de encima aquella extrana apatia, me levante y servi el cafe.

– Bill no ha estado aqui desde anteanoche -dije.

– ?Y has pasado toda la noche aqui?

– Asi es, mi perro puede confirmartelo -y sonreia Dean, que gimio al sentirse el centro de atencion. Se acerco hasta colocar su peluda cabeza sobre mis rodillas mientras me tomaba el cafe. Le acaricie las orejas.

– ?Sabes algo de tu hermano?

– No, pero anoche recibi una curiosa llamada de telefono, de alguien que me dijo que estaba en Merlotte's… -en cuanto las palabras abandonaron mi boca me di cuenta de que mi interlocutor debia de haber sido Sam, que me habia atraido al bar para poder ponerse en situacion de acompanarme a casa. Dean bostezo, un enorme bostezo de oreja a oreja que nos permitio ver todos sus blancos y afilados dientes.

Ojala yo hubiera mantenido la boca cerrada. Pero ya lo habia soltado, y tuve que explicarselo todo a Andy, que se escoraba apenas medio despierto sobre la silla de mi cocina, con su camisa escocesa arrugada y llena de manchas de cafe y sus caquis deformados por llevarlos demasiado tiempo puestos. Necesitaba una cama igual que un caballo necesita su establo.

– Tienes que descansar un poco -dije con amabilidad. Habia algo triste en Andy Bellefleur, algo desalentador.

– Es por estos asesinatos -dijo, con voz insegura por el cansancio-, estas pobres mujeres. Y todas se parecian en tantos aspectos…

– ?Mujeres sin estudios, trabajadoras manuales empleadas en bares? ?Que no les importaba tener un amante vampiro de cuando en cuando? -El asintio, con los ojos cerrandosele por momentos-. En otras palabras, mujeres como yo.

Entonces abrio los ojos. Estaba horrorizado por su error.

– Sookie…

– Lo entiendo, Andy -dije-. En algunos aspectos todas somos parecidas, y si aceptas que el ataque contra mi abuela estaba dirigido a mi, bueno, entonces supongo que soy la unica superviviente.

Me pregunte quien le quedaria por matar al asesino. ?Era yo la unica viva que encajaba con sus parametros? Era la cosa mas aterradora que habia pensado en todo el dia.

Andy casi estaba echando una cabezada encima de su taza.

– ?Por que no vas a tumbarte en el otro dormitorio? -le sugeri cortes-. Tienes que dormir un poco. Me parece que no estas en condiciones de conducir.

– Es muy amable por tu parte -dijo Andy, arrastrando la voz. Parecia algo sorprendido, como si amabilidad no fuese algo que pudiera esperar de mi-. Pero tengo que ir a casa y ponerme el despertador. Tal vez pueda dormir tres horas.

– Te prometo que te despertare-dije. No me hacia ilusion que se quedara durmiendo en mi casa, pero tampoco queria que tuviera un accidente de regreso a la suya. La anciana senora Bellefleur nunca me lo perdonaria, y probablemente Portia tampoco-. Ven, tumbate en este cuarto. -Lo conduje a mi viejo dormitorio. Mi cama individual estaba arreglada con pulcritud-. Tu solo tumbate encima de la cama y yo pondre el despertador. - Asi lo hice, mientras el me observaba-. Ahora duerme un poco. Tengo que hacer un recado, pero volvere enseguida.

Andy no ofrecio mas resistencia, sino que se sento con pesadez sobre la cama mientras yo cerraba la puerta. El perro habia estado siguiendome de cerca mientras me encargaba de Andy, y en ese momento le dije con un tono bastante distinto:

– Vas a vestirte ya mismo.

Andy saco la cabeza por la puerta del dormitorio.

– Sookie, ?con quien estas hablando?

– Con el perro -respondi al instante-. Siempre lleva su collar, y se lo pongo cada dia.

– ?Y por que se lo quitas?

– Tintinea por las noches y no me deja dormir. Ahora vete a la cama.

– De acuerdo. -Parecia satisfecho por mi explicacion y volvio a cerrar la puerta.

