Tiene un televisor pequeno y un reproductor de DVD. Como en la casa no hay conexion por cable, el aparato no recibe las emisiones normales, pero si puede ver peliculas, y ahora que va a empezar el capitulo de
Le resulta muy familiar, naturalmente. Despues de verla cuatro o cinco veces, se la sabe practicamente de memoria, pero se ha propuesto descubrir pequenas cosas que se le hayan podido escapar antes, esos detalles que transcurren rapidamente y que en definitiva dan textura a una pelicula. Ya en la primera escena, cuando Dana Andrews esta en el aeropuerto tratando sin exito de reservar un billete para volver a Boone City, sorprende a Alice que el hombre de negocios con los palos de golf, el senor Gibbons, pague tranquilamente su penalizacion por exceso de equipaje sin hacer el menor caso a Andrews, capitan de la fuerza aerea que acaba de contribuir a ganar la guerra para el senor Gibbons y sus conciudadanos; de ahora en adelante, decide ella, tomara nota de los actos de indiferencia civil hacia los soldados que regresan. La complace ver lo rapidamente que se multiplican a medida que avanza la pelicula: el conserje del edificio de apartamentos donde vive Fredric March, por ejemplo, reacio a permitir que el sargento de uniforme entre en su propia casa, o el encargado de Midway Drugs, el senor Thorpe, que insidiosamente desecha el historial militar de Andrews cuando le ofrece un puesto de trabajo mal pagado, o incluso la mujer de Andrews, Virginia Mayo, que le dice que «se olvide de todo», que no ira a ninguna parte hasta que deje de pensar en la guerra, como si el hecho de haber entrado en combate se considerase un inconveniente menor, comparable con una desagradable sesion en el dentista.
Mas detalles, mas pequenas cosas: Virginia Mayo quitandose las pestanas postizas; el repulsivo senor Thorpe vaporizandose la ventana izquierda de la nariz; Myrna Loy intentando besar al dormido Fredric March, que en respuesta casi le da un punetazo; el estrangulado sollozo de la madre de Harold Russell al ver por primera vez los ganchos ortopedicos de su hijo; Dana Andrews metiendose la mano en el bolsillo en busca del fajo de billetes cuando Teresa Wright lo despierta, sugiriendo con un rapido e instintivo movimiento las muchas noches que debe de haber pasado con mujeres de mala vida en ultramar; Myrna Loy poniendo flores en la bandeja del desayuno de su marido, para luego decidir quitarlas; Dana Andrews cogiendo la fotografia de la cena en el club de campo, rompiendola por la mitad para conservar la imagen de Teresa Wright sentada a su lado, y luego, tras una breve vacilacion, rompiendo tambien esa mitad; Harold Russell tartamudeando y equivocandose al decir sus votos matrimoniales en la escena de la boda al final; el padre de Dana Andrews tratando torpemente de ocultar la botella de ginebra el primer dia que su hijo esta en casa despues de la guerra; un letrero visto por la ventanilla de un taxi que pasa: «?Se conforma con un perrito caliente?».
Le interesa especialmente la interpretacion de Teresa Wright en el papel de Peggy, la joven que se enamora del infelizmente casado Dana Andrews. Quiere saber por que se siente atraida hacia ese personaje cuando todo apunta a que Peggy es demasiado perfecta para resultar creible como ser humano -demasiado desenvuelta, bondadosa, guapa, inteligente, una de las encarnaciones mas puras de la norteamericana ideal que conozca-, y sin embargo, cada vez que ve la pelicula comprueba que ese personaje la atrae mas que ningun otro. En el momento en que Wright hace su aparicion en la pantalla, entonces -al principio, cuando su padre, Fredric March, vuelve con Myrna Loy y sus dos hijos- Alice decide rastrear hasta el ultimo matiz del comportamiento de Wright, examinar los mejores aspectos de su interpretacion con animo de entender por que ese personaje, que en potencia es el vinculo mas debil de la pelicula, acaba dando solidez a la historia. No es la unica en pensar eso. Incluso Agee, tan duro en su juicio sobre otros aspectos de la pelicula, manifiesta efusivamente su admiracion por el papel de Wright. «Esta nueva interpretacion suya, carente por completo de grandes escenas, artificios o truculencias -apenas puede llamarse actuacion-, me parece una de las creaciones mas sabias y deliciosas que he visto en anos.»
