Girandose sobre su lado, clavo los ojos en la pared del cuarto y penso en su madre. Vio a su madre girando un rosario con las puntas de sus dedos, murmurando palabras de devocion mientras yacia en la cama. La combinacion de friccion y susurros la habian ayudado a encontrar un alivio mas alla de lo que la morfina le podia reportar. Porque de cierta manera, emparejada en medio de su maldicion, aun en el apogeo del dolor y del miedo, su madre habia creido en los milagros.
Mary habia querido preguntarle a su madre si realmente pensaba que se salvaria, y no en el sentido metaforico, pero si de manera practica. ?Cissy verdaderamente habia creido en que si decia las palabras justas y tenia los objetos correctos a su alrededor, se curaria, caminaria otra vez, viviria otra vez?
Las preguntas nunca fueron planteadas. Tan amable investigacion habria sido cruel, y Mary habia sabido la respuesta de todas formas. Habia sentido que su madre habia esperado una redencion temporal antes del verdadero final.
Pero entonces, tal vez Mary solo habia proyectado lo que habia esperado con ilusion. Para ella, salvarse significaba tener una vida como la de una persona normal: tu estaras saludable y fuerte, y el prospecto de la muerte, apenas un hipotetico conocimiento lejano. Una deuda pagada completamente en un futuro que no podrias imaginar.
Quiza su madre lo habia mirado de otro modo, pero una cosa era segura: el resultado no se habia alterado. Las oraciones no la habian salvado.
Mary cerro los ojos, y el excesivo cansancio se la llevo. Como se la trago del todo, agradecio la temporal vacuidad. Durmio durante horas, entrando y saliendo de la conciencia, desplomada en la cama.
Se desperto a las siete en punto y trato de alcanzar el telefono, marcando el numero que Bella la habia dado para comunicarse con Hal. Colgo el telefono sin dejar ningun mensaje. Deberia haberlo cancelado, porque no iba a ser una gran compania, pero maldicion, se sentia egoista. Queria verle. Hal la hacia sentirse viva, y ahora mismo estaba desesperada por esa excitacion.
Despues de una rapida ducha, se puso rapidamente una falda y un jersey de cuello alto. En el espejo de cuerpo entero que habia en la puerta del cuarto de bano las dos estaban mas sueltas de lo que tenian que estar, y penso en el peso de esa manana en la consulta de la doctora. Probablemente deberia comer como Hal esta noche, porque Dios sabia que no habia razon para estar a dieta ahora mismo. Si la orientaban hacia otra ronda de quimioterapia, entonces deberia hacer un equipaje en libras.
El pensamiento la congelo en el lugar.
Se paso las manos por su pelo, retirandolo de su cuello cabelludo, pasandolo a traves de sus dedos y dejandolo caer sobre sus hombros. Tan poco notorio todo marron, penso ella. Y tan importante en el esquema mas grande de las cosas.
La idea de perderlo la hizo querer llorar.
Con una expresion severa, ella junto las puntas, retorciendolas en un nudo y atandolas en su lugar.
Estaba en la puerta de la calle esperando en el camino de entrada unos minutos mas tarde. El frio la golpeo y comprendio que habia olvidado ponerse un abrigo. Volvio a dentro, cogio una chaqueta de lana negra y perdio sus llaves en el proceso.
?Donde estaban sus llaves? Si hubiera dejado sus llaves en el…
Yup, las llaves estaban en la puerta.
Cerro la casa, girando la cerradura y lanzo el enredo metalico en el bolsillo de su abrigo.
Esperando, ella penso en Hal.
Sueltate el pelo para mi.
Bien.
Ella abrio el pasador y se peino con los dedos lo mejor que pudo. Y entonces se sintio tranquila.
La noche era tranquila, penso ella. Y esto era por que le gustaba vivir en una granja; no tenia ningun vecino excepto Bella.
Entonces la recordo: habia pensado llamarla y explicarle lo del dia, pero no lo habia sentido hasta entonces. Manana. Se dirigiria a Bella manana. Y la informaria de las dos citas.
