que le habia contado a Boris, que alguien le robaba los suenos, confirmo que asi era. Hable con Vica por ultima vez la noche del 22 de octubre, la llame a casa alrededor de las once. Quedamos en vernos el domingo. No he vuelto a ver a Yeriomina o a hablarle.»

Protocolo del interrogatorio del doctor en medicina Maslennikov, medico psiquiatra consultado por Kartashov: «Si, hace dos o tres semanas, a mediados de octubre, Boris Kartashov me pidio opinion sobre el estado de una amiga suya que manifestaba ciertas ideas fijas. Los sintomas que me describio permitian concluir que la joven estaba a punto de sucumbir a un trastorno gravisimo y debia ser ingresada sin tardanza. Estados similares al suyo son conocidos bajo el nombre de sindrome de Kandinsky-Clerambault. Los enfermos afectados por una psicosis aguda pueden ser extremadamente peligrosos, ya que empiezan a oir voces y esas voces pueden ordenarles cualquier cosa, hasta matar a un transeunte anonimo. Esos enfermos corren igualmente el riesgo de ser victimas de un crimen, debido a su incapacidad de valorar correctamente las situaciones, sobre todo si en ese momento interviene la voz para darles un 'consejo'. Le explique a Kartashov que no se podia ingresar a su amiga sin el consentimiento de esta, a menos que sus problemas psiquicos afectasen su comportamiento de forma grave y quedase detenida por la policia. Kartashov me conto que se negaba categoricamente a dejarse examinar por un especialista y que creia gozar de buena salud. Lamentablemente, en casos asi, uno no puede hacer nada, ya que la hospitalizacion forzosa esta reservada, como ya he dicho, a conductas anomalas que fuercen la intervencion de la policia.»

Habia unos cuantos protocolos mas que incluian las declaraciones de los empleados de la empresa donde trabajaba Yeriomina, asi como las de los amigos de la victima y de Kartashov. Estos protocolos no le descubrieron a Nastia nada nuevo. Luego vio una hoja con la lista de locales, junto con sus direcciones, donde Victoria acostumbraba a acudir a tomarse un trago. La lista llevaba grapados seis informes segun los cuales en el periodo del 23 de octubre al 1 de noviembre en aquellos locales nadie habia visto a Yeriomina. Faltaban por comprobar dos direcciones mas.

Nastia cerro el expediente y miro a Olshanski. El juez, sentado de espaldas a Nastia y encorvado sobre una silla incomoda, escribia rapidamente a maquina.

– ?Konstantin Mijailovich! -le llamo.

El hombre se volvio hacia ella con brusquedad, empujando con el codo una pila de papeles que se erguia sobre la mesa. Los documentos se desparramaron por la mesa y algunos cayeron al suelo. Sin embargo, a Olshanski su propia torpeza no parecio preocuparle lo mas minimo.

– Dime -contesto con calma, como si nada hubiera ocurrido, mientras se quitaba las gafas y con sana frotaba sus cristales con los dedos.

– Tengo que hacerle tres preguntas. Una tiene que ver con el caso y las otras dos no.

– Empieza por las que no tienen que ver con el caso -dijo el juez, campechano, ladeando la cabeza como lo hacen los pajaros y frotandose el puente de la nariz.

Como todos los miopes, sin las gafas parecia desorientado e indefenso. Se habia producido un cambio imperceptible, y de pronto Nastia se dio cuenta de que Olshanski tenia un rostro sorprendentemente bello y unos ojos bordeados por pestanas largas como las de una muchacha. Los gruesos cristales de sus gafas de miope le empequenecian los ojos, y la montura, mil veces rota y remendada, manchada por el pegamento, afeaba al juez hasta volverle irreconocible.

– ?Le alcanza su sueldo?

– Segun para que -respondio Olshanski encogiendose de hombros-. Para no morirme de hambre en un arroyo, para esto si que alcanza, hasta me sobra. Pero para sentirme a gusto, en absoluto.

– ?Que es para usted «sentirse a gusto»? -siguio indagando Nastia.

– ?Para mi personalmente? ?Tienes un morro, Kamenskaya! Te lo dire y tu me meteras los dedos en la boca. Querras que te cuente cuales son mis gustos, aficiones, pasatiempos favoritos, problemas familiares y sabe Dios que mas. ?A que viene esto? ?Que eres, mi madrina, mi hermana, mi mejor amiga? Pasa a la segunda pregunta.

El juez le habia contestado con malos modos, sin disimularlos, pero, al mismo tiempo, con una amplia sonrisa en los labios que dejaba a la vista una dentadura sana y deslumbrante. No habia manera de comprender si estaba enfadado o bromeaba.

