serena, estaba agradecida por, al menos, haber podido exorcizar con la musica la mayor parte de su ira y frustracion.
– Vanessa -le dijo su madre desde la puerta.
– No sabia que estabas en casa -respondio ella.
– Entre mientras estabas tocando. ?Te encuentras bien? -le pregunto, algo preocupada.
– Si, claro que si. Lo siento. He perdido toda nocion del tiempo.
– No importa. La senora Driscoll paso por la tienda antes de que cerrara. Me dijo que te vio yendo a la casa de Ham Tucker.
– Ya veo que aun tiene vista de lince.
– Y sigue siendo bastante entrometida. Entonces, fuiste a visitar a Ham -dedujo Loretta, con una ansiosa sonrisa en los labios.
– Si -respondio Vanessa, sin levantarse del taburete del piano-. Tiene un aspecto maravilloso. Casi no ha cambiado. Nos tomamos un trozo de pastel y un te en la cocina.
– Me alegro de que hayas ido a visitarlo. Siempre te ha querido mucho.
– Lo se. ?Por que no me dijiste que tenias una relacion con el? -pregunto, tras armarse de valor.
Loretta se llevo la mano al collar de perlas y se lo retorcio con gesto nervioso.
– Supongo que no estaba segura de como decirtelo. De como explicartelo. Pense que te pondrias… que te sentirias extrana al volver a verlo si sabias que nosotros…
– Tal vez pensaste que no era asunto mio -replico Vanessa.
– No, claro que no. Oh, Van… -susurro Loretta. Rapidamente se acerco a su hija.
– Bueno, despues de todo no lo es. Mi padre y tu llevabais divorciados muchos anos antes de que el muriera. Eres muy libre de escoger nuevo acompanante.
La censura que noto en la voz de Vanessa hizo que Loretta sintiera una profunda tristeza. Habia muchas cosas de las que se lamentaba, pero su relacion con Abraham Tucker no era una de ellas.
– Tienes razon -dijo, cuando hubo recuperado la compostura-. No me siento avergonzada ni culpable por estar saliendo con Ham. Somos adultos y los dos estamos libres. Tal vez al principio me parecio extrano lo que empezo entre nosotros, por Emily. Ella fue mi mejor y mas querida amiga, pero ya habia muerto y tanto Ham como yo estabamos solos. Tal vez el hecho de que los dos adoraramos a Emily tuvo que ver con que empezaramos nuestra relacion. Me siento muy orgullosa de lo que el siente por mi. Durante los ultimos anos, me ha dado algo que nunca he tenido de otro hombre. Comprension.
Se dio la vuelta y subio corriendo las escaleras. Estaba delante de la comoda, quitandose las joyas, cuando Vanessa abrio la puerta.
– Si te he parecido demasiado critica, te ruego que me disculpes.
Loretta se quito el collar y lo deposito con brusquedad sobre la comoda.
– No quiero que te disculpes con tanta cortesia, como si fueras una desconocida, Vanessa. Eres mi hija. Preferiria que me gritaras o que dieras portazos o que te encerraras en tu dormitorio tal y como solias hacerlo entonces.
– Estuve a punto de hacerlo -afirmo Vanessa. Entro en el dormitorio. Se sentia mas tranquila y muy avergonzada, por lo que eligio sus palabras con mucho cuidado-. No me disgusta tu relacion con el doctor Tucker, pero si me sorprendio. Lo que te he dicho antes es cierto. No es asunto mio.
– Van…
– No, por favor. Cuando llegue aqui, pense que nada habia cambiado, pero me equivocaba. Me va a resultar muy dificil aceptar ese hecho. Me resulta dificil aceptar que hayas seguido con tu vida tan facilmente.
– He seguido con mi vida, si, pero no facilmente.
De repente, Vanessa la miro con los ojos llenos de pasion.
– ?Por que me dejaste marchar?
– No tuve eleccion. En aquel momento, trate de creer que era lo mejor para ti. Lo que tu deseabas.
– ?Lo que yo deseaba? -replico ella, airada-. ?Me pregunto alguien alguna vez que era lo que yo deseaba?
– Yo lo intente. En todas las cartas que te escribi, te suplique que me dijeras si eras feliz, si querias regresar a casa. Cuando me las devolviste sin abrir, comprendi muy bien tu respuesta.
El rostro de Vanessa palidecio subitamente mientras miraba muy fijamente a Loretta.
– Tu nunca me escribiste.
– Te escribi durante anos, con la esperanza de que al menos te apiadaras de mi lo suficiente como para abrir una de mis cartas.
– No hubo ninguna carta -afirmo Vanessa, apretando los punos.
Sin decir ni una palabra, Loretta abrio un pequeno baul que tenia a los pies de la cama. Saco una caja y retiro la tapa.
– Las he guardado todas.
Vanessa miro el interior de la caja y vio docenas y docenas de cartas, dirigidas a los hoteles en los que ella se habia alojado por toda Europa y los Estados Unidos. Sintio que el estomago se le revolvia, por lo que tuvo que sentarse sobre la cama.
– No las viste nunca, ?verdad? -murmuro Loretta. Vanessa nego con la cabeza-. Tu padre me nego hasta algo tan insignificante como una carta…
Con un suspiro, Loretta volvio a dejar la caja en el baul.
– ?Por que? -pregunto Vanessa, con la voz desgarrada-. ?Por que evito que viera tus cartas?
– Tal vez penso que yo interferiria con tu carrera. Se equivocaba -afirmo-.Yo nunca te habria impedido que alcanzaras algo que deseabas y que te merecias tanto. A su modo, te estaba protegiendo a ti y castigandome a mi.
– ?Por que?
Loretta se dio la vuelta y se acerco a la ventana.
– Maldita sea, tengo derecho a saberlo -anadio Vanessa, llena de furia. Se levanto y se acerco a la ventana. Entonces, un dolor inesperado le hizo agarrarse con fuerza el estomago.
– Vanessa, ?que te pasa? -le pregunto Loretta muy alarmada. Rapidamente la obligo a sentarse en la cama.
– No es nada -susurro ella apretando los dientes para dominar el dolor-. Es solo un espasmo.
– Voy a llamar a Ham.
– No -le ordeno Vanessa, tras agarrarle el brazo con firmeza-. No necesito ningun medico. Solo es estres. Ademas, me puse de pie demasiado rapido.
– A pesar de todo, no te hara ningun dano que el te examine -insistio Loretta-.Van, estas tan delgada -anadio, tras rodearle los hombros con un brazo.
– He pasado mucho este ultimo ano. Mucha tension. Por eso, he decidido tomarme unos meses de descanso…
– Si, pero…
– Se lo que me pasa. Y estoy bien.
Loretta aparto el brazo al notar la frialdad con la que le hablaba Vanessa.
– Muy bien. Ya no eres ninguna nina.
– No, no lo soy. Y me gustaria tener respuestas. ?Por que te estaba castigando mi padre?
Loretta se tomo un momento para armarse de valor. Cuando hablo, su voz resono fuerte y tranquila.
– Por haberlo traicionado con otro hombre.
Durante un instante, Vanessa se quedo atonita. Su madre acababa de confesarle que habia cometido adulterio.
– ?Estas diciendome que tuviste una aventura?
– Si… Hubo otro hombre…Ya no importa. Mantuve con el una relacion de casi un ano antes de que os fuerais a Europa.
– Entiendo…
Loretta lanzo una fragil y cortante carcajada.
– Estoy segura de ello, asi que no me molestare ofreciendo excusas o explicaciones. Rompi las promesas que realice el dia que me case y he estado doce anos pagando.