pero despues utilice sus sentimientos contra el. Queria hacerle dano.

– ?Lo hiciste?

– A veces, si. Le hice… llorar.

La expresion de Zsadist fue mas que extrana. Como si tuviera… envidia.

– ?Como te sentiste?

– No quiero decirlo.

– ?Porque fue bueno?

– No quiero que pienses que soy cruel.

– La crueldad es diferente de la represalia.

En el mundo de un guerrero, imagino que era cierto.

– No estoy segura de estar de acuerdo.

Sus oscuros ojos se estrecharon.

– Hay algunos que querrian vengarte. ?Sabes eso, no?

Penso acerca de el saliendo a la noche para cazar al lesser sin poder soportar la idea que podria hacerse dano. Entonces se imagino a su hermano, tan furioso y orgulloso, preparado tambien para desgarrar al asesino.

– No… no quiero que hagas eso. Ni tu, ni Rehvenge, ni nadie.

De repente una corriente atraveso la habitacion, como si hubieran abierto la ventana de repente. Miro alrededor y se dio cuenta que la ola fria habia salido del cuerpo de Zsadist.

– ?Tienes un companero? -pregunto abruptamente.

– Por que lo… Oh, no, Rehvenge es mi hermano. No mi companero.

Esos grandes hombros se relajaron. Pero entonces fruncio el ceno.

– ?Tuviste alguno?

– ?Tener un companero? Por un tiempo si. Pero no las cosas no funcionaron.

– ?Por que?

– Por mi hermano -hizo una pausa-. Realmente, eso no es cierto. Pero cuando el macho no pudo hacerle frente a Rehv, le perdi mucho respeto. Y entonces… el tipo conto detalles de nuestra relacion en el glymera y las cosas… se complicaron.

De hecho, se pusieron horribles. La reputacion del macho permanecio intacta, por supuesto, mientras que la de ella se hizo trizas. Quizas eso era por lo que se sentia tan atraida hacia Zsadist. No le importaba lo que pensaran de el. No habia subterfugios, ni modales corteses escondiendo sus pensamientos e instintos. Era honesto, y esa franqueza, aunque sirviera para revelar su colera, la hacia sentir segura al confiar en el.

– ?Vosotros fuisteis… -se fue quedando sin habla.

– ?Fuimos que?

– ?Amantes? -En un aspero arrebato, Zsadist maldijo-. No importa, no es de mi…

– Ah, si, lo fuimos, Rehv nos descubrio, y alli fue donde empezaron los problemas. Ya sabes como es la aristocracia ?Una mujer que se acuesta con alguien que no es su pareja? Puedes jurar que esta manchada de por vida. Creo, que siempre desee haber nacido civil. Pero no puedes escoger tu ascendencia, ?verdad?

– ?Amabas al macho?

– Pensaba que si. Pero… no. -Penso en la calavera al lado del jergon de Zsadist-. ?Has estado enamorado alguna vez?

La esquina de su boca se alzo en un grunido.

– ?Que diablos crees?

Cuando ella retrocedio, cerro los ojos.

– Lo siento. Quiero decir, no. Eso seria un no.

?Entonces por que conservaba ese craneo? ?De quien era? Estaba a punto de preguntarle cuando corto la pregunta.

– ?Tu hermano piensa ir tras el lesser?

– Indudablemente. Rehvenge es… Bien, ha sido mi guardian desde que mi padre murio cuando era muy joven, y Rehv es muy agresivo. Extremadamente agresivo.

– Bien, entonces dile que no se mueva. Yo voy a vengarte.

– No -dijo disparandole una mirada.

– Si.

– Pero no quiero que lo hagas. -No podria vivir consigo misma si se mataba en el proceso.

– No puedo detenerme. -Apreto con fuerza sus ojos cerrados-. Jesus… no puedo respirar sabiendo que ese bastardo esta alli fuera. Tiene que morir.

Miedo y gratitud y algo completamente calido se apretujo en su pecho. En un impulso, se inclino y le beso en los labios.

Salto hacia atras con un siseo, los ojos mas abiertos que si le hubiera abofeteado.

Oh, demonios. ?Por que habia hecho eso?

– Lo siento. Lo siento, yo…

– No, esta bien. Estamos bien. -Rodo sobre su espalda y alzo la mano hasta la boca. Se froto los labios con los dedos, como si se limpiara de ella.

Cuando ella suspiro bien y duramente, el dijo:

– ?Que ocurre?

– ?Soy tan desagradable al gusto?

El dejo caer el brazo.

– No.

Que mentira.

– Quizas pueda conseguirte un pano para lavarte, ?quieres?

Cuando iba a salir disparada de la cama, una mano le sujeto el brazo.

– Es mi primer beso, ?vale? Solo es que no lo esperaba.

Bella se quedo sin respiracion. ?Como era eso posible?

– Oh, por el amor de Dios, no me mires asi. -La dejo ir y volvio a mirar hacia el techo.

Su primer beso…

– ?Zsadist?

– Que.

– ?Me dejarias hacerlo otra vez?

Hubo una larga, larga pausa. Avanzando lentamente hacia el, presiono su cuerpo contra las sabanas y mantas.

– No te tocare con nada mas. Solo mis labios. Sobre los tuyos.

Gira la cabeza, deseaba fervientemente. Gira la cabeza y mirame.

Y el lo hizo.

No espero a una invitacion por escrito o que el cambiara de parecer. Presiono los labios contra los suyos ligeramente, entonces revoloteo sobre su boca. Cuando permanecio quieto, se lanzo abajo y esta vez lo acaricio. Su respiracion se entrecorto.

– ?Zsadist?

– Si -susurro.

– Relaja la boca para mi.

Con cuidado de no abalanzarse sobre el, se apoyo en sus antebrazos y se acerco de nuevo. Sus labios eran chocantemente suaves excepto por las cicatrices del labio superior. Para asegurarse que sabia que esa imperfeccion no le importaba, deliberadamente atendio ese lugar, volviendo alli una y otra vez.

Y entonces sucedio: el le devolvio el beso. Fue solo un leve movimiento de su boca, pero lo sintio hasta su corazon. Cuando lo hizo otra vez, lo alabo gimiendo un poco y dejandole tomar iniciativa.

Dios, era tan indeciso, andando a tientas a traves de su boca con las mas suaves caricias. La beso dulcemente y con cuidado, sabiendo a manzanas y a especie masculina. Y el contacto entre ellos, aunque ligero y lento, fue suficiente para que le doliera.

Cuando ella saco ligeramente la lengua y le lamio, se aparto bruscamente.

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