Ella se saco el abrigo con un movimiento de hombros y desenrollo la bufanda antes de quitarse el sombrero y guardarlo en el bolsillo de su abrigo.

– ?Para que es el arma?

– Mentiria y diria que es para osos o serpientes, pero generalmente la uso para los intrusos.

– Caramba, Dexter -dijo, usando el nombre de un asesino en serie de la serie de television que M’Adoc le habia mostrado-. Estoy impresionada. Ya que no estamos en Miami y no tienes un barco para esconder los cuerpos despedazados en el mar, ?donde los guardas?

– Debajo de la lenera, afuera en la parte de atras.

– Bueno. -Ella sonrio-. Por lo menos eso explica el olor que me llego cuando subia por el camino de entrada.

La mirada de Aidan se aligero como si la encontrara entretenida.

– Tienes razon. Esa es la linea septica. No soy lo suficientemente estupido como para poner cadaveres tan cerca de mi casa… atraerian la fauna y la flora demasiado cerca de mi puerta trasera. Dejo los cuerpos en los bosques para que se los coman los osos.

– ?Y que pasa cuando estan hibernando?

El se encogio de hombros.

– Los coyotes se hacen cargo.

Era rapido, le concederia eso.

– Bueno entonces, supongo que necesitas seguir adelante y dispararme, y terminar con ello. Probablemente los coyotes estan hambrientos con este tiempo.

Aidan quedo completamente desconcertado por su falta de miedo.

– No me temes, ?verdad?

– ?Deberia?

– Estas atrapada en el bosque en medio de una tormenta de nieve con un hombre al que nunca antes has visto. Mi vecino mas cercano vive a seis millas. Puedo hacerte cualquier cosa que quiera y nadie lo sabria nunca.

Ella miro a la esquina que tenia detras.

– Cierto, pero yo estoy mas cerca del arma.

– ?Crees que puedes agarrarla primero que yo?

Leta arrugo la nariz. No sabia por que, pero estaba disfrutando estas bromas, y no deberia ser capaz de disfrutar de nada en absoluto.

– Creo que puedo manejarte, Dex. Despues de todo, no sabes mas de mi de lo que yo se de ti. Por todo lo que sabes, puedo ser una loca asesina en serie huyendo de las autoridades. Incluso puedo tener un cuerpo en el maletero de mi coche esperando ser enterrado.

Aiden estaba intrigado por el hecho de que ella estaba jugando el mismo juego que el habia empezado. Admiraba el coraje, y ella tenia bastante.

– ?Eres una asesina en serie?

Ella levanto el menton.

– Tu primero, Dexter. ?Quien eres y por que estas solo aqui arriba?

El rodeo la encimera para acercarse a ella. Deteniendose delante, le tendio la mano.

– Aidan O’Conner. Antiguo actor, pero estoy seguro de que sabes eso.

Ella se encogio de hombros.

– No significa nada para mi. Soy Leta.

– ?Leta que?

– Solo Leta. -Ella dudo un momento antes de tomarle la mano y estrecharsela-. Encantada de conocerte, Dexter.

La estudio cuidadosamente. Sus ropas blancas invernales, aunque agradables, no eran caras. No decian mucho de ella excepto que se habia quedado desprevenidamente atrapada en una tormenta de nieve. No tenia ninguna joya ni nada que revelara ni la cosa mas basica sobre ella. Era como una pizarra en blanco.

– ?Y a que te dedicas, Leta?

– Soy guardaespaldas profesional.

El se rio ante la inesperada respuesta.

– Si, claro.

Ella nego lentamente con la cabeza.

– Nop. Todo cierto. Conozco setenta y dos maneras de matar a un hombre, y sesenta y nueve de ellas lo hacen parecer un accidente.

Eso probablemente deberia haberlo asustado, pero en vez de eso se sintio intrigado.

– ?Y que trae a una guardaespaldas por aqui? ?Te contrato Mori para protegerme de mi hermano?

– No conozco a ningun Mori. Actualmente estoy entre misiones y ando buscando un cambio. Escuche que habia trabajo en Nashville, y parece un buen lugar para empezar de nuevo. Asi que aqui estoy, atrapada en esta nevera con un… asesino en serie. Tiene todo lo necesario para una estupenda pelicula de terror, ?eh?

Aidan todavia no estaba satisfecho con su respuesta.

– ?Como es que estas en la profesion de proteger personas y no sabes quien soy? Me han dicho que tengo una de las caras mas reconocibles del mundo.

– Caramba… Solo por curiosidad, cuando te metes en cama por la noche, ?El ego te deja espacio en el colchon?

– No es ego. Es la verdad.

Ella cruzo los brazos sobre el pecho como si no le creyera ni por un minuto.

– Bueno, entonces, si admito que se quien eres y que realmente no me importa, ?apaciguaria esto tu lastimada hombria lo suficiente para que podamos superarlo y pasar a algo donde tu termines dandome un sandwich?

El ignoro su pregunta.

– ?Asi que me conoces?

– Si, Dexter -dijo ella, con la voz cargada de sarcasmo-. Se quien eres. ?Te sientes mejor ahora?

En realidad no. Vio todo rojo. Su sarcasmo le quito la alegria de haber tenido razon.

– Entonces, ?por que la mentira?

Leta se dio cuenta de que acababa de meter la pata. Este era un hombre al que le habian mentido demasiado, y era obvio que si iba a quedarse, tendria que ser lo mas honesta posible.

– Bueno, ya que estas escondido en medio de ninguna parte, supuse que no querias anunciar que eres un actor mundialmente famoso, aunque para ser sincera, esos premios en la repisa no son exactamente muy sutiles.

Un nervio se movio en su menton.

– ?Eres una periodista?

Ella puso los ojos en blanco.

– No. Te dije lo que hago. Protejo cuerpos.

– ?Y como se que puedo creerte?

– No lo sabes. ?Pero por que mentiria?

Si cabe, eso hizo que su enfado aumentara.

– Mentiste acerca de conocerme. Puedes mentir sobre cualquier cosa. La gente miente todo el tiempo, usualmente sin ninguna razon en absoluto.

– Pero no estoy mintiendo respecto a tener hambre. -Ella hizo un gesto hacia la barra de pan en la encimera. Uno de los problemas de entrar en el reino de los mortales era que ponia a los Dream-Hunters sumamente hambrientos, y ahora mismo tenia el estomago acalambrado y dolorido-. ?Podrias lanzarme un trozo de pan antes de continuar con el interrogatorio? ?O tengo que patearte el trasero por una cucharada de mantequilla de mani?

Aidan agarro el pan de la encimera y se lo tiro. Ella lo atrapo con una mano. Retrocediendo, el ondeo la mano hacia la puerta al lado de la nevera.

– La mantequilla de mani esta en la despensa.

Ella lo miro con desconfianza, antes de moverse para abrir la puerta y rebuscar entre los alimentos. Salio unos minutos despues con la mantequilla de mani. Con una mirada de aburrimiento, la puso en la encimera.

– ?Cuchillo?

– En el cajon frente a ti.

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