ese coraje?

— Reconoces entonces…

— No eludas el problema.

— Esta bien. Por lo tanto, te ama. Y tu quieres amarla. No es lo mismo.

— Te equivocas.

— Lo siento, Kelvin, pero fuiste tu quien saco a luz todo esto. No la amas. La amas. Ella esta dispuesta a sacrificarse. Tu tambien. Muy conmovedor, magnifico, sublime, lo que tu quieras, pero completamente fuera de lugar. No tiene sentido. ?Entiendes? No; te niegas a entender. Fuerzas desconocidas, ajenas a nosotros, te arrastran en un circulo vicioso; ella es un aspecto, una manifestacion periodica de ese poder. Si ella fuese… si te vieras perseguido por una vieja engreida, la mandarias en seguida a paseo, ?no es verdad?

— Creo que si.

—?Pues bien, por esa misma razon ella no es una vieja engreida! ?Tienes las manos atadas? ?De eso se trata: de que tengas las manos atadas!

— Solo propones una nueva hipotesis que viene a sumarse a millones de hipotesis recopiladas en la biblioteca. Dejame tranquilo, Snaut, ella… No, no dire mas.

— Como tu quieras. Recuerda solo que ella es un espejo, y que refleja una parte de tu mente. Si es maravillosa, es porque tienes recuerdos maravillosos. Tu mismo proporcionaste la receta. Estas atrapado en un circulo vicioso, no lo olvides.

—?Que esperas de mi? ?Que la aleje? Te he preguntado por que, y no me contestaste.

— Te contestare ahora. No fui yo quien propuso esta conversacion. No me he mezclado en tus asuntos. No te ordeno nada, no te prohibo nada. Aunque tuviese algun derecho, tampoco lo haria. Viniste aqui por tu propia voluntad, y hablaste. ?Sabes por que? ?No? Para sacarte un peso de encima. Ah, mi querido Kelvin, conozco esa carga, y no me interrumpas. Te dejo en libertad de decidir, cuando tu querrias que yo me opusiera. Si yo me interpusiera en tu camino, podrias luchar conmigo, algo tangible, un hombre como tu, hecho del mismo barro. Lucharias y tu tambien te sentirias un hombre. Como no te doy oportunidad de pelear, discutes conmigo; o mejor dicho, contigo mismo. Solo falta que me digas que moririas de pena, si ella desapareciera… ?No, por favor, ya oi bastante!

Reaccione torpemente.

— Pense en llevarmela fuera de la Estacion, y que era mi deber informarte.

— No das el brazo a torcer. — Snaut se encogio de hombros. — Te dije lo que pensaba porque te veo un poco en las nubes. Y cuanto mas alto subas, mas dura sera la caida. Ven manana a eso de las nueve, y veremos a Sartorius.

—?A Sartorius? Creia que no dejaba entrar a nadie. Me dijiste que ni siquiera se le podia telefonear.

— Parece que se las ha arreglado de algun modo. Nunca hablamos de nuestros problemas domesticos. Contigo es distinto. ?Vendras manana a la manana?

— Bueno — gruni.

Yo miraba a Snaut. Habia metido la mano izquierda dentro del armario. ?Desde cuando estaba entornada la puerta? Desde hacia mucho, probablemente, pero en el calor de la charla yo no habia advertido que la posicion de aquella mano no era natural. Se hubiera dicho que escondia algo, o que sostenia la mano de alguien.

Me humedeci los labios.

— Snaut, que te…

— Mejor que te vayas ahora — me dijo Snaut en voz baja.

Sali y cerre la puerta sobre los ultimos resplandores del crepusculo rojo. Harey esperaba a diez pasos de la puerta, sentada en el suelo, pegada a la pared.

Se levanto de un salto.

