de Katie les entristeciera de nuevo durante la noche, y sus cuerpos flaquearan un poco a causa del dolor, como minimo tendrian la diversion de la tarde para compensar su sufrimiento. Seria el inicio de su curacion. Se darian cuenta, de que, al menos por unas pocas horas, habian disfrutado, o de que incluso se habian sentido alegres.

Se aparto de la ventana y se mojo la cara con agua caliente; a continuacion se cubrio las mejillas y el cuello con espuma, y al empezar a afeitarse se le ocurrio que era un hombre malo. En verdad no fue una gran revelacion: no estallo en su corazon ningun gran repique de campanas. Solo fue eso: una idea, una conciencia repentina que le acariciaba el pecho con dedos suaves.

«Si, lo soy.»

Se miro en el espejo y apenas sintio nada. Amaba a sus hijas y a su mujer. Y ellas le querian. En ellas encontraba una gran seguridad. Pocos hombres (poca gente) disfrutaban de eso.

Habia matado a un hombre por un crimen que, con toda probabilidad, no habia perpetrado. Por si fuera poco, apenas sentia remordimiento. Y hacia mucho tiempo habia matado a otro hombre. Habia sujetado a los cuerpos de ambos un peso para que descendieran a lo mas profundo del rio Mystic. Ademas, los dos le habian caido bien: Ray le caia un poco mejor que Dave, pero les tenia simpatia a los dos. Aun asi, los habia asesinado. Por principios. De pie sobre un saliente de piedra cercano al rio contemplo como la cara de Ray se volvia blanca y desaparecia a medida que se hundia bajo el agua, los ojos abiertos y sin vida. Y a lo largo de todos esos anos no se habia sentido culpable, a pesar de haberse repetido a si mismo que lo era. Porque, de hecho, lo que habia considerado sentimiento de culpa, era miedo de tener un mal karma, de que alguien le hiciera a el o a alguien que amaba lo mismo que el habia hecho. Suponia que la muerte de Katie podia haber sido el cumplimiento de ese mal karma. El cumplimiento mas importante: Ray habia regresado a la vida a traves del utero de su mujer y habia asesinado a Katie, sin ningun motivo excepto el karma.

?Y a Dave? Habian pasado la cadena por los agujeros del bloque de hormigon, se la ataron fuerte al cuerpo y anudaron los dos extremos. Despues levantaron el cuerpo trabajosamente los veinticinco centimetros necesarios para poder echarlo por la borda, y lo habian lanzado al agua. A Jimmy le habia quedado la imagen inconfundible de Dave de nino, no de adulto, mientras descendia hasta el lecho del rio. ?Quien podia saber con exactitud adonde habia ido a parar? Sin embargo, estaba alli abajo, en las profundidades del Mystic, mirando hacia arriba. «Quedate ahi, Dave. Quedate ahi.»

La verdad era que Jimmy nunca se habia sentido muy culpable de todo lo que hizo. Si, claro, habia hablado con un tipo de Nueva York para que mandara quinientos dolares mensuales a la familia Harris durante los ultimos trece anos, pero eso mas que culpa era un buen sentido comercial: mientras creyeran que Simplemente Ray estaba vivo, nunca mandarian a nadie en su busca. De hecho, ahora que el hijo de Ray estaba en la carcel, que cono, dejaria de enviarles el dinero. Lo usaria para algo bueno.

Para el barrio, decidio. Usaria el dinero para proteger a su barrio.

Mirandose en el espejo, se dio cuenta de que eso era exactamente lo que era: suyo. A partir de aquel momento, seria suyo. Habia estado viviendo una mentira durante trece anos, haciendo creer a la gente que era un ciudadano honrado, cuando en realidad solo veia a su alrededor como desaprovechaba las buenas oportunidades. ?Que querian construir un estadio en el barrio? «De acuerdo, pero vamos a hablar de los trabajadores a los que

Вы читаете Rio Mistico
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату