conversacion de ayer —. Ustedes no ven nada cuando no hay luz. Me refiero a la luz que ustedes perciben. Nosotros vemos mucho mas. Para ustedes los objetos son oscuros, para nosotros iluminados. ?Raro, no es verdad, Viktor?
?Tan parecidos como son ustedes a nosotros!
Muratov penso que ella no habia elegido un tiempo a proposito para una conversacion de este tipo, y no pudo ocultar su impaciencia cuando le rogo que contestara a la pregunta.
— ?Por que habla usted conmigo con un tono tan violento? — pregunto Guianeya como si no ocurriera nada —. No estoy acostumbrada a que se me hable de este modo.
— ?Perdoneme! Estamos muy agitados.
— No hay motivo para agitarse. Lo que ustedes buscaban lo han encontrado. ?Que mas necesitan?
En su tono se reflejaba claramente: «Yo he cumplido lo que ustedes querian. Ahora, dejenme en paz».
— Usted la ve, Guianeya — dijo Muratov —, nosotros no. Ayudenos una vez mas.
Alzo los hombros, gesto caracteristico de ella, y dijo de la misma forma que lo hubiera hecho un maestro con un alumno torpe:
— Bajen los proyectores. La base — (por primera vez pronuncio claramente esta palabra) — esta ubicada en una cavidad. Parece artificial porque tiene bordes llanos. Los rayos de luz pasan por encima, por esto ustedes no ven nada.
Ella comprendia la diferencia de su vista pero solo mentalmente. Guianeya no podia comprenderla de forma que lo sintiera.
— Esperaremos — dijo Stone, cuando Muratov le tradujo lo que habia dicho Guianeya —. Es desconocido como actua la luz en la instalacion de esta base. Por no haberlo pensado bien nos hemos arriesgado mucho cuando hemos encendido los proyectores.
Esto es culpa mia.
A los quince minutos exactos llego la quinta maquina. Comenzo el momento largamente esperado de la operacion.
Stone coloco su todoterreno un poco atras y a un lado. Cuatro maquinas operativas se colocaron en linea. Desde ellas hasta la base, hasta ahora invisible, habia mas de cien metros, distancia completamente suficiente para la seguridad y comodidad en el trabajo.
Incluso no causaria ningun dano si tuviera lugar una explosion de cualquier fuerza, asi fuera la misma aniquilacion. No habia que temer ninguna sacudida del aire donde no lo habia. Quedaba solo la probabilidad teorica de que la base estallara como una bomba nuclear con una enorme elevacion de la temperatura. Pero los todoterreno, construidos especialmente para las busquedas de la base, estaban preparados para este caso y debian quedar intactos lo mismo que sus tripulaciones. Claro esta que existia un grado de peligro que habia que aceptar. No era posible llevar las maquinas mas atras, a una distancia en que hubiera absoluta seguridad, porque entonces se dificultaria mucho la direccion de los trabajos.
Ninguno de los participantes de la expedicion pensaba en el peligro. Solo sabian una cosa: la base habia sido hallada y era necesario destruirla.
La palabra «necesario» era suficiente para ellos.
Aparecio en la maquina de Stone el ingeniero Laszlo Szabo, que habia llegado en el quinto todoterreno y que fue el dirigente tecnico de las otras seis expediciones anteriores.
Era un hombre fuerte, ancho de hombros, de pequena estatura y de edad indeterminada.
Su cara, con rasgos que denotaban una voluntad ferrea, estaba sombreada por una pequena barba puntiaguda, adorno que raramente se encontraba en esta epoca.
Ya en el camino de la Tierru. a la Luna, Muratov observo la hostilidad manifiesta de Guianeya hacia esta persona. Y la causa no consistia solo en que Szabo fuera de estatura pequena, ya que en los ultimos tiempos Guianeya ya se habia acostumbrado a tratar personas de esta clase. Por lo visto habia comprendido o comenzaba a comprender, que las personas de ia Tierra son iguales, independientemente de su estatura. Los residuos de su anterior punto de vista renacieron durante su entrevista con Bolotnikov. La antipatia de Guianeya tenia raices por ahora desconocidas.
