Engatusandolo sin parar, logre que entrara en el edificio. Cerre de inmediato la puerta detras de nosotros.

El perro camino sin hacer ruido alrededor del salon, olisqueando y mirandolo todo. Despues de vigilarlo durante un minuto, para asegurarme de que no iba a morder nada ni levantar la pata, fui a la cocina para encontrarle algo de comer. Llene un cuenco grande de agua. Cogi otro de plastico en el que la abuela guardaba la lechuga y puse en el los restos de la comida para gatos de Tina y algo de carne para tacos. Me supuse que, si estabas muriendote de hambre, algo asi resultaria aceptable. Al fin el perro encontro el camino a la cocina y se dirigio a los cuencos. Olfateo la comida y alzo la cabeza para mirarme largo rato.

– Lo siento, no tengo comida para perros. Es lo mejor que he podido encontrar. Si quieres quedarte conmigo, te conseguire algunos Kibbles'N Bits.

El perro me miro durante unos segundos mas, y entonces agacho la cabeza hacia el cuenco. Comio un poco de carne, bebio y volvio a mirarme expectante.

– ?Puedo llamarte Rex?

Pequeno grunido.

– ?Y que tal Dean?-pregunte-. Dean es un nombre bonito. -Un chico agradable que me ayudo en una libreria de Shreveport se llamaba Dean. Sus ojos se parecian a los de este collie, observadores e inteligentes. Y Dean era un tanto diferente. Nunca habia conocido a un perro llamado Dean.

– Apuesto a que eres mas listo que Bubba -dije pensativa,, y el perro solto su corto y agudo ladrido-. Estupendo, vamos, Dean. Preparemonos para dormir-anadi, disfrutando de poder mantener una especie de conversacion. El perro me siguio en silencio hasta el dormitorio, estudiando todo el mobiliario con suma atencion. Me quite la falda y la camiseta, y las eche a un lado. Me baje las braguitas y me desabroche el sujetador. El perro me contemplo con gran atencion mientras cogia un camison limpio y me metia en el bano para ducharme. Cuando sali, limpia y relajada, Dean se sentaba junto a la puerta, con la cabeza echada a un lado.

– Para limpiarse, a la gente le gusta darse una ducha -le explique-. Ya se que a los perros no, supongo que es algo humano. -Me cepille los dientes y me puse el camison-. ?Estas listo para dormir, Dean?

Como respuesta, el perro salto a la cama, se giro en circulos y se tumbo.

– ?Eh, espera un minuto! -Desde luego, yo misma me lo habia buscado. A la abuela le hubiese dado un ataque si se enterase de que habia un perro en su cama. Ella pensaba que los animales estaban muy bien siempre que no pasaran la noche en casa. Su regla era: humanos dentro, animales fuera. Bueno,ahora tenia un vampiro fuera y un collie en mi cama.

– ?Tu, abajo! -dije, senalando la alfombra.

El collie, con lentitud y cierta reluctancia, descendio del lecho. Me lanzo una mirada de reproche mientras se sentaba en la alfombra.

– ?Quedate ahi! -dije con firmeza antes de meterme en la cama. Me sentia muy cansada, y ahora que tenia al perro no estaba tan nerviosa, aunque no sabia que ayuda podia esperar de el en caso de que se colara un intruso, ya que no me conocia lo suficiente como para serme fiel. Pero tenia que aceptar cualquier consuelo que pudiera encontrar, y comence a abandonarme al sueno. Justo mientras me quedaba adormilada note que la cama se combaba bajo el peso del collie. Una lengua estrecha me paso por la mejilla. El perro se acomodo cerca de mi. Me gire y lo acaricie. Era agradable tenerlo cerca.

Lo siguiente que recuerdo es que estaba amaneciendo. Fuera se oian los pajaros que volaban hacia el pueblo, gorjeando como locos. Era estupendo acurrucarse en la cama. Senti la calidez del perro a traves de mi camison; debia de haber hecho calor por la noche y me habia quitado la sabana de encima. Lo acaricie con torpeza la cabeza y comence a rascarle el pelaje, pasando los dedos distraidamente a traves de su grueso pelo. Se me acerco aun mas, me olisqueo la cara y me rodeo con su brazo.

?Con su brazo?

