– Una mierda puedo hacerlo.

– Z, hazlo.

Aquella cabeza rapada se sacudio de un lado a otro.

– Vamos, la mierda que hay en mis venas esta corrupta. Lo sabes.

– No, no lo esta.

Con un grunido, Z se inclino hacia atras y le mostro las munecas, brillando las bandas de esclavo de sangre tatuadas en su pulso.

– ?Quieres que ella muerda a traves de estas? ?Puedes soportar el imaginar su boca en ellas? Porque tan seguro como el infierno que yo no puedo.

– ?Zsadist? -la voz de Bella se deslizo sobre ellos. Sin que lo hubieran notado, se habia levantado y abierto la puerta.

Mientras Z entrecerro los ojos, Phury suspiro,

– Tu eres al unico al que ella quiere.

La respuesta de Z casi no fue audible.

– Estoy contaminado. Mi sangre puede matarla.

– No. No lo puede hacer.

– Por favor… Zsadist -dijo Bella.

El tono de la humilde, suplicante peticion convirtio las costillas de Phury en una caja de hielo, y observo, helado, entumecido, como Z se giraba lentamente hacia ella.

Bella dio un paso hacia atras, manteniendo los ojos en el.

Los minutos se convirtieron en dias… decadas… siglos. Y entonces Zsadist echo a andar y se metio en la habitacion. La puerta se cerro.

Phury estaba cegado mientras se daba la vuelta y echaba a andar por el corredor.

?No habia ningun lugar en el que se le necesitara?

Clase. Si, iba a ir a… a dar clases ahora.

CAPITULO 17

Diez minutos pasadas las cuatro, John subio al autobus local mientras arrastraba su petate.

– ?Hola!, senor -dijo el doggen alegremente detras del volante-. Bienvenido.

John lo saludo con la cabeza y miro a los doce tipos sentados de a pares que lo miraban fijamente.

Whoa. Realmente el sentimiento del amor no estaba aqui, tios, penso.

Se sento en un asiento vacio detras del conductor.

Cuando el autobus comenzo a moverse, una division baja hacia que los aprendices quedaran encerrados juntos en la parte posterior y no pudieran ver el frente. John camino arrastrando los pies de manera que se sento de lado. Vigilar lo que estaba pasando detras de si parecia una buena idea.

Todas las ventanas estaban oscurecidas, pero las luces encendidas en el suelo y en el techo eran lo bastante brillantes para que pudiera dar cuenta de sus companeros de clase. Todos eran como el, delgados y pequenos, aunque tenian el color de pelo diferente, algunos rubios, algunos oscuros. Uno era pelirrojo. Como John, todos iban vestidos con el traje blanco de artes marciales jis. Y todos tenian el mismo petate a sus pies, un Nike de nylon negro lo bastante grande para llevar una ropa de repuesto y mucha comida. Cada uno de ellos llevaba una mochila, tambien y especulo que contenia los mismos materiales que llevaba en la suya: un cuaderno y algunos boligrafos, un telefono movil, una calculadora. Tohr habia enviado una lista con las provisiones requeridas.

John apreto la mochila acercandola a su estomago y se quedo mirandola fijamente. Esto lo ayudo a pensar en todos los numeros del mensaje de texto, entonces los repitio muchas veces en su cabeza. El de casa. El movil de Wellsie. El movil de Tohr. El numero de la Hermandad, el de Sarelle…

Pensar en ella lo hizo sonreir. Habian pasado horas online la pasada noche. Amigo, IM’ing una vez que le cogio la onda, era el modo perfecto de comunicarse con ella. Con ambos escribiendo las palabras, le parecia que eran iguales. Y si le habia gustado cenando, realmente estaba con ella ahora.

– ?Como te llamas?

John miro por encima de un par de asientos. Un tipo con el pelo largo rubio y un pendiente de diamante le habia hablado.

Al menos utilizan el espanol, penso.

Cuando abrio la mochila y saco el cuaderno, el tipo dijo:

– ?Hola? ?Eres sordo o algo asi?

John escribio su nombre y giro el bloc.

– ?John? ?Que diablos de nombre es ese? ?Y por que estas escribiendo?

Oh, Amigo… Esto de la escuela iba a apestar.

– ?Cual es tu problema? ?No puedes hablar?

John miro al tipo directamente a los ojos. Las leyes de la probabilidad promulgaban que dentro de cada grupo, habia un macho-alfa dolor de culo y este de cabellera suave con el brillante en el lobulo lo era claramente.

John nego con la cabeza para contestar a la pregunta.

– ?No puedes hablar? ?En absoluto? -El tipo levanto la voz como si quisiera que todos se enteraran. -?Que diablos estas haciendo entrenandote para ser soldado si no puedes hablar?

– Tu no luchas con palabras ?verdad? -Escribio.

– Si, y todos esos musculos que haces estallar realmente dan miedo.

Como los tuyos, quiso garabatear.

– ?Por que tienes un nombre humano? -La pregunta le llego del pelirrojo del asiento de detras.

John escribio:

– Creci con ellos-, y luego giro el bloc.

– Huh. Bien, soy Blaylock. John… wow, extrano.

Por impulso, John tiro de la manga y enseno la pulsera que habia hecho, una con los caracteres con los que habia sonado.

Blaylock se inclino. Colocando sus palidos ojos azules encima.

– Su nombre real es Tehrror.

Susurros. Muchos susurros.

John replego su brazo y se relajo hacia atras contra la ventana otra vez. Deseo haber dejado la manga bajada. ?Que diablos estaban pensando ellos ahora?

Despues de un momento Blaylock se acordo de la educacion y le presento a los demas. Todos tenian nombres raros. El rubio era Lash. ?Y como de apropiado era eso?

– Tehrror… -murmuro Blaylock-. Es un nombre muy viejo. Es el nombre de un verdadero guerrero.

John fruncio el ceno. Y aun cuando seria mejor alejarse de la atencion de estos muchachos, escribio:

– ? Lo es el tuyo? ?Y el del resto de ellos?

Blaylock nego con la cabeza.

– Tenemos algo de sangre de los guerreros en nosotros, por lo que fuimos escogidos para entrenarnos, pero ninguno de nosotros tiene un nombre asi. -?De que linea desciendes? Dios… ?Eres criado por la Hermandad?

John fruncio el ceno. Nunca se habia dado cuenta de que podria ser relacionado con la Hermandad.

– Creo que el es demasiado bueno para contestarte. -Le dijo Lash.

John lo dejo pasar. Sabia que tropezaria con todo tipo de clases sociales, haciendo estallar minas a derecha e izquierda, debido a su nombre, el crecer con los humanos y la incapacidad de hablar.

Tenia el presentimiento de que ese dia en la escuela iba a ser una infernal prueba de resistencia, por lo que tendria que ahorrar energia.

El viaje duro aproximadamente quince minutos, con los ultimos cinco mas o menos implicando muchas marchas y paradas, lo que significaba que estaban atravesando el sistema de puertas dentro del recinto de entrenamiento.

Cuando el autobus paro y la particion se retrajo, John coloco el petate sobre sus hombros y la mochila y salio

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