– No, claro. Pero crei que la chica debia saber lo ocurrido, ?lo entiendes?

– Desde luego.

– Fui a ver a su madre, pero esta no la habia visto desde hacia mucho tiempo; me dijo que estaba en Estados Unidos y me enseno unas postales, recientes, que le habia escrito Carrie.

David sirvio el vino.

– Cuando revise las cosas de Fabian, encontre unas postales identicas y una carta de Carrie en la que le decia que no queria volver a verlo. Me parecio extrano que tuviera en su poder aquellas tarjetas, todas ellas de Boston y completamente en blanco.

David se encogio de hombros y no dijo nada.

– Tome una de las tarjetas de la casa de la madre de Carrie y compare la letra con la de la carta; no me parecio la misma, asi que las lleve para que las examinara un experto en escritura.

– ?Un grafologo?

– Si, eso es. Estaba tratando de recordar la palabra. -Se lo quedo mirando-. David, la tarjeta que Carrie le envio a su madre desde Boston, hace siete dias, no fue escrita por Carrie. La escribio Fabian.

David se dejo caer en su silla y la miro por entre el vapor del estofado y el parpadear de la vela.

– ?Estas absolutamente segura?

– Si.

– ?Que quieres decir?

Alex se estremecio y guardo silencio.

– ?Pretendes decir que Fabian sigue vivo?

– Tu estuviste en Francia.

David se puso blanco, trago como si tuviera un nudo en la garganta y movio la cabeza lentamente.

– ?A que viene todo esto?

– Esa es la razon por la que quiero ver al medium.

David guardo silencio durante largo rato, mientras la comida se enfriaba frente a el.

– Estoy seguro de que debe de haber alguna explicacion -dijo finalmente-. Y probablemente una muy sencilla.

– Solo tenemos una eleccion: el medium o la policia.

– O no hacer nada.

Alex movio la cabeza.

– No, eso ultimo es imposible.

CAPITULO XX

Ella misma preparo la habitacion de Fabian, corrio las cortinas y las fijo en los extremos a la pared con cinta adhesiva. Despues apago la luz y se quedo sola en medio de la mas absoluta oscuridad. Sintio un soplo helado que le resbalaba por la nuca y comenzo a temblar. Trato de buscar el interruptor de la luz pero no pudo encontrarlo. Oyo el roce de su mano sobre la suavidad de la pared. El interruptor habia desaparecido. No. Vio la ranura de la puerta y oyo el ruido del pestillo cuando lo rozo con la mano; y el debil resto de luz que se filtraba por las cortinas mientras escuchaba el jadeo de su propia respiracion.

Encontro por fin el conmutador de la luz y la encendio con un suspiro de alivio, pero no se atrevio a mirar el retrato de Fabian en la pared.

El cuarto causaba una extrana impresion de vacio, sin la cama que Mimsa le habia ayudado a sacar de alli aquella misma manana. Miro las seis sillas vacias, preguntandose como querria Ford que dispusiera los muebles. Solo entonces, mientras desenchufaba la aspiradora y bajaba con ella la escalera, se dio cuenta de que eran muchas las cosas que debiera haberle preguntado al medium.

Eran las seis. Se pregunto si podia servir a los asistentes algo de beber y unos cacahuetes. ?Les estaba permitido? ?Podian fumar? Le parecio que la casa tenia un aspecto poco acogedor. ?Debia poner algo de musica?

Sono el timbre de la puerta y fue a abrir. Alli estaba David, con un traje sombrio y corbata oscura. Por un momento Alex casi no lo reconocio.

– ?Hola! -la saludo.

Alex parpadeo, incredula.

– ?Has venido!

– Te dije que lo haria.

– Gracias. -Se adelanto y lo beso ligeramente-. Yo… yo pense que no lo harias. Estas muy elegante.

– No sabia que ponerme.

Pasaron a la sala de estar.

– ?Quieres beber algo?

– ?Se puede tomar una copa?

– No lo se. -Sonrio nerviosa-, pero yo misma necesito una.

David saco su caja de tabaco.

– ?Puedo…?

Ella se encogio de hombros.

– No creo que a Fabian le hubiera importado.

– Deja eso, tomemos una copa. -Sirvio dos whiskies generosos. Chocaron los vasos.

– ?Salud! -brindo David.

Ella le respondio con una sonrisa, nerviosa.

– ?Quien vendra?

– Sandy.

– ?Sandy? ?Esa chiflada?

– Ella es la unica persona., amiga… que no pensara que estamos locos.

Se sentaron y Alex observo a David mientras liaba su cigarrillo.

– Gracias por la noche del martes.

– Fue muy agradable que estuvieras alli.

– Tuve remordimientos por ti, aquella habitacion no se calienta nunca.

– Estaba bien. Saber que estabas alli cerca daba calor a toda la casa. Se esta muy solo cuando llega la noche.

– Crei que disfrutabas de esa soledad.

David se encogio de hombros.

– A lo hecho, pecho.

Alex sonrio de nuevo y trato de pensar algo nuevo que decir. Era como sostener una conversacion insustancial con un extrano. Bebio un sorbo de whisky y sintio que aumentaba su seguridad. Miro la pared.

– Nunca te llevaste el cuadro del caballo.

– Esta muy bien donde esta. No me importa. Ese maldito asunto nunca me trajo suerte. -Encendio su cigarrillo, dio una chupada profunda y seguidamente se tomo un buen trago de whisky.

– ?A las siete?

Alex afirmo.

David miro su reloj.

– ?Has hecho nuevas fotografias?

Movio la cabeza negativamente.

– No desde entonces.

David sonrio comprensivo.

– ?Que hiciste anoche?

– Me quede en la agencia hasta las once. Y me traje un monton de trabajo para hacerlo en casa. No dormi mucho. No podia… Me pase la noche pensando en esta tarde.

– No esperes demasiado.

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