Guianeya miro a Leguerier que estaba al lado. Despues hizo un gesto suave con la mano, muy expresivo, que podia solo significar: «?Volemos hacia alla!». No podia caber ningun error en el significado de este gesto. Cada pequenez en la conducta de la huesped provocaba una atencion constante. Todos observaron que aunque la explicacion la dio Weston, Guianeya «se dirigia» exclusivamente a Leguerier. ?Era posible que hubiera acertado que era el jefe? En la conducta del jefe de la expedicion no habia nada que le hiciera destacar de los demas. Parecia que nada podia haber indicado esto a Guianeya, y sin embargo acerto sin vacilacion ninguna.

Este hecho raro le recordo a Muratov la conversacion que habia tenido con Leguerier.

La conducta de Guianeya era como la confirmacion de las palabras del cientifico frances.

La huesped se vio obligada a dirigirse a alguien y eligio al jefe de la expedicion ignorando a los demas.

«?Como ha podido acertar que Leguerier es el jefe?», penso Muratov.

A Roald Jansen — astronomo, medico y biologo — que cumplia en Hermes las funciones de medico, le intranquilizo mucho el futuro viaje de Guianeya a la Tierra.

— Aqui — decia — el aire es puro. No hay ni un solo microbio. Sin embargo, en la Tierra los hay. ?Como influira esto en el organismo de Guianeya?

?No se enfermara nada mas llegar?

Sobre este tema se celebro una conversacion especial con la Tierra, donde compartian los temores de Jansen.

Guianeya no tenia a donde ir. Era imposible que se quedara en Hermes. No quedaba por lo tanto ninguna otra solucion que enviarla a la Tierra.

Parecia que todo estaba claro.

Pero nadie queria actuar sin conocimiento de Guianeya. Estaba de acuerdo en volar pero era necesario explicarle el peligro amenazante. Era posible que no lo supiera, que no sospechara el riesgo tan grande que tenia que pasar al llegar a la Tierra.

Se decidio conocer a toda costa el criterio de la huesped.

?Pero como hacerlo?

— No tenemos otro camino — dijo Jansen — que explicarselo por medio de dibujos, esquemas y tablas biologicas: el metabolismo, la respiracion, etc. Si conoce la biologia lo comprendera, si no la conoce no se enterara de nada. El camarada Weston dibuja muy bien y le pido que prepare algunos dibujos segun mis indicaciones. Despues, probaremos.

— Pienso que estas explicaciones deben darlas dos — dijo Leguerier —: yo y Jansen. A los demas les ruego que no esten presentes: Hay que tener en cuenta la posibilidad de que Guianeya no comprenda y hay que compadecerse de su amor propio.

El experimento se realizo en visperas del vuelo.

— ?Que hacer si Guianeya comprende y renuncia a volar a la Tierra? — pregunto Muratov en el mismo momento cuando Leguerier y Jansen se disponian a visitar a la huesped.

A Guianeya le habian dejado el camarote de uno de los astronomos y casi no salia para nada.

— Lo comunicaremos a la Tierra — contesto Leguerier —. Pero pienso que no podra negarse. Tendra que comprender que no tenemos otra solucion.

— Puede suceder tambien — anadio Jansen — que Guianeya tenga que andar en la Tierra con escafandra, y vivir en un local especial con aire destilado.

Muratov movio la cabeza.

— En esto no estara de acuerdo.

— ?Para que hacer conjeturas? — dijo Leguerier —. Esta de acuerdo, no esta de acuerdo. ?Lo veremos! ?Vamos, Jansen!

El experimento resulto bien. Por lo visto Guianeya habia comprendido bien el idioma grafico del biologo. Pero los gestos de respuesta de la huesped no los comprendieron ni Jansen, ni Leguerier. ?Estaba de acuerdo en volar a la Tierra despues de sus explicaciones?

Para aclarar esta pregunta de nuevo se puso ante Guianeya la carta de Weston. Ella se sonrio y de nuevo repitio el mismo gesto suave que todos comprendieron como «?volemos!».

— Hemos hecho todo lo que hemos podido — dijo Leguerier —. Llevenla a la Tierra. Por lo visto no tiene miedo a ningun contagio. Enviare un radiotelegrama detallado y alla decidiran lo que es necesario hacer. No pierdan tiempo.