Un sedan giro en la carretera a unos 800 metros de distancia, acelerando con un grunido bajo que ella escucho claramente. Si no hubiera sido por los dos focos, habria pensado que una Harley subia por el camino.
Cuando el gran coche violaceo se paro delante de ella, penso que parecia un GTO de alguna clase. Reluciente, ruidoso, ostentoso…encajaba perfectamente con un hombre al que le gustara la velocidad y se encontrara comodo con la atencion.
Hal salio por el lado del conductor y camino alrededor del capo. Llevaba un traje, muy a punto negro con una camisa negra abierta en el cuello. Se pelo peinado hacia atras, cayendo en gruesos, rubios mechones en su nuca. Parecia una fantasia, sexy, poderoso y misterioso.
Exceptuando su expresion que no era material de ensueno. Sus ojos se estrecharon, sus labios y la mandibula apretados.
De todas formas el sonrio un poco cuando llego hasta ella. -Te dejaste el pelo suelto.
– Dije que lo haria.
El levanto su mano como si quisiera tocarla, pero vacilo. -?Estas preparada para irnos?
– ?Donde vamos a ir?
– Hice una reserva en el Excel. -El dejo caer su brazo y la miro a distancia, silencioso, inmovil.
Oh…infiernos.
– Hal, ?estas seguro de que quieres hacer esto? Tu estas claramente manteniendo cierta distancia esta noche. Sinceramente, yo tambien.
El se alejo andando y miro fijamente el suelo, apretando la mandibula.
– Podriamos dejarlo para otro momento. -Dijo ella, calculando que el era un tipo agradable para marcharse con alguna clase de invitacion propuesta para otra ocasion. -No es una gran…
Se movio tan rapidamente que ella no pudo verlo. En un momento estuvo a un par de pasos de distancia; se aproximo y la levanto contra su cuerpo. Tomo su cara entre sus manos y puso sus labios sobre los de ella. Cuando sus bocas se juntaron, la miro directamente a los ojos.
No habia ninguna pasion en el, solo una intencion severa que convirtio el gesto en una especie de voto.
Cuando la solto, ella tropezo hacia atras. Y cayo directamente sobre su culo.
– Ah, maldicion, Mary, lo siento.- El se arrodillo. -?Estas bien?
Ella asintio incluso cuando no lo estaba. Se sintio torpe y ridicula tumbada sobre la hierba.
– ?Estas segura de que estas bien?
– Si. -Ignorando la mano que le ofrecia, se levanto y retiro los restos de hierba que tenia sobre ella. Agradecio a Dios que su falda fuera marron y la tierra estuviera seca.
– Vamos solo a cenar, Mary. Vamos.
Una gran mano se deslizo alrededor de su nuca, y la condujo hacia el coche, no dejandole ninguna otra opcion, solo continuar.
Aunque el concepto de luchar con el no se le ocurria. Se sentia abrumada por muchas cosas, el estaba entre ellas y ella estaba demasiado cansada para presentar alguna resistencia. Ademas, algo habia pasado entre ellos en el instante en que sus bocas se habian encontrado. No tenia ni idea de lo que significaba, pero un lazo afectivo estaba alli.
Hal abrio la puerta del pasajero y la ayudo entrar al interior. Cuando el se deslizo en el asiento del conductor, ella miro alrededor en el pristino interior para evitar ser atrapada por su perfil.
El GTO gruno cuando el puso la primera y condujo por el pequeno camino parando en la senal de la Ruta 22. El miro ambos lados del camino y luego acelero hacia la derecha, el creciente sonido del motor y la caida eran como una respiracion cuando puso los cambios una y otra vez mientras viajaban.
– Es un coche espectacular. -Dijo ella.
– Gracias. Mi hermano lo volvio a hacer para mi. A Tohr le gustan los coches.
– ?Cuantos anos tiene tu hermano?
Hal rio fuerte. -Bastante viejo.
– ?Mas viejo que tu?
– Yup.
– ?Eres el mas joven?
– No, no es asi. No somos hermanos porque no nacimos de la misma mujer.