Se extremecio cuando Szabo al pasar por el todoterreno a ocupar su lugar, la saludo con una inclinacion de cabeza. Muratov vio cuanto trabajo le costo a Guianeya el contestarle con el mismo saludo.
A las manos de Szabo paso el mando de toda la operacion.
— ?Atencion! — dijo, casi sin terminar de quitarse la escafandra lunar —. Comenzamos con la exploracion, primera parte de nuestro programa. ?Lanzar el robot numero uno!
De la maquina en que se encontraba Sinitsin se deslizo una esfera metalica sobre orugas que brillaba fuertemente bajo los rayos del Sol.
Veresov habia descrito detalladamente su construccion a Muratov en visperas del vuelo. Esta era una maquina muy complicada y perfecta, fruto del trabajo de muchas personas, que probablemente, ahora, estaba condenada a ser destruida.
El robot se deslizo alejandose del todoterreno unos diez metros y se detuvo.
Esperaba el mando.
Szabo realizo una conexion en el cuadro de radiocomunicacion.
— ?Adelante! — dijo, pronunciando cada silaba por separado —. ?Primera prueba!
El robot se movio un poco y rapido se deslizo hacia el pliegue de la montana.
Garcia se acerco al radar. Era necesario estar atentos por si apareciese alguna radiosenal. Stone se inclino ante la pantalla infrarroja.
No tomaron ninguna medida contra la posibilidad de una explosion, parecida a la que tuvo lugar en la aniquilacion del robot-explorador, hace tres anos, durante la expedicion de la «Titov».
Las pantallas no dejaban pasar los rayos de luz excesivamente fuertes, los ojos de las personas estaban completamente protegidos de todo lo que pudiera ocurrir.
Se veia perfectamente que el robot retardaba su movimiento segun se acercaba al limite de la sombra negra. Lo mismo que un ser vivo y racional se acercaba con mucha precaucion al objetivo. La maquina no era un ser vivo pero poseia un «cerebro» altamente desarrollado.
Despues el robot se detuvo. Su parte delantera se interno en la sombra e inmediatamente desaparecio de la vista. La parte trasera continuaba brillando al sol.
Producia la impresion como si una mano desconocida hubiera instantaneamente cortado la maquina por la mitad.
Chasquearon los contactos del receptor y resono una clara voz metalica:
— Grieta. Dos metros de profundidad. Distancia diecinueve metros. Visibilidad nula.
— No es una grieta — dijo Stone —. Es una excavacion en la que se encuentra la base.
?Que hacer, Laszlo? Es peligroso conectar la luz.
— ?En que hay peligro? — refuto Szabo — ?Que explota? Pues que explote. Nosotros mismos queriamos destruir esta base. — Se inclino ligeramente hacia adelante, hacia el microfono, y como lo habia hecho antes pronuncio separando las silabas:
— ?Luz! Te-le-trans-mi-sion.
En los cinco todoterreno las personas se apresuraron a dar vuelta a los interruptores.
La parte inferior de las pantallas panoramicas se oscurecio un poco. Ahora esta parte se convirtio en telepantalla. La parte superior era como al principio, para la observacion visual.
Brillo un fuerte rayo de luz en la penumbra donde se ocultaba la parte delantera del robot. Se vio como dirigia hacia abajo la luz del proyector. En las pantallas de television aparecio la linea de la excavacion, recta, como si hubiera sido trazada con una regla. Por apreciacion de las personas esta se encontraba a unos veinte metros del robot, segun este ultimo, a diecinueve.
— ?Aproximarse! — mando Szabo.
El robot desaparecio por completo. Solo la luz de su proyector indicaba el lugar donde se encontraba.
La linea de la excavacion se aproximo. No cabia la menor duda de que era artificial.
— ?Foco de luz mas amplio! — volvio a mandar Szabo.
Se escucho perfectamente como chasquearon dentro de la esfera los contactos de los interruptores. El haz de luz se amplio y aumento su brillantez.
Ahora se veia perfectamente toda la cavidad excavada en el terreno rocoso. Tenia una forma cuadrada