nada.

— Si, esto es posible.

Un tropel de pasajeros que acababan de entrar en el vestibulo les separo de las dos muchachas. Por lo visto habia llegado el cohete de aterrizaje de una nave que habia arribado o una de los raids interiores. Muratov, ensimismado por la novedad, no habia oido el comunicado del despachador.

Stone miro el reloj.

— La Sexta expedicion debera llegar dentro de unos doce minutos — dijo —. Vaya a ver a las muchachas.

— Tengo un poco de temor. A lo mejor Guianeya no quiere hablar conmigo.

— Es poco probable. Su hermana comunico que ayer Guianeya otra vez pregunto por usted.

«He acertado — penso Muratov —. No casualmente dibujo el paisaje de Hermes».

Pero Marina y Guianeya no se encontraban en el lugar de antes. Se habian ido a alguna parte.

Muratov salio a buscarlas.

Guianeya estaba nerviosa desde el amanecer. Esto se podia notar perfectamente por sus movimientos, el tono de la voz y la expresion de la cara. Marina veia que una idea obsesionante no dejaba tranquila a su amiga.

Como siempre, antes de desayunar se encaminaron a la piscina mas proxima.

Habia obligatoriamente salas de gimnasia y piscinas en cada poblado o cada gran casa. Pero a Guianeya no le agradaba la pequena piscina domestica, le gustaba no solo refrescarse sino tambien nadar.

Esta manana, como si se hubiera olvidado del tiempo, Guianeya tardo mucho en salir del agua. Marina que ya hacia tiempo que se habia vestido, esperaba a su amiga sentada en un sillon de paja.

Guianeya, incansable y ligera, recorrio rapidamente un numero incontable de veces los cien metros de longitud de la piscina nadando un crawl clasico. Y como siempre, poco a poco se reunio un numero grande de espectadores. Eran pocos los deportistas de la Tierra que dominaran un estilo tan perfecto.

Las manos verdosas de Guianeya se introducian en el agua y de nuevo salian de ella con la regularidad de una maquina. La espesa cabellera negra, oscilante como una capa, casi cubria la flexible figura de la muchacha.

Guianeya parecia un espejismo en el agua verdosa de la piscina iluminada brillantemente por los rayos del sol que se filtraban a traves del techo transparente.

Marina recordaba perfectamente la primera visita a la piscina inmediatamente despues de la llegada de la huesped a la Tierra. Recordaba como hubo necesidad de convencer a Guianeya para que se banara con un traje. Costo gran trabajo explicarle con gestos que no se podia prohibir el acceso a la piscina a otras personas. Recordando los gestos de respuesta de la huesped, Marina comprendia ahora que Guianeya queria decir que no veia ningun motivo para ponerse el traje de bano si en la piscina se encontraba alguien. Y ahora, ya pasado ano y medio, parecia que todavia no habia comprendido esto.

Ya hacia tiempo que para todos estaba claro que Leguerier no habia comprendido justamente la conducta de Guianeya desde el comienzo de su estancia entre las personas. Se desnudaba ante todos no porque tratara a las personas con altaneria o desprecio, sino porque esto era, sencillamente, una costumbre establecida entre sus compatriotas. NQ comprendian por que debian ocultar su cuerpo a las miradas ajenas.

Marina llevaba esperando mas de una hora.

Cuando por fin Guianeya salio de la piscina no se le notaba el menor cansancio, y parecia que estaba en condiciones de nadar otro tanto.

Regresaron a casa.

Despues del desayuno Guianeya rogo inesperadamente que le mostraran Selena.

Hasta ahora no habia dicho ni una sola palabra para aclarar las causas que la incitaron a venir a Poltava. La ciudad, estaba claro que no le interesaba, ya que en los tres dias que se encontraban aqui casi no habia salido de casa.

La peticion no causo ningun asombro a Marina. La esperaba, ya que no tenia duda de que precisamente la llegada de la Sexta expedicion lunar obligaba a Guianeya a encontrarse aqui. Ahora ya no cabia la menor duda de donde ella lo sabia. Dejo de ser un secreto la informacion que tenia la huesped de los asuntos terrestres.

