primero. El parking subterraneo estaba tal y como habia estado anoche: sin coches, solo otro autobus local como en el que ellos habian entrado. Se aparto hacia un lado y miro como los demas circulaban en masa, una multitud de
Las puertas del centro se abrieron de golpe y el grupo se paralizo.
Pero Phury podia hacer eso con una muchedumbre. Con su cabello espectacular y su gran cuerpo vestido de negro, era suficiente para hacer que alguien se paralizara.
– Hey, John -dijo el, saludandolo con la mano-. ?Que haces?
Los tipos se dieron la vuelta y lo miraron fijamente.
Le sonrio a Phury. Despues se ocupo de quedarse en segundo plano.
Bella miro a Zsadist caminar por la habitacion. Le recordaba como se habia sentido la noche anterior cuando habia salido a buscarlo: enjaulado. Miserable. Empujado con demasiada fuerza.
?Por que demonios lo forzaba a esto?
Cuando abrio la boca para suspender todo esto, Zsadist se paro delante de la puerta del cuarto de bano.
– Necesito un minuto -dijo el. Entonces se encerro.
Perpleja, se acerco y se sento sobre la cama, esperandolo para saber por que se habia echado atras. Cuando empezo la ducha y se mantuvo, ella entro en una introspeccion.
Intento imaginarse volviendo a casa con su familia y caminando por aquellas habitaciones tan familiares, sentandose en sus sillas, abriendo las puertas y durmiendo en la cama de su ninez. Lo sintio todo equivocado, como si fuera un fantasma en aquel lugar que conocia tan bien.
?Y como la tratarian su madre y su hermano? ?Y la
En el mundo aristocratico habia sido deshonrada antes de haber sido secuestrada. Ahora la evitarian rotundamente. Siendo controlada por un… lesser… atrapada en la tierra… La aristocracia no manejaba bien aquella clase de fealdad y la culparian. Infiernos, que era probablemente por lo que su madre habia sido tan reservada.
Cuando el temor la ahogaba, la unica cosa que la mantenia unida era pensar en permanecer en ese cuarto y dormir durante dias con Zsadist bien cerca suyo. El era el frio que la hacia condensarse en ella otra vez. Y el calor que le paraba los temblores.
Era el asesino que la mantenia a salvo.
Mas tiempo… mas tiempo con el primero. Entonces tal vez podria afrontar el mundo exterior.
Ella fruncio el ceno comprendiendo que el habia estado en la ducha durante bastante tiempo.
Sus ojos se movieron hacia la plataforma que habia en la esquina mas alejada. ?Como podia dormir alli noche tras noche? El suelo se sentiria tan duro en su espalda y no habia ninguna almohada para la cabeza. Ni cubiertas para tirarse encima contra el frio, tampoco.
Ella se concentro en el craneo que habia al lado de las mantas dobladas. La correa de cuero negra entre los dientes lo proclamaba como alguien que habia amado. Obviamente habia estado casado, aunque ella no habia oido rumores sobre ello. ?Su
Bella miro hacia el cuarto de bano. ?Que estaba haciendo alli?
Se acerco y llamo. Cuando no hubo ninguna respuesta, abrio la puerta despacio. Una fria rafaga salio disparada y se echo hacia atras.
Reforzandose, se inclino hacia el aire glacial.
– ?Zsadist?
A traves de la puerta de cristal de la ducha, lo vio sentado bajo el rocio helado del agua. Se mecia hacia delante y hacia atras, gimiendo, frotandose las munecas con una manopla.
– ?Zsadist! -Corrio y aparto el cristal. Buscando a tientas los accesorios, cerro el agua-. ?Que estas haciendo?
El levanto la mirada hacia ella con ojos salvajes, locos mientras seguia meciendose y frotando, meciendo y frotando. La piel alrededor de las tatuadas cintas negras estaba rojo brillante, completamente en carne viva.
