Fue hacia ella y pondero el plato.

– No has comido mucho.

No le contesto mientras sus ojos estaban atrapados en los huesos curvos de la cadera que sobresalian de la baja cinturilla de los pantalones. Dios… solo un poquito mas bajos y podria verlo todo.

De repente lo recordo restregandose rudamente porque pensaba que era asqueroso. Trago, preguntandose que le habrian hecho, sexualmente. Desearlo como ella lo hacia parecia… inapropiado. Invasivo. Pero no cambiaba la manera en que se sentia.

– No estoy muy hambrienta -murmuro.

Le acerco la bandeja.

– Come de todas formas.

Cuando empezo otra vez con el pollo, el cogio las dos manzanas y se paseo por la habitacion. Mordio una de ellas, se sento en el suelo con las piernas cruzadas y los ojos cerrados. Un brazo cruzado sobre su estomago mientras masticaba.

– ?Cenaste abajo? -pregunto ella.

Nego con la cabeza y mordio otro trozo de manzana, el crujido resono por toda la habitacion.

– ?Es todo lo que comeras? -cuando se encogio de hombros, ella mascullo-. ?Y me dices a mi que coma?

– Sip, lo hago. Continua comiendo, mujer.

– ?No te gusta el pollo?

– No me gusta la comida. -Los ojos nunca abandonaron el suelo, pero su voz fue mas punzante-. Ahora come.

– ?Por que no te gusta la comida?

– No puedo confiar en ella -dijo entre dientes-. A menos que la prepares tu mismo, o que lo veas, no puedes saber que hay.

– Por que piensas que alguien puede alterar…

– ?He mencionado que no me gusta hablar?

– ?Dormiras a mi lado esta noche? -La pregunta se le escapo, imaginandose que obtendria su respuesta antes de que se callara completamente.

Sus cejas se movieron tremulamente.

– ?Realmente quieres eso?

– Si.

– Entonces, si. Lo hare.

Mientras acababa con las dos manzanas y ella limpiaba el plato, el silencio no fue precisamente facil, pero tampoco chocante. Cuando acabo con el pastel de zanahorias, fue al bano y se lavo los dientes. Para cuando ella regreso, el trabajaba el corazon de la ultima manzana con sus colmillos, picando los trocitos que quedaban.

No podia imaginar como podia luchar con semejante dieta. Seguramente deberia comer mas.

Se sintio como si debiera decir algo, pero en cambio se deslizo en la cama y haciendose un ovillo, lo espero. Mientras pasaban los minutos, y todo lo que el hacia era mordisquear quirurgicamente esa manzana, ella no podia aguantar la tension.

Basta, penso. Realmente deberia irse a otro lugar de la casa. Lo usaba como una muleta, y eso no era justo.

Aparto las sabanas justo cuando el se desenrollaba del suelo. Cuando camino hacia la cama, ella se quedo helada. Dejo caer los corazones de las manzanas en el plato, cogio una servilleta que ella habia usado para limpiarse la boca. Tras frotarse las manos, cogio la bandeja y la saco de la habitacion, dejandola fuera en la puerta.

Al regresar fue al otro lado de la cama, y el colchon se hundio cuando se estiro encima del edredon. Cruzando los brazos sobre su pecho y los pies por los tobillos, cerro los ojos.

Una a una las velas se apagaron en la habitacion. Cuando quedo una sola mecha quemando, dijo:

– Dejare esa encendida para que puedas ver.

Le miro.

– ?Zsadist?

– ?Si?

– Cuando estaba… -se aclaro la garganta-. Cuando estaba en ese agujero en el suelo, pensaba en ti. Queria que fueras a por mi. Sabia que me sacarias de alli.

Sus cejas descendieron aunque los parpados estaban bajos.

– Yo tambien pense en ti.

– ?Lo hiciste? -Movio la barbilla arriba y abajo, mientras ella decia, -?De verdad?

– Sip. Algunos dias… tu eras todo en lo que yo podia pensar.

Bella sintio que sus ojos se agrandaban. Rodo hacia el y apoyo la cabeza en un brazo.

– ?En serio? -Cuando el no le respondio, ella presiono- ?Por que?

Su gran pecho se expandio y exhalo un aliento.

– Queria recuperarte. Eso es todo.

Oh… solamente cumplia con su trabajo.

Bella dejo caer el brazo y le volvio la espalda.

– Bien… gracias por venir a por mi.

En silencio observo arder la vela en la mesita de noche. La llama en forma de lagrima ondulaba, tan preciosa, tan elegante…

La voz de Zsadist era suave.

– Odiaba la idea de que estuvieras sola y asustada. Que alguien te hubiera hecho dano. No podia… dejarlo.

Bella dejo de respirar y miro por encima del hombro.

– No pude dormir en esas seis semanas -murmuro-. Todo lo que podia ver cuando cerraba los ojos era a ti, pidiendo ayuda.

Dios, si bien su cara era ruda, su voz era tan suave y tan hermosa, como la llama de la vela.

Giro la cabeza hacia ella y abrio los ojos. Su oscura mirada estaba llena de emocion.

– No se como pudiste sobrevivir tanto tiempo. Estaba seguro de que habias muerto. Pero entonces encontramos el lugar y te saque de ese agujero. Pero cuando vi lo que te habia hecho…

Bella lentamente se volvio, no queriendo asustarlo con una retirada.

– No recuerdo nada de eso.

– Bien, eso es bueno.

– Algun dia… necesitare saber. ?Me lo contaras?

El cerro los ojos.

– Si realmente quieres los detalles.

Guardaron silencio durante un tiempo, y entonces el se movio hacia ella, rodando hacia un lado.

– Odio preguntartelo, pero ?como era? ?Puedes recordar algo especifico sobre el?

Suficiente, penso. Demasiado

– Eh, ah, se tenia el pelo de castano.

– ?Que?

– Quiero decir, estoy casi segura que lo hacia. Cada semana o asi entraba en el bano y podia oler los productos quimicos. Y tenia raices. Una pequena linea blanca en su cuero cabelludo.

– Pero creia que palidecer era bueno porque significaba que hacia tiempo que pertenecian a la Sociedad.

– No lo se. Creo que tenia… o tiene… una posicion de poder. Por lo que podia oir desde el agujero los otros lesser eran cuidadosos a su alrededor. Y lo llamaban ‘O’

– ?Algo mas?

Temblando regreso a la pesadilla.

– El me amaba.

Un grunido vibro de Zsadist, grave y desagradable. A ella le gusto ese sonido. La hacia sentirse protegida. Le dio fuerza para seguir hablando.

– El lesser, me dijo… me dijo que me amaba, y lo hacia. Estaba obsesionado conmigo. -Lentamente solto el aliento, tratando de calmar su palpitante corazon-. Al principio estaba aterrorizada,

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