– No le agrada que yo lleve el caso de Yeriomina en vez de Lartsev, ?verdad?

La sonrisa de Olshanski se hizo mas amplia aun pero tardo en contestarle.

– Me gusta trabajar con Volodya, es un profesional de primera, un gran especialista. Le tengo una enorme simpatia. Disfruto cuando me toca tratar con el, disfruto como juez de instruccion y como ser humano. En lo que se refiere a ti, Anastasia, no habia trabajado contigo nunca y apenas te conozco. Gordeyev prodiga elogios sobre ti pero para mi son un sonido hueco. Acostumbro a formar mi propia opinion de la gente. ?Estas satisfecha con mi respuesta?

– A decir verdad, no. Pero ?no habra otra?

– No.

– Entonces, la pregunta numero tres: ?donde esta aquel empresario que acompano a Yeriomina hasta su casa el viernes 22 de octubre, despues del banquete?

– Desgraciadamente, se marcho a casa, a Holanda. Pero todo indica que nunca entro en el piso de Yeriomina. ?Has leido el protocolo del registro del piso?

– No me ha dado tiempo. Solo he leido las declaraciones de los testigos. Y el protocolo del interrogatorio de ese empresario no esta. ?No fue interrogado?

– No. Se fue antes de que encontraran el cadaver y abrieran el expediente. Pero cuando empezaron a buscar a Yeriomina seguia en Moscu, y el director general le llamo y le pregunto sobre la chica. Asi que solo sabemos lo que ocurrio la noche del 22 de octubre por las palabras del jefe de Yeriomina. De todos modos, de las huellas dactilares encontradas en el piso, ninguna pertenece al empresario en cuestion.

– ?Como han podido determinarlo? ?Con que las han comparado? -se extrano Nastia.

– Con las que estaban en los documentos que ese caballero ricachon habia firmado.

– Esos documentos ?se los presento el director general?

– Exactamente.

– Esto deja que desear -dudo Nastia.

– Esto deja que desear -convino en seguida Olshanski-. Pero tal vez te consuele saber que el senorito de marras llamo a las 22.30 horas de aquella noche desde el hotel Balchug a Paris, de lo cual hay constancia en el registro de la centralita. Recordaras que hacia las once de la noche, Yeriomina estaba sana y salva y charlaba con una amiga por telefono. Ademas, es poco probable que el holandes tenga que ver con el asesinato, ya que la mataron, como mas pronto, el 30 de octubre. Por supuesto, seria bueno interrogarlo pero, como entenderas, es mucha historia. Hay que actuar a traves del Ministerio de Asuntos Exteriores, la embajada, etcetera, y, encima, hay grandes posibilidades de que no se encuentre en Holanda sino de viaje por algun asunto de negocios. No vamos a correr detras de el de pais en pais.

– Konstantin Mijailovich, ?quiere que investigue sus hipotesis o que piense por mi cuenta?

– Pero si yo de momento solo tengo dos hipotesis. Segun la primera, el asesinato de Yeriomina esta relacionado con algun negocio sucio de la empresa. Segun la segunda, de veras era una enferma mental y fue victima de un cabrito que se le cruzo en el camino. Todavia no hemos empezado a trabajar con la primera y si hemos avanzado mucho en la verificacion de la segunda, pero, por desgracia, no hemos obtenido resultados. No se ha podido detectar rastro alguno de los movimientos de la victima en los dias que separan su desaparicion del hallazgo del cadaver.

– ?Y cual es, a su modo de ver, mi tarea? -pregunto Kamenskaya.

– Quiero que busques algun otro modo de trabajar con la segunda hipotesis. Quiero que pienses donde y como podemos detectar alguna huella de la presencia de Yeriomina partiendo del supuesto de que, en efecto, estaba afectada por una psicosis aguda. Habla con los especialistas, consulta a los psiquiatras, averigua que comportamiento tiene el enfermo en ese estado, intenta imaginar adonde y para que pudo haber ido la chica.

– ?Y la primera hipotesis? ?La de los tejemanejes de la empresa?

– Anastasia, ?eres de lo que no hay, lo juro! -dijo Olshanski agitando las manos-. ?Es que crees que podras hacer las dos cosas al mismo tiempo? Quiero que trabajes con la hipotesis que te parezca mas prometedora en vista de lo que dicen los materiales del expediente. Si eres capaz de ocuparte a la vez de, la otra, podre darme con un canto en los dientes. Pero te sere sincero, no me parece factible mientras trabajes sola. ?Piensa Gordeyev

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