como si estuviera avergonzado.

Mary anduvo entre la barrera de cuerpos masculinos y puso sus manos sobre su cara.

Mientras el jadeaba ante la sorpresa, ella lo beso en la boca. -Vamos a ver eso de la cereza. Vamos.

Los hombres que estaban de pie a su alrededor se quedaron atontados; ella podia sentir su mirada fija. Rhage se sacudio tambien. Pero cuando ella lo miro de manera significativa, el comenzo a masticar, trabajando el tallo con sus dientes.

Ella se volvio para mirar a los guerreros. -El esta bien. Estaremos bien. Volved a hacer lo que estuvierais haciendo, ?ok? Necesita un minuto y los todos vosotros mirandolo fijamente no lo ayudais.

Phury se rio un poco y camino hacia la mesa del fondo. -Ya sabeis, es fabulosa.

V recogio la senal y su vaso. -Si. Es verdad.

Cuando la partida continuo y Bella y Wellsie regresaron, Mary acaricio la cara y el cuello de Rhage. Parecia que tenia problemas para mirarla a los ojos.

– ?Estas bien? -Dijo ella suavemente.

– Lo siento tanto…

– Corta la lamentable disculpa. Independientemente de lo que sea, tu no puedes evitarlo, ?verdad?

– El asintio.

– Entonces no hay nada que lamentar.

Ella queria saber que acababa de pasar, pero no aqui y ahora. A veces, fingir que era normal era el mejor antidoto a la rareza. – Finge hasta que lo hagas era mas que sandeces de jerga psicologica.

– Mary, no quiero que me temas.

Durante un momento, ella miro su boca y el trabajo de su mandibula con el tallo.

– No te tengo miedo. V y Phury pueden haber estado en problemas, pero no me habrias hecho dano. Nunca. No estoy segura de como lo se, solo lo se.

El tomo aliento. -Dios, te amo. De verdad, de verdad que te amo.

Y luego el sonrio.

Ella rio de manera tan ruidosa que hizo que cada persona de la habitacion se girara.

El tallo de cereza estaba muy bien atado alrededor de uno de sus colmillos.

Capitulo 40

Bella lo miraba fijamente y esto tenia que parar. Pero no podia ayudarse a si misma. Zsadist era la unica cosa que podia ver.

No que realmente estuviera implicado en la fiesta. Pero cuando el episodio de Rhage hubo pasado, Zsadist se aparto de todos. No hablo con nadie. No bebio nada. Era como una estatua apoyada contra una de las largas ventanas y su calma era fascinante. Incluso parecia que no respiraba. Solo se movian sus ojos.

Y siempre lejos de ella.

Bella les dio a ambos un descanso yendo a buscar un poco mas de vino. El cuarto de billar era un espacio oscuro, lujoso, empapelado de seda verde y adornado con cortinas de saten negras y oro. En la esquina donde estaba la barra, las sombras aun eran mas espesas, y se refugio en ellas.

Tal vez podria ser mas directa si lo miraba desde aqui.

Durante los pocos dias que habian pasado habia preguntado y habia escuchado historias de Zsadist. Los rumores eran directamente espantosos, sobre todo los que hablaban de el y de las mujeres. La gente decia que mataba a las de su sexo por deporte, pero era dificil no preguntarse cuanto era folklore. Un hombre que miraba tan peligrosamente como lo hacia, la gente estaba obligada a hablar. Su hermano se encontraba en la misma situacion. Habia oido susurros sobre Rehvenge durante anos y Dios sabia que todos ellos eran falsos.

No habia modo de que toda la chachara sobre Zsadist fuese exacta. Por todos los cielos, la gente mantenia que vivia de la sangre de las prostitutas humanas. Esto no era fisicamente posible, no a no ser que bebiera cada noche. Y entonces, ?como era tan fuerte con aquel sustento tan debil?

Bella dio la vuelta a la barra y exploro la habitacion. Zsadist se habia ido.

Miro en el vestibulo. Ella no lo habia visto irse. Quizas se habia desmaterializado…

– ?Me buscas?

Ella salto y giro la cabeza. Zsadist estaba detras de ella, frotando una manzana Granny Smith sobre su camisa. Cuando el la levanto hacia su boca, el miro su garganta.

– Zsadist…

– Sabes, para ser una mujer de la aristocracia, eres malditamente grosera. – Dejo al descubierto sus colmillos y rompio con los dientes la carne verde brillante con un chasquido. -?Tu madre no te explico que no es cortes mirar fijamente?

Ella lo miro masticar, su mandibula trabajaba en circulos. Dios, solo mirar sus labios la dejaba sin respiracion. -No queria ofenderte.

– Bien, lo has hecho. Y creo que trastornas a mi gemelo mientras lo haces.

– ?Que?

Los ojos de Zsadist se retrasaron sobre su cara, luego fueron a la deriva sobre su pelo. Comio otro trozo de la manzana. – A Phury le gustas. Creo que le atraes, debes ser la primera, al menos desde que yo le conozco. No se distrae con mujeres.

Divertido, ella no tenia esa sensacion en absoluto. Entonces, volvio a concentrarse en Zsadist.

– No pienso que Phury.

– El sigue mirandote. Mientras me miras, el te mira fijamente. Y no es porque este preocupado por ti. Sus ojos estan sobre tu cuerpo, mujer. -Zsadist inclino la cabeza hacia un lado. -Sabes, tal vez me he equivocado. Tal vez seas la que lo sacara de su celibato. Mierda, tu eres muy hermosa y el no esta muerto.

Ella enrojecio. – Zsadist, deberias saber que, ah, yo te encuentro…

– Repugnante ?verdad? Como un buen coche accidentado. -El mordio la manzana un poco mas. -Puedo entender la fascinacion, pero tienes que mirar hacia otro lado. Mira a Phury de ahora en adelante, ?nos explicamos?

– Quiero mirarte. Me gusta mirarte.

Sus ojos se estrecharon. -No, no lo haces.

– Si. Lo hago.

– A nadie le gusta mirarme. Ni siquiera a mi.

– No eres feo, Zsadist.

El se rio, deliberadamente colocando una yema del dedo debajo de su cicatriz. – Ahora, suena a aprobacion. Asi como a una ostensible mentira de mierda.

– Te encuentro hipnotizante. No puedo sacarte de mi mente. Quiero estar contigo.

Zsadist fruncio el ceno, descendiendo. – ?Estar conmigo exactamente como?

– Ya sabes. Estar contigo. – Ella se ruborizo como un brillante diamante rojo, pero calculo que ella no tenia nada que perder. – Quiero…acostarme contigo.

Zsadist se echo hacia atras tan rapido que golpeo la barra. Y cuando las botellas de licor repiquetearon, supo que las historias sobre el eran falsas. No era ningun asesino de mujeres. Mas que nada, parecia petrificado por pensar en que ella se sentia sexualmente atraida por el.

Ella abrio la boca, pero el al corto.

– Mantente lejos de mi, mujer. -Dijo el, lanzando a la basura la manzana medio comida. -Si no lo haces, no habra nada que decir para poder defenderme.

– ?De que? No soy ninguna amenaza para ti.

– No, pero puedo garantizarte que no arriesgaria tu maldita salud. Hay una muy buena razon por la que la gente se mantiene apartada de mi.

El camino saliendo de la habitacion.

Bella miro a toda aquella gente alrededor de la mesa del fondo. Todos concentrados en el juego. Era perfecto. No queria a ninguno de ellos para hablar sobre lo que estaba a punto de hacer.

Dejo su copa de vino y salio despacio de la sala de billar. Cuando entro en el vestibulo, Zsadist iba hacia arriba.

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