—?Ves? — dijo mirandome con ojos brillantes—. Lo consegui, Kris… ?Estoy contenta! Tal vez me resulte cada vez mas facil…

Respondi distraidamente:

— Oh, si, por supuesto…

Volvimos a mi habitacion. Yo no dejaba de devanarme los sesos a proposito de ese armario. ?Era alli entonces donde escondia?… ?Y toda nuestra conversacion?… Me ardian tanto las mejillas que me las acaricie involuntariamente con el dorso de la mano. ?Que conversacion estupida! ?Y para llegar a que? A nada. Ah, si, manana a la manana…

De pronto senti miedo, un miedo semejante al de la noche anterior. Mi encefalograma. Un registro completo de mis procesos mentales seria proyectado en el oceano, como radiacion. ?Que habia dicho Snaut? ?Que si ella desapareciera, yo sufriria de un modo terrible? Un encefalograma es un registro de todos los procesos, conscientes e inconscientes. Si yo deseaba que ella desapareciese, quiza ocurriera asi, pero eso no me libraba de la angustia. ?Yo era responsable de mi inconsciente? ?Quien otro seria responsable? ?Que estupidez! ?Por que habria accedido a entregarles mi encefalograma? Podria, naturalmente, estudiar el registro antes que ellos lo usaran, pero no sabria descifrarlo. Nadie sabria descifrarlo. Los especialistas dirian, por ejemplo, que el sujeto buscaba la solucion de un problema matematico, pero no podrian identificar el problema mismo. Estan obligados a atenerse a generalidades, afirman, pues el encefalograma no discrimina entre los distintos procesos simultaneos, que no siempre tienen una « contraparte » psiquica. En cuanto al inconsciente, ?como podria yo descifrar un recuerdo reprimido? ?Pero por que tenia tanto miedo? Esa misma manana le habia dicho a Harey que la experiencia no conduciria a nada. Si nuestros neurofisiologos no eran capaces de descifrar un encefalograma, ?como podria hacerlo esa extrana y gigantesca criatura?

Y sin embargo, habia entrado en mi, sin que yo lo advirtiera, habia sondeado mi memoria, descubriendo mi punto mas sensible. Sin ningun auxilio, sin ninguna « onda » atraveso el casco hermetico de la Estacion, me encontro, y se llevo su botin…

—?Kris? — susurro Harey.

De pie delante de la ventana, la mirada fija, yo no habia advertido la llegada de la noche. Una delgada techumbre de nubes plateadas reflejaba debilmente el sol desvanecido, velando las estrellas.

Si ella desaparecia despues del experimento, eso significaria que yo deseaba que desapareciera. Que yo la habia matado. No, no subiria a ver a Sartorius. No estaba obligado a obedecerles. ?Que les diria? ?La verdad? No, tendria que fingir, mentir, ahora y siempre… Tal vez hubiera en mi pensamientos, intenciones, esperanzas crueles de los que yo nada sabia, pues era un asesino que se ignoraba a si mismo. El hombre se habia lanzado al descubrimiento de otros mundos y otras civilizaciones, sin haber explorado integramente sus propios abismos, ese laberinto de oscuros pasadizos y camaras secretas, sin haber penetrado en el misterio de las puertas que el mismo ha condenado. ?Abandonar a Harey por falsa verguenza, o solo porque me faltaba coraje?

—?Kris? — dijo Harey en voz todavia mas baja.

Se habia acercado a mi. Simule no haberla oido. En ese instante yo queria estar solo. Aun no habia decidido nada. Inmovil, contemplaba el cielo negro, las estrellas frias, palidos fantasmas de las estrellas que brillaban en el cielo terrestre. De pronto senti la cabeza vacia. Solo me quedaba la lugubre certeza de haber iniciado un viaje sin retorno. Me negaba a admitir que avanzaba hacia algo inalcanzable, y no rae quedaban fuerzas ni para despreciarme a mi mismo.

Los Pensadores

— Kris ?es por ese experimento?

El sonido de la voz de Harey me sobresalto. Yo estaba acostado en la oscuridad desde hacia horas, con los ojos abiertos, incapaz de dormir. No oia mas la respiracion de Harey, y la habia olvidado, dejandome llevar por una corriente de pensamientos oscuros, perdiendo de vista la medida y el significado de la realidad.

—?Como sabes que no duermo?

— Cuando duermes respiras de otro modo — me dijo ella con dulzura, como para hacerse perdonar la observacion—. No queria importunarte… Si no puedes hablar, no me contestes.

—?Por que no podria hablar? Si, lo has adivinado, es ese experimento.

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