inventando preguntas hasta que resuelva el problema, eso le ayudara a entrenar la mente y, al mismo tiempo, la paciencia y el aguante.
El estudiante, cenudo, se volvio hacia la ventana. Misha Dotsenko entorno la puerta con una taza humeante en las manos:
– Anastasia Pavlovna, ?me permite que me siente aqui un ratito? Lesnikov tiene una visita, quieren hablar a solas, justo cuando acababa de prepararme el te…
– Pase, Mishenka.
Misha era el unico detective del departamento al que Nastia trataba de usted. No era porque tuviese al teniente primero Dotsenko en especial estima. Lo que ocurria era que el propio Mijail idolatraba a Nastia, la creia poseedora de una inteligencia superior y no abreviaba su nombre ni evitaba el patronimico. Kolia Seluyanov a veces bromeaba diciendo que el joven teniente primero estaba secretamente enamorado de la adusta y fria Kamenskaya. Por supuesto, no se trataba de eso pero, a pesar de todo, no podia corresponder a «Anastasia Pavlovna» si no era tratando a Misha de usted, con el fin de preservar el equilibrio y no parecer una maestra hablando a un alumno.
Con un movimiento rapido quito de la mesa sus apuntes, recordando las instrucciones de Gordeyev y su categorica exigencia de no discutir el asesinato de Yeriomina con nadie del departamento. Charlo apaciblemente con su companero de naderias, se le lamento de lo viejas y agujereadas que estaban sus botas y de que, si se pusiera las nuevas, estarian para tirarlas dentro de nada, dada la cantidad de agua y barro que habia estos dias en la calle, se acordo con nostalgia de los tiempos en que las tiendas vendian botines de goma de colores y que le habrian venido de perlas; en una palabra, le «dio el mitin» a Dotsenko con tal de evitar una conversacion sobre asuntos de trabajo.
Al cabo de un rato, Misha se marcho y el estudiante siguio callado, sin conseguir formular la tercera pregunta. Al final, se volvio hacia Nastia y dijo:
– ?Ese actor ha nacido en el hemisferio occidental u oriental?
«Bendito seas, ya hemos adelantado algo -penso aliviada Nastia, que ya empezaba a poner en duda lo acertado de su eleccion-, ahora la cosa ira mas de prisa.»
Cierto, la cosa fue mas de prisa, y una hora y media de esfuerzos tormentosos mas tarde, Oleg Mescherinov daba con el nombre de Charles Spencer Chaplin.
– Pasemos al segundo nivel de complejidad. Coja el papel y el boligrafo y tome nota…
Nastia le dicto la descripcion de una situacion corriente de descubrimiento de cadaver en un lugar publico.
– Utilice el principio binario para redactar una lista completa de hipotesis. Puede empezar con la alternativa «el asesino conocia a la victima o no la conocia». La hipotesis «no la conocia» se subdivide en las siguientes: «el asesino mato por casualidad o cumplia un encargo», etcetera. ?Esta claro? Como resultado obtendra un esquema donde cada cuadradito se divide en otros dos, excepto los finales. Este ejercicio lo hara en su casa. Ahora iremos a buscar y a interrogar a estas personas.
Nastia se metio en el bolso una larga lista de amigos y conocidos de Boris Kartashov, con sus senas y lugares de trabajo. Varios nombres llevaban una marca al lado, lo que significaba que ya habian sido interrogados. Aun asi, con los que quedaban tendrian mucho trabajo…
Vasili Kolobov, bajito, flaco, bonito de cara y con ojos astutos, contestaba a las preguntas de mala gana.
– ?Que clase de relaciones tenia su mujer Olga con Victoria Yeriomina y el amigo de esta, Boris Kartashov?
– Que clase, que clase… -mascullo el hombre-. Unas relaciones normales. A veces, Olga y Vica se tiraban de los pelos pero creo que se llevaba bien con Borka.
– ?Por que motivo renian Olga y Vica?
– ?Y quien las entiende? Mujeres…
– ?Le dijo Olga que Vica estaba enferma?
– Si.
– Procure recordar con tanto detalle como pueda que le conto.
– ?Que que me conto? Pero si ya ha pasado tanto tiempo que no se si me acordare de los detalles. Algo de no se que suenos que le habian aflojado una tuerca… No se, no me acuerdo.
– Trate de recordar cuando fue la ultima vez que vio a Yeriomina o hablo con ella.
– No me acuerdo. Hace mucho. Hacia calor todavia, asi que debio de ser en setiembre o a principios de octubre.
– ?Por que recuerda que hacia calor?
– Lucia un modelito fenomenal. Habia venido a ver a Lolka, yo justo iba a salir, nos tropezamos en el recibidor. Vica no llevaba abrigo, iba en mangas de camisa, de modo que hacia calor.
– ?Podria ser que alguien la hubiera acompanado en coche y que por eso no llevase abrigo?
– Podria ser. -Kolobov solto una risita por lo bajo-. Cualquier cosa podria ser con esa putilla.
– Ha llamado putilla a Yeriomina. ?No aprobaba su conducta?
– ?Y a mi que mas me da? Mientras no me estorbara…
– ?Le estorbaba Yeriomina?
– ?Por que lo dice?
– Expliqueme cual era su actitud personal respecto a ella.
Siguieron nuevas risitas por lo bajo y nuevos encogimientos de hombros. No, evidentemente, Vasili Kolobov no era el testigo de su vida. Trabajaba como dependiente en un quiosco privado abierto las veinticuatro horas en la estacion de ferrocarril de Savelovo, tenia la jornada de veinticuatro horas a la que seguian otras tantas de descanso.
– Digame, ?fue Vica alguna vez a verle en la estacion?
Se vio claramente que la pregunta no fue en absoluto del agrado de Kolobov. La sonrisa se borro de su rostro, agacho la cabeza y dijo entre dientes:
– ?Para que iba a ir?
– No le pregunto para que iba a ir sino si en alguna ocasion vio a Victoria Yeriomina en la estacion de Savelovo. Y si la vio, cuando fue, con quien estaba, si se acerco a su quiosco y, si asi fue, que le dijo. ?Le parece clara mi pregunta?
– No estuvo alli. No la vi por alli nunca.
– ?Y usted? ?Habia ido alguna vez a verla a su trabajo?
– ?Para que? ?Que se me habria perdido alli? Ni tan siquiera se donde trabajaba.
Y asi continuaron muchisimo tiempo, con «no se, no me acuerdo, no fui, no vi…».
– ?Cuando se entero de que Yeriomina habia desaparecido?
– Lolka me lo conto… creo que fue a finales de octubre. O algo asi.
– ?Que fue lo que le conto en concreto?
– Que Borka andaba buscando a Vica, que no habia ido a trabajar y que tampoco estaba en casa.
– ?Se encontraba su mujer aqui por aquellas fechas? ?No se habia ido de viaje o a pasar unos dias en casa de una amiga?
– Creo que no.
– ?Lo cree? ?Suele estar al tanto de los desplazamientos de Olga?
– Normalmente no. Paso fuera de casa veinticuatro horas seguidas. Trabajo un dia si y otro no, de modo que…
– ?Y cuando libra?
– Tampoco me quedo aqui sentado. Y no vigilo a Olga. Lo importante es que tenga la casa limpia y la comida preparada. Todo lo demas no es asunto mio.
– Pero si es su mujer. ?Acaso le trae sin cuidado donde anda y que hace?
– ?Como que sin cuidado?
– Creo que es lo que acaba de decir.
– Pues no creo que le haya dicho nada de eso.
– En cuanto a usted mismo, ?salio de la ciudad a finales de octubre?
– No.