No cabia lugar para dudas.

?Instalaciones defensivas no existian, la aproximacion a la nave no ofrecia ningun peligro!

— Les ayudaremos a tomar una decision — dijo Szabo.

Salio de la Tierra la misma escuadrilla que en algun tiempo dirigio Muratov. Ya hace tiempo que estaba preparada con el fin de convertir un asteroide mas en estacion cientifica cosmica. No se tenia grandes deseos de gastar energia en un objetivo no previsto, pero no quedaba otro remedio.

La potencia de la escuadrilla, que hizo cambiar la orbita de Hermes, era mas que suficiente.

Las naves eran muy pequenas en comparacion con el gigantesco advenedizo, pero eran ocho. Por cuatro partes se acercaron al «huesped», dos por cada una, y se pegaron a su bordo. La nave era invisible incluso desde cerca, pero se distinguia bien como una «hendidura» negra en el cosmos, en el fondo estelar.

Potentes imanes adhirieron las naves al advenedizo formando un todo unico.

La nave fue apresada y ya no podia desprenderse.

Inmediatamente se puso en claro que los motores de la nave advenediza repelian la atraccion de la Tierra.

Habia sido cumplida la primera parte de la operacion planeada pero se planteaba la cuestion de ?como obrar en lo sucesivo?

Sin duda alguna la fuerza de las ocho astronaves podria vencer la fuerza de los motores de la nave. ?Pero que pasaria en la Tierra despues del aterrizaje?

?Se detendrian los motores de la nave o continuarian funcionando inutilmente?

La actitud del «huesped» cerca de la Tierra era lo suficientemente inconcebible para que esta pregunta no se hiciera en balde.

Seria ridiculo sujetar la nave con cadenas al cohetodromo. ?Y, ademas, que cadenas podrian mantener sujetada una nave cosmica de tales dimensiones?

El comandante de la escuadrilla comunico sus dudas al estado mayor de la operacion, donde no pensaron mucho tiempo.

Los aparatos automaticos del huesped — estaba claro que en el momento actual dirigian la nave no personas sino aparatos — resultaron «sensatos». Claro esta que los aparatos terrestres, correspondientes a los de la nave, eran «mas inteligentes» y no hubieran permitido un gasto inutil de energia, pero a pesar de todo obraban con una cierta logica, si les habia sido incluido en el programa la orden de esperar al arribar a otro planeta.

Esto significaba que al «sentir» tierra debian detener los motores.

Szabo contesto en este sentido al jefe de la escuadrilla.

Las ocho naves cambiaron su plan. ?Para que oponer resistencia a los motores de «huesped», si se les podia utilizar?

Las personas de la Tierra querian comprobar, ademas, cuan «sensatos» eran los aparatos automaticos del advenedizo.

La nave podia conducirse hacia la Tierra con la proa hacia adelante. Entonces, sus motores, si funcionaban como antes, no lo impedirian sino todo lo contrario, ayudarian.

Pero si ellos comenzaban a funcionar en direccion contraria, entonces habria que emplear la fuerza aunque era una pena gastar tanta energia.

Resulto que el «juicio» de la nave de los huespedes era mas perfecto de lo que se suponia.

Apenas se empezo a remolcarlo cuando los motores del huesped dejaron de funcionar por completo. El «cerebro», por lo visto, sintio y «comprendio» que a la nave la gobernaban desde afuera.

Era posible que no hubiera comprendido nada, sino que fuera corriente un aterrizaje de esta forma, teniendo en cuenta las gigantescas dimensiones de la nave.

Fuera lo que fuera esto no tenia ya gran importancia; el «huesped» no ofrecio resistencia y despues de hora y media aterrizaron las ocho naves de la escuadrilla en el cohetodromo de los Pirineos, completamente libre de todos los cohetes. Entre ellos se encontraba algo parecido a un espectro.

El cuerpo gigantesco tapaba todo lo que se encontraba tras el, pero era absolutamente invisible, parecia un vacio opaco.

Por primera vez veian las personas de la Tierra tal espectaculo.

Recibieron al forastero solo los empleados del servicio cosmico. Una precaucion elemental obligo a cerrar el cohetodromo para los ajenos. Se hizo una excepcion solo para dos personas: Muratov y Guianeya.

Se separaron las naves auxiliares y volaron hacia el extremo del cohetodromo. Quedo solo el huesped.

Era necesario hacerlo visible. La «vision» en todos sus aspectos no era muy agradable.

Nadie salia de la nave. Los aparatos acusticos no captaban ningun sonido dentro de el.

Los aparatos teleradiograficos, que se acercaron inmediatamente, no registraron ningun movimiento.

?Por que ahora habia cesado lo que se vio en las pantallas de la escuadrilla?

Parecia como si se hubieran ocultado los que se encontraban dentro de la nave.

Las personas de la Tierra no temian ninguna amenaza, ya que la nave aqui no podia causar un gran dano, debido a que se encontraba en poder comlpeto de los amos del planeta. Pero la ausencia de movimiento producia la impresion de que pudiera existir alguna amenaza.

La tripulacion de la nave debia comprender que habia sido hecha prisonera. ?Como obraria el comandante?

Si pensaba elevarse y salir volando, esto no le salvaria. Cuatro astronaves de la escolta que no habian descendido a la tierra, estaban sobre el cohetodromo a una gran altura vigilando atentamente al huesped. En caso de que intentara huir seria destruido inmediatamente.

Las personas se esforzaban vanamente en averiguar que es lo que pasaba ahora dentro de la nave.

Lo mismo que antes, nadie, incluso Guianeya, podian sospechar en lo mas minimo la situacion real de las cosas.

9

Merigo y sus tres camaradas no observaron y tampoco sintieron la disminucion de la velocidad del vuelo. No sabian lo que pasaba con su nave, no sospechaban que habia terminado su largo y atormentador viaje, que habian alcanzado felizmente el objetivo.

El intento descabellado, que nunca podria haber emprendido una persona que dominara la tecnica fue coronado con exito gracias a una serie de casualidades. Pero esto tampoco lo sabian ellos.

Una de las casualidades fue el que los cuatro hubieran quedado vivos. Su ingenuidad los hizo pensar que el camino al otro planeta era corto.

Y si en la astionave de los «odiados» no hubiera existido un deposito de viveres, si esta nave, que estaba preparada para volar tras la primera, la hubieran descargado de todo, entonces los cuatro hubieran muerto de hambre, y si hubieran retirado el agua preparada para las piscinas los cuatro hubieran muerto de sed.

Y hubieran quedado para simpre en el cosmos, si hubiera ocurrido la mas pequena averia en los aparatos de direccion, ya que si hubieran sonado las senales de alarma ninguno de los cuatro hubiera podido arreglar la averia, porque ni tan siquiera comprendian el significado de estas senales.

Y otras muchas mas cosas hubieran podido surgir en su camino.

Los cuatro habian realizado un vuelo cosmico, que sin duda alguna era unico e inigualable en la historia de cualquier planeta.

Podrian estar orgullosos, pero para esto era necesario comprender la importancia de su hazana. Ellos no comprendian nada e incluso no pensaban en que habian realizado una proeza valiente, abnegada y humana.

No sabian que su viaje habia terminado, y al sentir un pequeno choque en el aterrizaje, no comprendieron lo que esto significaba.

No hubo ningun cambio de la fuerza de gravedad dentro de la nave e incluso ahora no sintieron ningun cambio en su peso.

Nada les podia indicar que la nave habia terminado su vuelo, que estaba inmovil sobre el planeta, y probablemente hubieran estado durante mucho tiempo sin conocer esto hasta que las personas de la Tierra no se

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