disgusto familiar repentino y tengo que…
– Lo comprendo -acepto Alex-, es muy amable por su parte al recibirme habiendole yo avisado con tan poca anticipacion.
El capellan la hizo entrar en un amplio salon con el suelo cubierto con una alfombra de color rosa y le senalo un sofa. El tomo asiento en un sillon proximo y dejo descansar sus pies en un pequeno taburete tambien de color rosa.
Alex recorrio la estancia con la mirada. Todo hacia juego con los colores rosa y marron en tonos palidos, discretos, como los muebles que tampoco llamaban la atencion. A Alex la estancia le parecio extranamente vacia, falta de detalles y adornos en su decoracion, como si recientemente hubiera sufrido un robo. Habia una pequena estatuilla de Coalport, solitaria sobre el aparador, que representaba a una joven pareja cortejandose; la fotografia enmarcada de un escolar en la pared y un receptor de television; pero poco mas; nada que pudiera desviar la atencion del hombre que se sentaba en el sillon frente a ella. Alex se froto las manos.
– Ha sido usted muy amable al recibirme -repitio.
El hombre sonrio benevolo.
– No tiene importancia. -Hizo una pausa-. Se trata de John Bosley, ?no es asi?
Alex afirmo.
– Lo conozco bien.
– Sigue vivo realmente, ?no es asi?
Un extrano parpadeo altero su rostro.
– Lo estaba ayer. Si, muy vivo.
– Es que no estaba segura… eso es todo.
– ?Oh, si, pero que muy vivo! -Se levanto-. Acabo de acordarme… un momento.
Salio de la habitacion y ella aprovecho su ausencia para continuar observando la estancia, el televisor, el video, y despues la estatuilla sobre el aparador. Dos personillas jovenes, procedentes de otro siglo, elegantes, enamoradas, libres de preocupaciones. Libres de preocupaciones. «?Podia ser asi en un lugar semejante?», se pregunto.
– He traido esto… para asegurarme. -El sacerdote regreso al salon y le mostro a Alex una pequena fotografia en blanco y negro.
Ella la contemplo. La fotografia temblo en sus manos, tanto que casi se confundia y no era mas que una mancha difuminada. Despues vio un retrato doble: el mismo rostro de frente y de perfil, con una hilera de cifras escrita a un lado, una cara chupada, de aspecto adusto, con una gran melena despeinada de pelo rubio. Y los ojos. ?Los ojos!
– ?Dios mio! -exclamo-. Fabian. El parecido es verdaderamente increible.
La fotografia se le escapo de las manos y le cayo sobre la falda. Trato de cogerla, pero parecia bailar en sus temblorosos dedos y acabo cayendo al suelo. Alex se agacho para recogerla y de repente se sintio enferma, mareada, con nauseas tan violentas que tuvo que taparse la boca con la mano.
Respiro profundamente y pasaron las nauseas. Despues levanto la vista y miro al capellan, que seguia retrepado comodamente en su sillon sonriendo amablemente.
– Muy dificil -dijo amablemente-. Muy dificil.
– El parecido -comento Alex-. Es increible.
El sacerdote afirmo con la cabeza. Sin embargo Alex creyo ver algo en su expresion.
– ?Nunca lo habia visto con anterioridad?
Ella nego con la cabeza.
– Perdoneme… pero no lo entiendo del todo. Usted me dijo que se trata del padre de… su… hijo, ?no es asi?
Alex afirmo.
– ?Y sin embargo nunca lo habia visto?
Alex se dio cuenta de que se ruborizaba.
– Mi marido era… es… esteril. Yo fui fecundada con el semen de un donante. John Bosley fue ese donante. Todo se llevo a cabo por medio de un especialista de Londres.
El sacerdote fruncio el ceno, preocupado.
– Entonces… usted, estrictamente hablando, no es una pariente… -Hizo una pausa-. Bien, supongo que se la puede considerar como tal. Un caso interesante. -Sonrio feliz.
– ?Me sera posible visitarlo?
– Tendre que solicitarlo del director de la institucion.
– Me gustaria verlo.
El capellan sonrio.
– No lo se. -Sacudio la cabeza-. Es posible que esa visita le traiga recuerdos que no sean convenientes para su tratamiento. Puedo tramitar su solicitud, pero no me siento demasiado optimista. Esta haciendo progresos, pero el tratamiento de la esquizofrenia es muy lento y dificil y el ya tuvo una grave recaida no hace mucho.
– ?Puedo saber por que esta aqui?
El sacerdote se levanto.
– Le traere la ficha. Creo que es algo irregular, pero dadas las circunstancias, estoy convencido de que puedo hacer una excepcion.
Alex puso el monton de hojas mecanografiadas dentro del sobre amarillo y empezo a cerrarlo con la cinta que lo sujetaba.
– Oh, espere, antes de cerrarlo volveremos a meter la fotografia.
– La fotografia -repitio Alex mecanicamente. Se sentia exangue y exhausta. Volvio a desatar la cinta, agradecida de tener algo que hacer, algo que de momento le ocupara la mente-. La fotografia -repitio.
– Senora Hightower, la Biblia no dice en ninguna parte -le aclaro amablemente- que una persona tiene que ser buena para que se la considere como un ser valioso.
Ella lo miro, sin expresion, viendo tan solo el monton de papeles y el informe mecanografiado del estado clinico de Bosley y afirmo con la cabeza mientras trataba de contener las lagrimas.
– Si alguien esta loco -dijo Alex con voz entrecortada y dandose cuenta de que las lagrimas le corrian por las mejillas-, ?se le puede absolver por el mal que hizo?
– Dios establecio los Diez Mandamientos. No podemos violarlos sin caer en responsabilidad. Si se comete un pecado existe la responsabilidad, incluso cuando el que peca es un enfermo mental. Los psiquiatras no pueden borrar el pecado y tampoco puedo hacerlo yo. -Sonrio y cruzo las piernas-. Una persona que cometio un crimen estando enfermo mentalmente, solo mejorara cuando se de cuenta de lo que ha hecho, cuando sea capaz de decir: «Estaba enfermo, pero ahora siento que necesito ser perdonado.»
– ?Lo ha dicho John Bosley?
El sacerdote nego con la cabeza.
– Me temo que sigue confuso, terriblemente confuso.
– Eso me parece muy cruel.
– ?Cruel?
– Si, es cruel que Dios pueda crear una situacion asi.
– Nosotros aceptamos el punto de vista de la Iglesia de Inglaterra de que el demonio no puede entrar en una persona que no quiera recibirlo. -Sonrio-. El diablo tiene que sentirse invitado por una persona para que entre en su vida. Satanas no se presentara por cuenta propia.
Alex lo miro y tuvo un escalofrio.
– ?Quiere usted decir que Bosley, pese a su locura, es fundamentalmente un ser maligno?
El hombre levanto los brazos, lentamente, con una expresion triste en el rostro.
– Quiza no «pese a su locura»… Tenemos que considerar la posibilidad de que los problemas mentales de quien ha cometido un crimen terrible sean sintoma de su maldad.
Alex se estremecio. Hubo un prolongado silencio y se dio cuenta de que el capellan consultaba su reloj.
– La esquizofrenia, ?puede ser hereditaria? -pregunto Alex.
– Hay bastantes pruebas de que puede ser asi. La Schizophrenic Society puede darle informacion, pues han hecho descubrimientos muy interesantes.
– Asi que mi hijo…