Recogi las ropas de Jason del armario y las puse en el sofa delante del perro, y me sente dandole la espalda. Pero me di cuenta de que podia verlo en el espejo de encima de la repisa. El aire se desdibujo alrededor del collie, parecia hervir y vibrar lleno de energia, y entonces su forma comenzo a cambiar dentro de esa concentracion electrica. Cuando se aclaro la neblina, era Sam el que estaba de rodillas en el suelo, en cueros. ?Guau, que culo! Tuve que obligarme a cerrar los ojos y decirme repetidas veces que no estaba siendo infiel a Bill. El culo de Bill, me dije con firmeza, era igual de bonito.

– Estoy listo-dijo la voz de Sam a mi espalda, tan cerca que pegue un salto. Me levante con rapidez y me gire para mirarlo. Descubri que tenia su rostro a apenas quince centimetros del mio-. Sookie -dijo esperanzado, poniendo una mano en mi hombro, frotandolo y acariciandolo.

Me puse furiosa porque la mitad de mi ser queria continuar por ese camino.

– Escuchame clarito, amigo. Podias haberme contado esto de ti en cualquier momento de los ultimos anos. ?Desde cuanto hace que nos conocemos? Cuatro anos… ?o incluso mas! Y aun asi, Sam, a pesar de que te he visto casi a diario, has esperado a que Bill se sienta interesado por mi antes siquiera de… -incapaz de pensar como terminar la frase, sacudi las manos en el aire.

Sam se retiro, lo que fue un alivio.

– No he visto lo que tenia delante hasta que me he dado cuenta de que me lo podian quitar - dijo con voz serena.

No tenia nada que anadir a eso.

– Hora de irse a casa-le dije-. Y sera mejor que te llevemos alli sin que nadie te vea. Lo digo en serio.

Ya era bastante arriesgado sin necesidad de que algun cotilla como Rene viera a Sam en mi coche a primera hora de la manana y sacara las conclusiones equivocadas. Y se las transmitiera a Bill.

Asi que partimos, con Sam agazapado en el asiento trasero. Estacione con precaucion detras de Merlotte's. Habia un camion alli; negro, con remolinos de colores rosa y celeste a los lados. El de Jason.

– Oh, oh-dije.

– ?Que pasa? -la voz de Sam quedaba algo amortiguada por su postura.

– Dejame ir a echar un vistazo -anuncie, comenzando a sentirme nerviosa. ?Por que iba a aparcar Jason alli, en la zona de empleados? Y me parecia que habia un bulto en el camion.

Abri la puerta de mi coche, confiando en que el ruido alertara a la figura del camion. Espere a atisbar algun movimiento, pero cuando nada sucedio comence a atravesar la gravilla, lo mas asustada que he estado nunca a la luz del dia.

Cuando me acerque a la ventanilla pude descubrir que el bulto del interior era Jason. Estaba desplomado detras del volante. Podia ver que tenia la camisa manchada, la barbilla apoyada en el pecho, y que sus manos estaban caidas a ambos lados del asiento. Las marcas de su hermoso rostro formaban un largo aranazo rojo. Pude ver tambien una cinta de video sobre el salpicadero del camion, sin etiquetas.

– Sam-dije, lamentando el miedo que traslucia mi voz-. Por favor, ven.

Antes de lo que hubiera creido posible, Sam estaba a mi lado. Se me adelanto para abrir la puerta del camion. Como estabamos a comienzos del verano y el vehiculo llevaba ahi en apariencia varias horas (habia rocio en el capo) con las ventanillas subidas, el olor que emergio fue bastante fuerte, y se componia al menos de tres elementos: sangre, sexo y alcohol.

– ?Llama a una ambulancia! -dije con aprension mientras Sam se inclinaba para tomarle el pulso a Jason. Me miro dubitativo.

– ?Estas segura de que eso es lo que quieres?

– ?Pues claro! ?Esta inconsciente!

– Espera, Sookie. Piensa en esto.

Puede que lo hubiera reconsiderado con solo un minuto mas, pero en ese momento Arlene aparecio en su destartalado Ford azul. Sam suspiro y se metio en la caravana para llamar.

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