?Pero que le podia interesar de esta expedicion?

Era tambien incomprensible el estado nervioso que experimentaba hoy Guianeya. El haber nadado tanto tiempo estaba claro que no tenia otro fin que tranquilizar los nervios alterados.

?Que alarmaba a Guianeya?

«Bien — reflexiono Marina —. Supongamos que quiere ir a recibir a la Sexta expedicion.

Entre el personal de la expedicion no hay nadie que ella conozca. ?Los resultados de la expedicion? Sobre ellos podra leer o simplemente preguntar. No habia necesidad de haber venido aqui para eso. Si ella lee las revistas espanolas, entonces debera saber que las cinco expediciones anteriores regresaron con las manos vacias. No tiene ningun motivo para alarmarse, incluso si realmente perteneciera a aquellos que son los amos de los exploradores. Claro esta, que le puede interesar si los han encontrado o no, pero no puede ser una causa decisiva para recibir personalmente a la expedicion».

Ayer Guianeya dejo asombrada a Marina cuando le pregunto a bocajarro: ?vendra o no su hermano a Poltava? No anadio: «A recibir a la Sexta expedicion», pero estaba claro que preguntaba precisamente sobre esto.

Marina le contesto que Viktor vendria.

Guianeya no tuvo ninguna reaccion. No dio a entender nada que demostrara cual era la impresion que le producia esta respuesta. Cualquiera podia haber pensado que no la habia oido.

Mas de una vez Guianeya pidio a Marina que le presentara a Viktor, pero hasta ahora no habia dado ninguna prueba de que ella relacionara la identidad del hermano de Marina con la persona que la habia traido de Hermes a la Tierra. ?Ahora resultaba que esto tambien lo sabia!

Marina se convencio definitivamente de que Guianeya estaba perfectamente enterada cuando comenzo a dibujar en el album el paisaje de Hermes con Viktor en primer plano, sin ocultar esta vez el dibujo.

?A quien queria ver la muchacha de otro mundo? ?Al hermano de la amiga o al acompanante en el vuelo? ?Queria conocer a la persona allegada a Marina o de nuevo entrevistarse con el viejo conocido? Si lo ultimo era cierto, entonces para esto tenia que existir una causa.

?Era posible que no la emocionara tan fuertemente la llegada de la Sextra expedicion lunar como la entrevista con Viktor?

Marina informo inmediatamente de ambas cosas a Stone. Esta noticia la acogieron con gran satisfaccion en el consejo cientifico. La pregunta de Guianeya daba todos los fundamentos para pensar que la muchacha habia decidido «descubrir sus cartas», de que en el sharex no se habia ido de la lengua, sino que intencionadamente dio a comprender que sabia mas de lo que podria saber si no dominara el idioma de la Tierra.

?Entonces por que tan tesoneramente no lo daba a conocer? Parecia como si Guianeya, a pesar de todo, temiera algo.

Le recomendaron a Marina que reaccionara como en el primer caso, aparentando no notar nada.

4

Guianeya en Selena estaba pensativa y distraida. Se esforzo por mostrar interes hacia todo lo que le mostraban y de esto se deducia claramente que habia perdido el equilibrio espiritual. Hubiera sido mas sencillo y natural mantenerse como siempre, conservar su habitual expresion de indiferencia, a la que hace tiempo estaban acostumbrados y nadie prestaba atencion.

Estaba claro que Guianeya no dominaba hoy sus nervios.

Siguiendo su linea de conducta marcada, Marina propuso a Guianeya regresar a Poltava precisamente cuando era hora de dirigirse al cohetodromo, para saber si en realidad queria recibir a la Sexta expedicion.

Era de esperar que Guianeya, en esta circunstancia, se viera obligada a dar una contestacion directa, pero la huesped busco una respuesta evasiva.

— Usted ha dicho — manifesto ella — que la ciudad forma un anillo alrededor del cohetodromo, y no me lo

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