menos.

Se aclaro la garganta y se quedo mirando un hueco a traves del suelo.

– Mira, yo no… no quiero tu piedad. La razon por la que te le he contado no es debilitarte. Solo… estoy confuso. Es como si tuviera los cables cruzados, sobre todo… ya sabes, la jodida cosa. Te quiero, pero no esta bien. No deberias estar conmigo. Tu estas mas limpia que eso.

Hubo un largo silencio. Ah, mierda… tenia que mirarla. En el momento que lo hizo, se levanto de la cama como si estuviera esperando que alzara los ojos. Camino hacia el desnuda, nada sobre su piel excepto la luz de la unica mecha que ardia.

– Besame -susurro en la penumbra-. Solo besame.

– Dios… ?Que esta mal en ti? -Cuando ella se sobresalto, dijo- ?Quiero decir, por que? De todos los varones que podrias tener, ?por que yo?

– Te deseo a ti. -Puso la mano sobre su pecho-. Es una respuesta natural y normal al sexo opuesto, ?no?

– No soy normal.

– Lo se. Pero no estas sucio, ni contaminado ni eres indigno. -Tomo sus temblorosas manos y las coloco sobre sus hombros.

Su piel era tan fina, la idea de estropearla de alguna forma lo congelo. Asi como lo hizo la imagen de el empujando eso dentro de ella. Salvo que no deberia involucrar la parte inferior de su cuerpo, ?no? Esto podria ser todo por ella.

Oh, sip, penso. Esto podria ser por ella.

Le dio la vuelta y la apreto contra su cuerpo. Con lentas caricias recorrio su cuerpo arriba y abajo por las curvas de la cintura y las caderas. Cuando ella arqueo la columna y suspiro, pudo ver las puntas de sus senos por encima del hombro. Queria tocarla alli… y se dio cuenta que podia. Movio sus manos sobre la caja toracica, sintiendo el diseno de huesos delicados hasta que las palmas envolvieron los senos. La cabeza se relajo mucho mas y su boca se abrio.

Cuando se abrio asi para el, tuvo el instinto de gritar de entrar en ella de cualquier forma posible. En respuesta, lamio su labio superior mientras hacia rodar uno de los pezones entre el pulgar e indice. Se imagino a si mismo metiendo la lengua a la fuerza en su boca, entrando entre los dientes y colmillos, tomandola de esa manera.

Como si supiera lo el estaba pensando, trato de darse la vuelta y ponerse frente a el, pero parecia demasiado cerca en cierta forma… demasiado real que ella se estaba entregando a el, que le iba a dejar a alguien como el hacerle cosas intimas, eroticas a su cuerpo. Se detuvo agarrandola por las caderas y empujandola contra sus muslos. Rechino los dientes y sintiendo su trasero contra la ereccion tirante en sus pantalones.

– Zsadist… dejame besarte. -Trato de darse la vuelta otra vez y el la detuvo.

Cuando lucho contra su agarre, la mantuvo en su sitio facilmente.

– Sera mejor para ti de esta manera. Si no puedes verme, sera mejor.

– No, no quiero.

Bajo la cabeza hasta su hombro.

– Si pudiera solo conseguirte a Phury… una vez me pareci a el. Podrias fingir que soy yo.

Libero el cuerpo de sus manos.

– Pero no serias tu. Y tu eres a quien yo quiero.

Mientras le miraba con femenina expectacion, se dio cuenta que ellos se encaminaban hacia la cama justo detras de ella. E iban a ir al grano. Pero, Dios… no tenia ni idea de que hacer para que se sintiera bien. Podria muy bien ser virgen para toda la mierda que sabia sobre el placer de una hembra.

Con esa pequena y feliz revelacion, penso sobre el otro varon que ella habia tenido, ese aristocrata quien indudablemente sabia mucho mas de sexo que el. De la nada fue golpeado por un deseo totalmente irracional de perseguir a su anterior amante y hacerlo sangrar.

Oh…demonios. Cerro los ojos. Oh… mierda

– ?Que? -pregunto ella.

Ese tipo de impulso violento y territorial era caracteristico del varon vinculado. La distincion de uno, realmente.

Z alzo el brazo y puso la nariz en su biceps, respirando profundamente… El perfume vinculante salia de su piel. Era debil, probablemente solo reconocible para el, pero estaba alli.

Mierda. ?Ahora que iba ha hacer?

Desafortunadamente, sus instintos respondieron. Como si su cuerpo bramara, la levanto y se encamino hacia la cama.

CAPITULO 27

Bella miro la cara de Zsadist mientras la llevaba a traves de la habitacion. Sus ojos negros eran angostas rendijas, una oscura, erotica ansia brillaba en ellos. Mientras la dejaba sobre la cama y miraba hacia su cuerpo, ella tuvo el claro pensamiento de que iba a comerla viva.

Excepto que solo se inclino sobre ella.

– Arquea la espalda para mi -pidio.

Ok… no era lo que ella esperaba.

– Arquea la espalda, Bella.

Sintiendose extranamente expuesta, hizo lo que le pedia, levantando su cuerpo sobre el colchon. Mientras ella se movia en la cama, miro al frente de sus calzoncillos. Su ereccion dio un tiron violento, y la idea de que iba a estar pronto dentro de ella la ayudo a relajarse.

El se inclino y rozo uno de sus pezones con sus nudillos.

– Quiero esto en mi boca.

Una deliciosa ansia arraigo en ella.

– Entonces besalo.

– Shh. -El nudillo viajo por en medio sus senos y bajo al estomago. Se detuvo cuando llego al ombligo. Con su dedo indice trazo un circulo pequeno alrededor del ombligo. Entonces se detuvo.

– No pares -gimio ella.

No lo hizo. Bajo mas hasta que rozo la cima de su hendidura. Ella se mordio el labio y tenso el cuerpo, aquel enorme guerrero, con todos esos musculos duros totalmente. Dios… Ella estaba realmente preparada para el.

– Zsadist

– Voy a bajar sobre ti. Y entonces no sere capaz de detenerme. -Con la mano libre acaricio sus labios, como si estuviera imaginandose el acto-. ?Estas preparada para dejarme hacerlo?

– Si…

El trazo con un dedo el lado desfigurado de su boca mientras acariciaba su abertura.

– Desearia tener algo de mejor aspecto que ofrecerte. Porque tu vas a ser perfecta ahi abajo. Lo se.

Ella odio la verguenza que vino con su orgullo.

– Yo creo que lo eres.

– Tienes una ultima oportunidad para decirme que no, Bella. Si no lo haces ahora mismo, voy a estar sobre todas tus partes. No voy a parar, y no creo que pueda ser gentil.

Ella mantuvo los brazos lejos de el. El asintio una vez, como si hubieran hecho alguna especie de pacto, y entonces fue al final de la cama.

– Separa las piernas. Quiero verte.

Un rubor nervioso se extendio sobre ella.

El sacudio la cabeza.

– Demasiado tarde, Bella. Ahora… es demasiado tarde. Muestrame.

Lentamente ella levanto una de sus rodillas y se fue revelando gradualmente.

Su rostro se enternecio, la tension y la dureza salieron de el.

– Oh… Dios… -susurro el-. Eres… hermosa.

Inclinandose con los brazos, acecho por la cama hacia su cuerpo, con los ojos fijos en su piel secreta como si nunca hubiera visto algo asi. Cuando acabo su recorrido, sus anchas manos allanaron el camino levantandole los

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