Philip movio la cabeza lentamente.

– Ayer fuiste atacada por alguien en la oficina; hoy alguien tira al suelo baules en tus dormitorios. Piensa en ello.

– Son cosas diferentes, Philip; la noche pasada estaba totalmente fuera de mi, lo admito. Pero hoy no era asi, hoy estaba perfectamente. -Hizo una pausa-. Ven a verlo por ti mismo.

Philip se encogio de hombros y se levanto.

Durante un terrible momento, Alex penso que cuando entraran en la habitacion volverian a ver el baul de nuevo sobre la cama, en perfecto orden. Empujo la puerta para abrirla y encendio la luz: el baul estaba alli, en el suelo, con todas sus cosas desparramadas por el suelo, tal y como lo habia dejado.

– ?Lo ves?

Main miro a su alrededor por la habitacion, alzo la vista al retrato de Fabian y lo observo un rato pensativamente. Dio unos pasos mas, vio el telescopio. Se dirigio hacia alli y empezo a estudiarlo.

– Un buen instrumento.

– Te lo puedes quedar si te sirve para algo.

Main se arrodillo y miro por el telescopio; enfoco el visor.

– Londres no es el lugar mas adecuado para practicar la astronomia; demasiada contaminacion en el aire.

– Llevatelo si quieres.

Nego con la cabeza.

– No es mi campo. La reina Victoria odiaba los microscopios. Decia que le permitian a uno ver las cosas demasiado proximas hasta el punto de que no se podia decir exactamente lo que se estaba viendo. Yo pienso lo mismo de los telescopios: nos permiten ver cosas que estan tan lejos que uno no puede decir con certeza de que se trata.

Ella sonrio.

– Dame un microscopio el dia que quieras. Todo esta ahi, muchacha, bajo el microscopio. Todo. -Se alzo, se estiro y miro el baul-. ?Quieres que te eche una mano?

– No, tengo que sacar algunas cosas, es mejor dejarlo donde esta.

Alex vio a Main que contemplaba de nuevo el retrato de Fabian. Pero seguidamente aparto la mirada.

– Es impresionante, ?no te parece?

– ?El retrato?

Ella afirmo con la cabeza.

– Parece un personaje de Van Eyck. -Alzo la mirada y a continuacion se dio la vuelta energicamente y se alejo de alli.

– ?Tienes hambre?

– Bien, creo que un chico como yo podria comer algo.

– Quizas un chico como tu podria elegir lo que quiere. Y una chica como yo se lo prepararia encantada.

– ?Estupendo! -dijo.

Dio la vuelta y una vez mas miro el cuadro. Una expresion de preocupacion cruzo su rostro y salio del dormitorio; «tal vez con demasiada prisa», penso Alex sorprendida al ver el repentino cambio que su amigo habia experimentado.

CAPITULO XIV

Black hizo un extrano ruido parecido a un gargarismo infantil y Alex dio un salto. El aullido agudo descendio de tono hasta convertirse en un grunido grave.

Main se quito un poco de lasana que se le habia pegado a los bigotes, se seco los labios con la servilleta y volvio la cabeza hacia el corredor que daba al recibidor.

– ?Tranquilo, chico!

El sordo grunido continuo. Main tomo su vaso de vino y lo vacio de un trago.

– Bueno -dijo.

– Has estado muy callado.

Philip se retrepo en su asiento y saco un paquete de cigarrillos del bolsillo de la chaqueta. Alzo la botella y puso un poco de vino en el vaso de Alex y despues acabo de llenar el suyo.

– Un buen vino.

– Montepulciano d'Abruzzo.

– ?Perdon?

Black dejo escapar otro grunido. Philip de nuevo se volvio a mirar el pasillo.

– ?Tranquilo! -le grito a su perro. Y continuo-: Italia tiene algunos vinos verdaderamente notables. Sorprendentes.

– Deberias colaborar con David. Escribir un libro juntos.

Philip hizo una pausa y la miro.

– Jesus sabia mucho de vinos.

– ?Jesus?

– Si. El no transformo el agua en un vino comun. Algunos invitados le preguntaron al anfitrion por que habia guardado el mejor vino para el final.

Alex sonrio.

– ?Vino italiano?

– No, Dios mio, no. Posiblemente libanes.

Black gruno de nuevo. Philip fruncio el ceno pero no dijo nada.

– Bien, ?que te parece lo ocurrido con el baul?

No respondio hasta despues de haber encendido su nuevo cigarrillo, como si fuera una droga que necesitara para conseguir el valor suficiente para hablar.

– Creo que debiste de dejarlo demasiado cerca del filo de la cama.

Ella bajo los ojos.

– No, Philip, no lo hice y tu lo sabes bien.

Philip Main se levanto y despacio se dirigio a la puerta.

– ?Black! -Main marcho por el pasillo y vio que su perro se ponia de pie y miraba escaleras arriba. Una vez mas inicio su lento grunido-. ?Que te pasa, chico?

El perro no le hizo el menor caso.

– No hay nada alla arriba, chico. -Main miro al perro, intrigado, y empezo a encontrarse verdaderamente incomodo.

Regreso, anduvo unos pasos por el pasillo y se dirigio al lavabo que estaba bajo la escalera. Cerro la puerta, encendio la luz y levanto la tapa de la taza. Temblaba de frio.

El lavabo parecia una nevera. Miro el dibujo blanco y negro de las paredes y se dio cuenta de que habia en el una gran mancha brillante. Paso el dedo por ella y noto que estaba humeda. Miro el rastro que la humedad dejo en su dedo; cuando se levanto la temperatura parecio bajar todavia mas. Hubo un ruido seco, como un disparo de pistola junto a su oreja derecha, vio una sombra y retrocedio precavidamente. Todo un panel entero del papel se desprendio de la pared y cayo sobre el. Quiso sujetarlo con los brazos y el papel cayo a su lado. Vio otra de las tiras de papel que comenzaba a resbalar lentamente por la pared. Abrio la puerta, apago la luz, salio y cerro la puerta firmemente tras su salida. Se quedo en el pasillo durante un momento, indeciso, preguntandose si todo aquello no habria sido simplemente producto de su imaginacion. Volvio a poner la mano en el pestillo, pero no llego a entrar de nuevo, sino que se dio la vuelta y regreso a la cocina.

Alex lo miro llena de ansiedad.

– ?Todo va bien?

El no respondio.

Ella insistio.

– Pareces preocupado por alguna cosa.

– ?Hace ya mucho tiempo que estaban esas manchas de humedad en el retrete?

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