– ?Zsadist? -Se controlo para mantener su tono apacible y estable-. ?Que estas haciendo?
– Yo… yo no puedo limpiarme. No quiero que te ensucies, tambien-. Levanto su muneca y la sangre le rezumaba por el antebrazo-. ?Ves? Mira la suciedad. Esta toda sobre mi. Dentro de mi.
Su voz la alarmo como nunca lo habia hecho antes, sus palabras transmitiendo una extrana e infundada logica de locura.
Bella recogio una toalla, dio un paso entrando en el compartimiento y se agacho. Capturando sus manos, le quito la manopla.
Cuando con cuidado seco su carne herida, dijo. -Estas limpio.
– Oh, no, no lo estoy -su voz comenzo a elevarse, creciendo con un impetu terrible-. Estoy asqueroso. Estoy muy sucio. Estoy sucio, sucio… -ahora balbuceaba, las palabras salian juntas, el volumen se elevo emitiendo un sonido de histerismo en los azulejos y llenando el cuarto de bano-. ?Puedes ver la suciedad? Yo la veo por todas partes. Me cubre. Sellada dentro de mi. Puedo sentirlo en mi piel…
– Shhh. Permiteme… solo…
Vigilandolo, como si fuera a… Dios, nunca habia pensado que… Agarro a ciegas una toalla y la arrastro hacia la ducha. Colocandola alrededor de sus grandes hombros, lo cubrio con ella, pero cuando intento ponerla sobre sus brazos, el se echo hacia atras.
– No me toques -le dijo con aspereza-. Te lo echaras encima.
Se puso de rodillas delante de el, su bata de seda empapandose de agua, absorbiendola. Hasta que no noto el frio.
Jesus… El parecia alguien que hubiera estado en un naufragio: sus ojos muy abiertos y dementes, sus pantalones sudados adhiriendose a los musculos de sus piernas, la piel de gallina del pecho. Sus labios estaban azules y sus dientes castaneteaban.
– Lo siento mucho -susurro ella. Y queria tranquilizarlo de que no habia ninguna suciedad sobre el, pero sabia que solo lo exaltaria otra vez.
Mientras el agua goteaba desde la ducha hasta el azulejo, el ritmico sonido que producia era como una trampa tambor entre ellos. En medio de los golpes, ella se encontro recordando la noche que lo habia seguido hasta esta habitacion… la noche en que habia tocado su excitado cuerpo. Diez minutos despues de que lo tuviera lo habia encontrado acurrucado sobre el water, vomitando por que le habia puesto las manos encima a ella.
La claridad le llego de la misma manera que cambian las pesadillas, que se anclan en el conocimiento con una iluminacion glacial, mostrandole algo feo. Era obvio que habia sido golpeado como esclavo de sangre y habia asumido que por eso no le gustaba que lo tocaran. Pero el ser golpeado, a parte de ser doloroso y espantoso, no le haria sentir tan sucio.
Pero el abuso sexual lo haria.
Sus oscuros ojos de repente enfocaron su cara. Como si hubiese sentido la conclusion a la que habia llegado.
Conducida por la compasion, se inclino hacia el, pero la colera que sangraba en su cara la detuvo.
– Cristo, mujer -exploto-. ?Quieres cubrirte?
Ella miro hacia abajo. Su bata estaba abierta hasta la cintura, la elevacion de sus pechos expuestos. Dio un tiron a las solapas juntandolas.
En el tenso silencio era dificil encontrar donde mirar, entonces se concentro en su hombro… siguiendo la linea del musculo hasta la clavicula, hacia la base del cuello. Sus ojos fueron a la deriva sobre la gruesa garganta… a la vena que bombeaba bajo su piel.
El hambre la atraveso como un relampago, haciendo que se le alargaran los colmillos.
– ?Por que me quieres? -Refunfuno, claramente sintiendo su necesidad-. Eres mejor que esto.
– Tu eres…
– Se que soy.
– No estas sucio.