lessers, aquellas cosas del parque, probablemente vendran a buscarte y ellos buscaran aqui primero. Ahora eres un objetivo porque estas aqui conmigo.

– ?A donde vamos a ir?

– Quiero que te quedes conmigo. -Asumiendo que Wrath los permitira entrar por la puerta. -Esto es demasiado peligroso para ti, y si los asesinos vienen a por ti, sera pronto. Hablaremos esta noche. Vente conmigo durante unos dias hasta que sepamos que hacer.

Soluciones a mas largo plazo lo evadieron en este momento, pero el las encontraria. Ella se habia convertido en su responsabilidad cuando el la habia mezclado en su mundo y no iba a dejarla indefensa.

– Confia en mi sobre esto. Solo un par de dias.

Mary preparo la bolsa, pensando que estaba loca. Yendo por Dios sabia a donde. Con un vampiro.

Pero la cosa sobre Rhage era que, ella tenia fe en el. Era demasiado honesto para mentir y demasiado listo para subestimar la amenaza. Ademas, sus citas con los especialistas no empezaban hasta el miercoles por la tarde. Y ella se habia tomado una semana de vacaciones del trabajo asi como habia sido dada de baja en el telefono directo. No habia nada que perder.

Cuando ella regreso a la sala de estar, el se giro hacia ella, balanceando el petate sobre su hombro. Ella miro su americana negra, viendo bultos que antes no habia pensado que fueran significativos.

– ?Vas armado? -Pregunto ella.

El asintio.

– ?Con que? – Cuando el solo la miro, Mary movio la cabeza. -Tienes razon. Probablemente es mejor que no lo sepa. Vamos a ir…

Condujeron en silencio por la Ruta 22 entre la zona muerta entre los limites rurales de Cadwell y los principios de la siguiente gran ciudad. Era una zona montanosa, un campo boscoso con extensas zonas de putrefaccion a ambos lados del camino. No habia faroles, pocos coches y muchos ciervos.

Aproximadamente veinte minutos despues de que ellos hubieran abandonado la casa, el se dirigio por un camino mas estrecho que los llevo a una elevacion gradual. Ella exploro lo que iluminaban los focos delanteros, pero no pudo distinguir donde estaban. De una manera extrana, no parecia haber ningun rasgo de identificacion en el bosque o en el camino. De hecho, una amortiguacion que ella no podia explicar y no podia anular no importaba cuanto ella parpadeara.

Desde ninguna parte un juego de puertas negras de hierro aparecieron.

Cuando Mary salto de su asiento, Rhage alcanzo la puerta de un garaje y la abertura de pesadas puertas por la mitad, permitiendoles solo el espacio justo para poder pasar. Inmediatamente ellos se enfrentaron a otro juego. El bajo su ventana y tecleo un codigo en un intercomunicador. Una agradable voz le daba la bienvenida y alzo la vista y a la izquierda, asintiendo a una camara de seguridad.

Al segundo las puertas se separaron y Rhage acelero por un largo camino, ascendiendo por un paseo. Cuando giraron por una esquina, 6 metros de alta pared de albanileria hecha de la misma manera que la primera entrada. Despues pasaron bajo una arcada y por otro juego de barricadas, entrando en un patio con una fuente en el medio.

A la derecha, habia una mansion de cuatro pisos hechos de piedra gris, la clase de lugar que veias en las promociones para las peliculas de horror: gotica, sombria, opresiva con mas sombras que una persona sentia a salvo de los alrededores. Mas alla del camino, habia una pequena casa, una casa con historia con el mismo sentido que Wes Craven

Seis coches, casi todos del tipo caro europeo, estaban aparcados en orden. Rhage aparco el GTO entre un Escalda y un Mercedes.

Mary salio y levanto el cuello hacia la mansion. Sentia como si la estuvieran observando y lo era. Desde la azotea, las gargolas la miraban y las camaras de seguridad tambien.

Rhage vino, su bolso de fin de semana en su mano. Su boca estaba apretada, sus ojos profundos.

– Voy a cuidarte. ?Lo sabes, verdad? -Cuando ella asintio, el sonrio un poco. -Va a funcionar, pero quiero que estes junto a mi. No quiero que te separes. ?Esta claro? Te quedaras conmigo pase lo que pase.

Tranquilidad combinada con una orden, penso ella. Esto no iba a ir bien.