— Parece que ellos conocen nuestro planeta mejor de lo que pensabamos — hizo notar Muratov.

— Por lo visto es asi.

Guianeya no tenia ninguna pertenencia. Se presento en Mermes en un mundo extrano, vestida tan ligeramente como si se encontrara no en el cosmos, sino en su casa.

Exactamente lo mismo que si hubiera ido de visita para muy poco tiempo. Esta circunstancia, mas que rara, no dejaba de asombrar a todos en Hermes y en la Tierra. Era incluso dificil presuponer lo que la impulso a realizar tal hazana. No podia estar vestida de tal forma en la nave cosmica. Y la explicacion de Leguerier les parecio a todos demasiado fantastica. Aqui era donde se ocultaba el secreto cuya solucion se esperaba hallar solo posteriormente.

Llamaba la atencion el que los pequenos y muy elegantes zapatos «dorados» de Guianeya tenian suelas magnetizadas. Esto demostraba que el calzado, que parecia absurdo tratandose de vuelos cosmicos, estaba destinado precisamente para el estado de ingravidez, es decir, para el cosmos.

Esta alta muchacha, toda adornada con oro, tenia un aspecto extravagante entre los cosmonautas que estaban vestidos con trajes oscuros. Era mas alta que ninguno excepto Muratov. Esbelta, con movimientos ligeros y agiles, casi felinos, parecia que no caminaba, sino que se deslizaba por el suelo. Su extraordinariamente espesa cabellera, llegaba en abundancia mas abajo de la cintura, y en la nuca estaba recogida con un broche en forma de hoja o rama de una planta desconocida en la Tierra. Estas mismas «hojas» cubrian sus rodillas, a las que no llegaba su vestido corto y abierto.

El aire del observatorio fue calentado hasta los dieciocho grados Gelsius, pero por lo que se veia Guianeya no sentia frio. La huesped rechazo el traje que le ofrecieron.

Jansen tenia grandes deseos de medir la temperatura del cuerpo de Guianeya pero esta rechazo bruscamente el intento del medico, con poca cortesia desde el punto de vista terrestre, apartando el termometro con la mano. ? Incluso no permitia que nadie la tocara. Por lo visto, saludarse estrechandose la mano no era una cosa aceptada en su patria, y si alguien al encontrarse con ella le tendia la mano, Guianeya daba un paso atras y levantaba la mano hasta el hombro con la palma hacia adelante. Este era el gesto con que ella saludaba a las personas al conocerlas por primera vez.

«Esto es orgullo y altivez», decia Leguerier.

«Esto es una costumbre en su patria», replicaba Muratov.

El futuro nos dira quien de ellos tenia razon.

Fue examinada minuciosamente la escafandra con la que Guianeya bajo de su nave.

Era muy ligera, hecha de un metal de color azul, fino y flexible. El casco era cuadrado, mejor dicho, cubico, no tenia en su interior ningunas instaladones acusticas o radiotecnicas. En frente de los ojos se encontraba una placa transparente, muy estrecha, de color gris humo, que dejaba pasar poca luz. Lo mas asombroso es que no habia, ni dentro ni fuera, ningunos depositos o balones con aire. Incluso con una respiracion muy cuidadosa, «economica», casi sin moverse, en una escafandra de este tipo no se podria estar mas de diez a doce minutos.

— Esto explica en parte su llamada insistente — hizo notar Weston —. Le amenazaba la asfixia. ?Pero como pudieron decidir lanzarla de la nave sin una reserva de aire?

Un nuevo enigma dificil de explicar.

— Segun yo creo — dijo Muratov —, esto demuestra que ellos sabian que el observatorio estaba habitado. De otra forma seria un suicidio.

— Esta es una historia muy oscura — observo Leguerier —. Cuanto mas pienso en ella tanto mas probable me parece que Guianeya se escapo de la nave, y en su apresuramiento se olvido de la reserva de aire. Esto explica mucho.

— ?Pero si la nave se detuvo encima de la misma superficie de Hermes? ?Como concordar esto con su version? Entonces se deduce que la ayudo a huir la tripulacion de la astronave.

— Pudieron haber observado en el asteroide una obra artificial y volaron para saber lo que era, y ella pudo

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