De un solo movimiento, salte de la cama y me puse a chillar. En mi cama, Sam se incorporo sobre los codos, de lado, y me miro con cierta curiosidad.

– ?Oh, oh dios mio! Sam, ?como has llegado aqui? ?Que estas haciendo? ?Donde esta Dean? -Me tape la cara con las manos y me di la vuelta, pero ya habia visto todo lo que habia que ver de Sam.

– ?Guau! -dijo Sam con su garganta humana, y la verdad me cayo encima como un jarro de agua fria.

Me revolvi para mirarlo, tan enfadada que pense que me iban a saltar los fusibles.

– ?Anoche me viste desnudarme, maldito… maldito perro!

– Sookie-dijo con tono persuasivo-. Escuchame.

Otra idea me golpeo.

– Oh, Sam. Bill te matara. -Me sente en la butaca de la esquina, junto a la puerta del bano. Puse los codos sobre las rodillas y deje caer la cabeza-. ?Oh, no! No, no, no.

El se arrodillo delante de mi. El aspero pelo dorado rojizo de su cabeza se repetia sobre su pecho y bajaba en una linea hasta su… volvi a cerrar los ojos.

– Sookie, me preocupe cuando Arlene me conto que ibas a estar sola -comenzo a explicarme.

– ?No te hablo de Bubba?

– ?Bubba?

– El vampiro que ha dejado Bill vigilando la casa.

– ?Ah, si! Me conto que le recordaba a algun cantante.

– Bueno, pues se llama Bubba. Le gusta desangrar animales por diversion.

Tuve la satisfaccion de verlo palidecer, aunque fuera entre los dedos de mis manos.

– Bueno, entonces ha sido toda una suerte que me dejaras entrar-dijo por ultimo.

Al recordar de repente su aspecto la noche anterior, pregunte:

– ?Que eres, Sam?

– Soy un cambiaformas. Pense que ya era hora de que lo supieras.

– ?Y tenias que hacerlo de esa manera?

– En realidad-dijo avergonzado-tenia planeado despertarme y marcharme antes de que abrieras los ojos. Pero me he quedado dormido. Correr a cuatro patas es agotador.

– Creia que la gente solo podia transformarse en lobo.

– No, yo puedo cambiar a cualquier forma.

Resultaba tan interesante que deje caer las manos y trate de mirarle solo la cara.

– ?Cada cuanto? -pregunte- ?Puedes escoger?

– Me veo obligado cuando hay luna llena -me explico-. En otras ocasiones puedo hacerlo a voluntad, aunque es mas dificil y tardo mas tiempo. Me convierto en cualquier animal que vea antes de cambiar, asi que siempre tengo un libro sobre perros sobre mi mesita, abierto con una foto de un collie. Los collies son grandes, pero no resultan amenazadores.

– Asi que, ?podrias ser un pajaro?

– Si, pero volar es muy duro. Ademas, siempre me da miedo acabar achicharrado en un tendido electrico o chocarme contra un cristal.

– ?Por que? ?Por que querias que lo supiera?

– Parecias llevar bastante bien el hecho de que Bill fuese un vampiro, en realidad hasta lo disfrutabas. Asi que pense que merecia la pena intentarlo, a ver si podias asumir mi… condicion.

– ?Pero lo que tu eres-dije de manera repentina, saliendome por la tangente- no puede explicarse por un virus! ?Quiero decir, tu cambias del todo!

No dijo nada. Se quedo mirandome, con sus ojos ahora azules pero igual de inteligentes y observadores.

– Ser un cambiaformas es decididamente sobrenatural. Si esto existe, otras cosas tambien pueden existir. Asi que… -dije con lentitud y cautela-, Bill no tiene ningun virus. Ser un vampiro no puede explicarse mediante una alergia a la plata, o al ajo, o al sol… Eso solo es basura que esparcen los vampiros, propaganda, se podria llamar. Asi pueden ser aceptados con mas facilidad, como victimas de una terrible enfermedad. Pero en realidad estan… en realidad estan…

Me precipite hacia el bano para vomitar. Por suerte logre llegar al inodoro.

– Si -dijo Sam desde la puerta, con voz triste-. Lo siento mucho, Sookie. Pero no es que Bill tenga un virus. Esta de verdad, de verdad muerto.

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