Al menos, esperaba que algo asi pasara. No tenia nada mas para continuar, no sabia su nombre o el paradero de su familia. Ademas no podia adivinar donde podria estar. Su unica opcion era salir y preguntar a los civiles. Como ninguna otra mujer habia sido secuestrada, seguramente seria el tema de conversacion dentro de su raza. El problema era que esa camino podia llevar semanas… meses. Y la informacion de tecnicas persuasivas no era siempre solida.
No, probablemente observando la casa conseguiria mas resultados. Se sentaria y esperaria a que alguien le tendiera la mano y lo condujera hasta ella. Tal vez su trabajo seria aun mas facil y el hermano con cicatrices podria ser quien se lo mostrara.
Eso seria mas o menos perfecto.
O se apoyo sobre los talones, no haciendo caso del frio viento.
Dios… esperaba que estuviera viva.
CAPITULO 19
John mantuvo la cabeza baja y trato de aunar esfuerzos. El vestuario estaba lleno de vapor, voces y el chasquido de toallas mojadas en los traseros desnudos. Los aprendices se deshicieron de sus sudorosos
Era un grupo de tios normales excepto John, por lo que no quiso desnudarse. Incluso siendo todos de su tamano, esto era sin rodeos peor que cada pesadilla que aguanto en la escuela secundaria hasta que pudo salir del sistema a los dieciseis. Y ahora mismo estaba evidentemente demasiado exhausto para tratar con la escena.
Suponia que era ya sobre la medianoche, pero se sentia como… si fueran las cuatro de la madrugada, de pasado manana. El entrenamiento era agotador. Ninguno de los otros tios era fuerte, pero todos ellos pudieron mantener el ritmo con las posturas que Phury y luego Tohr introdujeron. Infiernos, unos cuantos tenian talento. John era un desastre. Sus pies eran lentos, sus manos estaban siempre en el lugar y en el momento equivocado, y no tenia coordinacion fisica. Amigo, no importa cuan duro lo intentara, no podia encontrar el equilibrio. Su cuerpo era como una bolsa llena de agua en movimiento; si se movia en una direccion, todo se le caeria encima.
– Mejor que te apresures -dijo Blaylock-. Solo tenemos ocho minutos mas.
John ojeo la puerta de las duchas. Los chorros de agua todavia funcionaban pero no podia ver a nadie alli. Se saco el
Mierda. Lash estaba en la esquina. Como si lo estuviera esperando.
– Hey, gran hombre -arrastro las palabras el tio-. Realmente nos ensenaste una cosa o dos fuera…
Lash paro de hablar y fijo la mirada en el pecho de John.
– Tu, pequeno beso en el culo -dijo bruscamente. Y luego salio furioso de la ducha.
John miro hacia la marca circular encima de su pectoral izquierdo, con la que el habia nacido… la que le habia dicho Tohr que recibian los miembros de la Hermandad en su iniciacion.
Cuando salio de la ducha con la toalla alrededor de la cintura, todos los tios, incluso Blaylock, se mantenian unidos. Mientras lo inspeccionaban como una solida y silenciosa unidad, se pregunto si los vampiros tenian instintos de manada, como los lobos o los perros.
Como continuaron clavandole la mirada, penso,
John agacho la cabeza y fue hacia su taquilla, desesperado por que el dia se acabara.
Hacia las tres de la madrugada, Phury camino rapidamente por la calle Decima hacia Zero-Sum. Butch estaba esperando fuera en la entrada de cristal-y-cromo del club, matando el tiempo a pesar del frio. Envuelto en su largo abrigo de cachemira y con la gorra de los Red Sox bien calada, se veia bien. Anonimo, pero bien.
– ?Que haces? -pregunto Butch mientras chocaban las palmas.
– La noche es una mierda por parte de los
– Ningun problema. -Butch se calo la gorra de los Sox aun mas. Como los Hermanos, no llamaba la atencion. Mientras fue detective de homicidios, ayudo a enviar a un numeroso grupo de camellos a la carcel, por eso era mejor para el pasar desapercibido.
Dentro del club, la musica tecno era molesta. Tambien habia luces intermitentes y muchos humanos. Pero Phury tenia sus razones para venir, y Butch estaba siendo amable. En cierto modo.
– Este sitio es solo para preciosos frikies -dijo el policia, echando un vistazo al tipo vestido con un traje anos 70 rosa intenso con el maquillaje a juego-. Dame paletos y cerveza casera cada dia de la semana antes que esta sandez de la cultura X.
Cuando fueron a la seccion VIP, la cuerda rosa de satin fue bajada inmediatamente para dejarles paso.
Phury saludo al gorila, luego miro a Butch.
– No me quedare mucho.
– Ya sabes donde encontrarme.
Mientras el poli iba hacia la mesa, Phury anduvo por detras de la zona de alta-etiqueta, parandose delante de los dos Moros que vigilaban la puerta privada del Reverendo.
– Le dire que esta usted aqui -dijo el de la izquierda.
Una fraccion de segundo mas tarde le permitieron la entrada a Phury. La oficina era una cueva, debilmente iluminada con un techo bajo, y el vampiro tras del escritorio dominaba el espacio, especialmente cuando se levanto.
El Reverendo media unos dos metros, y la estrecha cresta que llevaba en su pelo le combinaba lo mismo que lo hacia su excelente lujoso-culo Italiano. Su cara era despiadada e inteligente, colocandolo legitimamente en el peligroso negocio en el que estaba. Sus ojos, aunque… sus ojos no encajaban. Eran curiosamente hermosos, del color de las amatistas, un purpura tan profundo que resplandecia.
– ?De regreso tan pronto? -dijo el macho, con su voz grave, profunda mas dura que de costumbre.
Saco su fajo separando tres de los grandes. Desplego los billetes de mil encima del escritorio de cromo.
– El doble de lo de costumbre. Y la quiero troceada.
El Reverendo sonrio friamente y giro la cabeza hacia la izquierda.
– Rally, dale al macho lo que necesite. Y enfunda esa O-Zs. -Un subordinado salio de la oscuridad y se escabullo a traves de la puerta corredera de la esquina mas alejada de la habitacion.
Cuando estuvieron solos, El Reverendo rodeo el escritorio lentamente, moviendose como si tuviera aceite en las venas, todo poder sinuoso. Cuando dio la vuelta, se acerco lo bastante para tener a Phury deslizando su mano en el abrigo y encontrar una de sus armas.
– ?Seguro que no estas interesado en algo mas duro? -dijo El Reverendo-. Ese humo rojo es para un consumidor moderado.
– Si quisiera algo mas, lo pediria.
El vampiro se detuvo a su lado. Muy, muy cerca.
Phury fruncio el ceno.
– ?Algun problema?
– Tienes un bonito cabello, ?lo sabes? Es como el de las hembras. Todos esos colores diferentes. -La voz de el Reverendo era extranamente hipnotica, sus ojos purpuras puramente astutos-. Hablando de hembras, he oido que no te aprovechas de lo que ofrecen mis damas. ?Es verdad?
– ?Por que te importa?
– Solo quiero estar seguro de que tus necesidades estan cubiertas. La satisfaccion del cliente es malditamente importante. -El macho se acerco aun mas senalando con la cabeza el brazo de Phury, el que desaparecio dentro de su abrigo-. Tu mano esta en la culata de la pistola, ?no? ?Tienes miedo de mi?