delgadez era consecuencia de su fanatismo. Y Pavlysh penso que era un fanatico con mucha delicadeza —. La medicina alcanzo determinados logros. Se dio comienzo al trasplante de organos y a la creacion de organos artificiales. En nuestra vida fue creciendo el papel de la genetica, de la construccion genetica, de las mutaciones dirigidas. La gente aprendio a componer, a restaurar, a construir…

No, no es un fanatico, se corrigio mentalmente Pavlysh. Es un pedagogo ingenito, a quien las circunstancias han rodeado de gente que lo sabe todo sin necesidad de el y no de sea escuchar sus conferencias, aunque lo aprecie mucho como jefe de la Estacion. En los momentos peligrosos, Marina se escurria simplemente de la habitacion y volaba a su Cima. Deberia recorrer la Estacion para ver si habia una escalera o un ascensor que llevaria arriba. ?Y si subia casualmente, si se presentaba casualmente en su laboratorio? Pero… ?y si ella trabaja tambien con animales? Sandra con los tiburones, y Marina… ?Marina con los pajaros!

Pavlysh habia quedado pensativo y se perdio unas cuantas frases.

— …la suerte deparo a Guevorkian el papel de aglutinador. El reunio en un todo los ejemplos que acabo de describir. Formulo las tareas, la direccion y los objetivos de la bioformacion. Naturalmente, no lo tomaron en serio. Una cosa es introducir pequenos cambios parciales en el cuerpo humano, y otra, su transformacion radical. Pero si en el siglo pasado los cientificos habian de demostrar durante decenios que los asistia la razon, y los genios que se adelantaban a su epoca eran reconocidos como tales alla por los ochenta anos, Guevorkian tenia a su disposicion la base oceanica de Nairi, donde trabajaban ya doce submarinistas dotados de agallas;

— ?Sandra es submarinista? — dijo Pavlysh.

— Naturalmente — dijo Dimov, asombrado de que no lo supiera —. ?No se ha dado cuenta de que tiene una voz especifica?

— Si, pero no atribui a eso ninguna importancia.

— Sandra vino aqui hace poco. En tiempos trabajaba en Nairi. Pero de nuevo me interrumpe, Pavlysh. Le estaba hablando de Guevorkian. Resultaba una paradoja. Necesitamos hombres-peces. Dotamos de agallas a los submarinistas, para quienes en el oceano hay muchisimo trabajo. Los periodistas escriben ya con suma ligereza acerca de las razas de hombres marinos, pero nosotros, los cientificos, comprendemos que es todavia temprano para decir eso, por cuanto el sistema doble de respiracion hace el organismo tan complejo, que resulta muy dificil mantener su equilibrio. Guevorkian se opuso desde el principio mismo a que las agallas de los submarinistas fueran para siempre una parte de su organismo. No, decia, el cuerpo humano debe ser tan solo la envoltura que la razon considere necesario adoptar. Una envoltura que, en caso de necesidad, se pueda abandonar para reintegrarse a la vida normal. ?Percibe ahora la diferencia entre los submarinistas y las bioformas?

Pavlysh guardo silencio. Por cierto, Dimov no esperaba respuesta y continuo:

— Bioforma es un hombre cuya estructura corporal ha sido modificada de manera que pueda cumplir del mejor modo posible su trabajo en condiciones en las que no puede actuar el hombre normal.

Pavlysh habia oido hablar por primera vez de Guevorkian unos quince anos atras, en sus tiempos de estudiante. Luego, las polemicas y las pasiones se encalmaron. Aunque bien podia ser que el se ocupara de otros problemas.

— Las discusiones se desplegaban en torno al problema numero uno — decia Dimov —. ?Que necesidad habia de modificar la estructura del cuerpo humano, lo que era caro y peligroso, cuando se podia idear una maquina que cumpliese todas aquellas funciones? ?Quieren ustedes crear un Icaro? — nos preguntaban nuestros adversarios —. ?Un Icaro con alas de verdad? Lo adelantaremos volando en un flayer. ?Quieren crear un hombre cangrejo, que pueda bajar a la Tuscarora? Podemos sumergir alli un batiscafo. Pero…

Dimov hizo una pausa, pero Pavlysh destruyo todo el efecto al terminar la frase:

— ?El cosmos no es la continuacion del oceano terrestre!

Dimov carraspeo, guardo silencio, como un actor que se sintiera dolido porque algun frescales le apuntara desde el patio de butacas: «?Ser o no ser!». La verdad es que era un actor que habia ensayado aquella frase durante varios meses.

— Dispenseme — dijo Pavlysh, comprendiendo cuan imperdonable habia sido su replica —, yo, de pronto, recorde fragmentos de las discusiones de aquellos tiempos.