Inmediatamente despues de los dos planos largos de March y Loy abrazandose al fondo del pasillo (uno de los momentos caracteristicos de la pelicula), hay un corte y la camara enfoca en primer plano a Wright, y justo entonces, en esos pocos segundos en que Peggy ocupa la pantalla ella sola, Alice sabe lo que tiene que buscar. La interpretacion de Wright se centra por entero en los ojos y en el rostro. Solo hay que seguir la mirada y la cara, y el enigma de su maestria queda resuelto, porque son unos ojos insolitamente expresivos, sutil pero vividamente explicitos, y el rostro registra sus emociones con una autenticidad tan sensible y comedida que no puede pensarse en ella sino en un personaje plenamente encarnado. Mediante los ojos y el rostro, Wright, en su papel de Peggy, es capaz de sacar al exterior lo mas intimo, e incluso cuando esta callada, sabemos lo que piensa y siente. Si, sin duda es el personaje mas sano, mas impetuoso de la pelicula, pero ?como no reaccionar ante su airada declaracion a sus padres sobre Andrews y su mujer, «Voy a romper ese matrimonio», el contrariado desaire que hace a su atractivo galan de la cena cuando intenta besarla, diciendole «No seas cargante, Woody», o la breve carcajada complice que comparte con su madre cuando se dan las buenas noches despues de haber acostado a dos hombres borrachos? Eso explica por que Andrews piensa que deberian fabricarla en serie. Porque es unica, y cuanto mejor seria el mundo (?cuanto mejores serian los hombres!) si hubiera mas Peggys andando por ahi.
Hace lo que puede por concentrarse, por mantener los ojos fijos en la pantalla, pero a mitad de la pelicula empieza a distraerse. Mientras observa a Harold Russell, el tercer protagonista masculino junto con March y Andrews, el actor no profesional que perdio las manos en la guerra, se pone a pensar en su tio abuelo Stan, el marido de Caroline, hermana de su abuela, el manco de tupidas cejas Stan Fitzpatrick, veterano del desembarco en Normandia, empinando el codo en fiestas familiares, contando chistes verdes a los hermanos de Alice en el porche de la casa de sus abuelos, uno de los muchos que nunca lograron recobrar la compostura despues de la guerra, el hombre con treinta y siete trabajos distintos, el querido tio Stan, muerto hace ya diez anos, y las historias que su abuela le ha contado ultimamente de como «solia zurrar un poco a Caroline», a la ya fallecida Caroline, de como la sacudia de tal manera que un dia perdio dos dientes, y luego estan sus dos abuelos, aun vivos, uno apagandose y el otro lucido, que combatieron en el Pacifico y Europa cuando eran muy jovenes, tanto que parecian ninos, y aunque ha intentado preguntar al abuelo lucido, Bill Bergstrom, marido de la abuela que aun vive, nunca le dice mucho, solo cuenta generalidades muy vagas, sencillamente no le resulta posible hablar de esos anos, todos estaban desequilibrados cuando volvieron a casa, mutilados de por vida, y hasta los anos de posguerra siguieron formando parte del conflicto, los anos de pesadillas y sudores nocturnos, los anos de querer atravesar la pared de un punetazo, de modo que su abuelo le sigue la corriente diciendole que fue a la universidad aprovechando la ley que ayudaba a los veteranos de guerra, que conocio a su abuela en un autobus y se enamoro de ella a primera vista, tonterias, gilipolleces de principio a fin, pero es uno de esos hombres que no puede hablar, miembro activo de la generacion de hombres incapaces de hablar, y por tanto debe acudir a su abuela para que le cuente lo ocurrido, pero su abuela no estuvo en la guerra, no sabe lo que paso alli y de lo unico que puede hablar es de sus tres hermanas y sus maridos, la fallecida Caroline y Stan Fitzpatrick y Annabelle, cuyo marido resulto muerto en Anzio y que luego volvio a casarse con un tal Jim Farnsworth, otro veterano del Pacifico, pero ese matrimonio tampoco duro mucho, su marido le fue infiel, falsifico cheques o participo en una estafa bursatil, los detalles son confusos, pero Farnsworth desaparecio mucho antes de que ella naciera, y el unico marido que ella conocio fue Mike Meggert, el viajante de comercio, que tampoco hablaba nunca de la guerra, y por ultimo esta Gloria, Gloria y Frank Krushniak, el matrimonio con seis hijos, pero la guerra de Frank fue diferente de la de los demas, fingio una discapacidad y no tuvo que prestar servicio, lo que significa que Gloria tampoco tiene nada que