Se acercaron a un par de puertas erosionadas por el tiempo de bronce y el abrio un lado. Despues de que pasaran hacia un pasillo sin ventanas, el gran panel sujeto con abrazaderas se cerro con una reverberacion que surgio a traves de sus zapatos. Directamente delante habia otro juego macizo de puertas, estas hechas de madera y talladas con simbolos. Rhage introdujo un codigo en un teclado numerico y hubo un sonido de cambio en la cerradura que se abria libremente. El la tomo del brazo firmemente y abrio la segunda puerta que daba a un vestibulo enorme.

Mary jadeo. ?How…era magico!

El vestibulo era un arco iris de color, tan inesperado como un jardin que florece en una cueva. Verdes columnas de malaquita alternadas con otras de marmol burdeos, las alturas se elevaban sobre un suelo multicolor. Las paredes eran de un color amarillo brillante y habia colgados espejos enmarcados en oro y candelabros en la pared ensartados en cristal. El techo, tres pisos mas arriba, era una obra maestra de material grafico y dorado a la hoja, las escenas representaban heroes, caballos y angeles. Y mas adelante, centrado entre todo este esplendor, una amplia escalera que llevaba al segundo piso con balcon.

Era un hermoso salon tipo ruso de los tiempos del zar…pero los sonidos del lugar no eran exactamente formal y elegante. Desde la habitacion de la izquierda, musica rap dura sonaba y profundas voces masculinas se oian. Bolas de billar americano golpeaban las unas a las otras. Alguien grito. -Vamos, poli.

Un balon de futbol americano navego hacia el vestibulo y un musculoso hombre salio disparado detras de el. Salto y justo cuando lo tuvo entre las manos la cosa, un tipo aun mas grande con una melena leonada cayo sobre el. Los dos cayeron sobre el suelo en un enredo de brazos y piernas, deslizandose con fuerza sobre la pared.

– Te tengo, poli.

– Pero aun no tienes la pelota, vampiro.

Grunidos, risas y jugosas maldiciones fueron hechas bajo aquel techo adornado cuando los hombres lucharon por el balon, tirando el uno del otro, sentandose sobre los pechos de cada uno. Dos mas enormes tipos vestidos de cuero negro corrieron a comprobar la accion. Y luego un pequeno anciano vestido con chaqueta de mayordomo surgio a su lado, llevando un ramo de flores frescas en un jarron de cristal. El mayordomo dio un paso rodeando a los luchadores con una risa indulgente.

Entonces todo se quedo en silencio cuando todos ellos la notaron de repente.

Rhage la coloco detras de su cuerpo.

– Hijo de puta. -Dijo alguien.

Uno de los hombres fue hacia Rhage como un tanque. Su pelo negro estaba cortado al estilo militar y Mary sintio la rareza de haberlo visto antes.

– ?Que diablos estas haciendo?

Rhage extendio su postura, dejando caer el bolso y llevo sus brazos al nivel de su pecho. -?Donde esta Wrath?

– Te he hecho una pregunta. -Le replico el otro tipo. -?Que estas haciendo trayendola aqui?

– Necesito a Wrath.

– Te dije que te deshicieras de ella. ?O esperas que alguno de nosotros haga el trabajo?

Rhage se encontro barbilla a barbilla con el hombre. -Cuidado, Tohr. No me hagas hacerte dano.

Mary echo un vistazo detras de ella. La puerta del vestibulo aun estaba abierta. Y ahora mismo esperar en el coche de Rhage mientras clarificaba las cosas le parecio una idea realmente buena. Mantenerse juntos era no obstante la orden.

Cuando ella se separo, mantuvo los ojos sobre el. Hasta que choco con alguna cosa dura.

Ella se giro sobre si misma. Buscando. Y perdio la voz.

Lo que obstruia su fuga tenia una cara llena de cicatrices, oscuros ojos y una aureola de fria colera.

Antes de que ella pudiera marcharse despavorida, el la cogio del brazo y la hizo girar cerca de la puerta.

– No pienses en correr. -Haciendo centellear sus largos colmillos, midiendo su cuerpo. -Gracioso, tu no eres su tipo habitual. Pero estas viva y aterrorizada meandote en los pantalones. Entonces me serviras.

Mary grito.

Cada cabeza del vestibulo se giro. Rhage embistio hacia ella, atrayendola apretadamente hacia su cuerpo. El habo severamente, en la lengua que ella no entendia.

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