— Tanto mejor. — Dimov se habia recobrado ya —. Ha dicho usted que el cosmos no es el oceano terrestre. Por lo tanto no le costara trabajo adivinar donde encontro apoyo Guevorkian.

— En la Direccion Cosmica.

— En Exploracion de Altura. No podria usted imaginarse cuantas solicitudes recibimos despues de que Guevorkian hubo publicado su informe basico. Acudian a el de distintos confines, a veces de los mas inesperados, cirujanos y biologos. Pero aquellos anos fueron dificiles. Todos querian obtener resultados inmediatos, y en aquel entonces no admitiamos a voluntarios. Pero surgio el perro de gran profundidad. Mejor dicho, el cangrejo-perro. Despues siguieron tres anos de experimentos, hasta que pudimos afirmar con toda seguridad que garantizabamos a la bioforma-hombre el retorno a su semejanza anterior. Y hace ocho anos dimos comienzo a los experimentos con personas.

— ?Quien fue la primera bioforma?

— Fueron dos. Seris y Sapeev. Eran bioformas de gran profundidad. Trabajaban a una hondura de diez kilometros. Pero no habrian podido convencer a los escepticos de no haber sido por un azar. ?No recuerda como se salvo un batiscafo en la depresion submarina de Filipinas? ?No?

— ?Cuando fue eso?

— Veo que no lo recuerda. Pero, para la bioformacion, el caso hizo epoca. El batiscafo perdio la direccion. Fue a parar a una fisura y lo cubrio un alud submarino. La comunicacion se corto. Fue uno de esos casos en los que los medios tecnicos no pueden ayudar. Pero nuestros muchachos llegaron al batiscafo. No se en donde, tengo unas fotos y unos recortes de periodico de aquellos tiempos. Si le interesa, se los mostrare…

Lo lleva todo consigo, penso Pavlysh. Y habla de esos acontecimientos como si fueran historia antigua, cuando no han pasado desde entonces mas de siete anos.

— Por entonces, en el instituto se preparaban ya unos cuantos voluntarios. ?Comprende? incluso en las condiciones actuales, el proceso de la bioformacion es sumamente complejo. Por ejemplo, trabajo con nosotros Grunin. Voluntario, navegante de la Flota de Altura. Debia actuar en un planeta donde la presion es diez veces mayor que en el nuestro, la radiacion supera en cien veces la norma admisible, y la temperatura en la superficie alcanza los trescientos grados sobre cero. Anada a ello tempestades de polvo y continuas erupciones volcanicas. Naturalmente, se habria podido enviar a ese planeta un robot capaz de soportar tales condiciones o un pasaportodo tan complejo que el hombre seria en el lo que una mosca en un cerebro cibernetico. No obstante, las posibilidades del robot y las del hombre en el pasaportodo habrian sido limitadas. Grunin consideraba que podria recorrer el mismo aquel planeta. Palpar con sus propias manos, ver por sus propios ojos. Era un investigador, un cientifico. Nosotros, naturalmente, pusimos en claro a que condiciones debia responder el nuevo cuerpo de Grunin y que sobrecargas habria de soportar. Computamos el programa de dicho cuerpo, buscamos analogos en los modelos biologicos y calculamos tambien las tolerancias maximas y minimas. Sobre la base de tales estudios nos pusimos a construir a Grunin. Lo hicimos…

Dimov se callo.

— ?Perecio Grunin? — pregunto Pavlysh.

— Todo no se puede adivinar. Y a quien menos se puede culpar de ello es a Guevorkian. Al crear la bioforma sobre la base de un hombre concreto, debemos recordar que en el nuevo cuerpo queda su cerebro. Toda bioforma es un hombre. Ni mas ni menos… Luego vino Drach, y tambien perecio.

Pavlysh recordo el retrato de Drach en la sala grande de la Estacion. A Grunin no pudo recordarlo, pero a Drach, si, debido, por lo visto, a que era muy joven y de expresion confiada.

— Regreso — dijo Dimov —. Se debia retransformarlo, es decir, devolverle su apariencia humana. Todo debia terminar sin novedad. Pero en Kamchatka, por desgracia, empezo la erupcion de un volcan y habia que volar el tapon que se habia formado en la chimenea, habia que meterse en el crater, penetrar en la chimenea y volar el tapon, ?comprende? Pidieron a nuestro instituto que ayudara. Guevorkian se nego en redondo. Pero Drach oyo casualmente la conversacion. Fue y lo hizo todo, pero no logro volver.

— No querria yo ser bioforma — dijo Pavlysh —. A mi parecer, es inhumano.

— ?Por que?

— No sabria explicarlo. Lo creo una aberracion. El hombre tortuga…

— ?Donde esta el limite de sus tolerancias, colega? Diga, ?es inhumano salir al cosmos con una escafandra?

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