muslos, abriendolos incluso mas.

Pero entonces fruncio el cejo y la miro.

– Espera, se supone que tengo que besarte en la boca primero, ?no? Quiero decir, los hombres empiezan por arriba y van trabajando hacia abajo, ?no lo hacen asi?

Que extrana pregunta… como si el nunca lo hubiera hecho asi.

Antes de que ella pudiera contestar el comenzo a retroceder, asi que ella se incorporo y capturo su cara entre sus manos.

– Puedes hacerme cualquier cosa que quieras.

Los ojos de el destellaron y mantuvo su posicion por una fraccion de segundo.

Entonces el se abalanzo sobre ella, bajandola a la cama. Su lengua se disparo en su boca y enredo las manos en el pelo, tirando en ella, arqueandola, atrapandole la cabeza. El hambre en el era feroz, la necesidad de sexo engrosaba la sangre de un guerrero. El iba a tomarla con toda la fuerza que tenia, y ella iba a estar dolorida cuando la usara. Dolorida y totalmente en extasis. Ella no podia esperar.

De repente, el se paro y se aparto de su boca. Respiraba profundamente y tenia ruborizadas las mejillas cuando la miro a los ojos.

Y entonces le sonrio.

Ella estaba tan sorprendida que no supo que hacer. Nunca habia visto esa expresion en su cara antes, y el levantamiento de su boca eliminaba la deformacion en el labio superior, luciendo los dientes brillantes y los colmillos.

– Me gusta esto -dijo el-. Tu debajo de mi… te siento bien. Eres suave y tibia. ?Peso demasiado? Aqui, dejame…

Cuando se sostuvo con los brazos, su excitacion presiono contra el centro de ella y su sonrisa se convirtio rapidamente en una respiracion entrecortada. Era como si no le gustara la sensacion, pero ?como podia ser eso? El estaba excitado. Ella podia sentir su ereccion.

Con un agil movimiento el se recoloco de forma que las piernas de ella quedaron cerradas y sus rodillas a cada lado de ellas. Ella no podia adivinar lo que habia pasado, pero a cualquier sitio a donde hubieran ido sus pensamientos, no era un buen lugar.

– Eres perfecto encima de mi -dijo para distraerlo-. Excepto por una cosa.

– ?Que?

– Te has parado. Y quitate los calzoncillos.

Su peso bajo sobre ella inmediatamente y su boca fue a un lado del cuello. Cuando le pellizco la piel, ella bajo la cabeza a la almohada y descubrio la columna de su garganta. Agarrandolo por la parte de atras de la cabeza, lo urgio contra su vena.

– Oh, si… -gimio ella, queriendo que el se alimentara.

El hizo un ruido que era un no, pero antes que el rechazo pudiera murmurar a traves de ella, estaba besandola bajando por su clavicula.

– Quiero cogerte el pecho -dijo el contra su piel.

– Hazlo.

– Necesitas saber algo primero.

– ?Que?

El levanto la cabeza.

– ?La noche en que viniste aqui… cuando te bane? Hice todo lo que pude para no mirarte. Realmente lo hice. Te cubri con una tolla incluso cuando estabas en el agua.

– Eso fue amable.

– Pero cuando te sacaba… Vi estos. -Su mano capturo uno de sus pechos-. No pude evitarlo. Lo juro. Intente permitirte tu modestia, pero tu estabas… no podia detener mis ojos. Tu pezon estaba apretado por el frio del aire. Tan pequeno y rosado. Adorable.

El movio el pulgar de un lado a otro sobre su dura cima, perturbando su mente.

– Esta bien -murmuro ella.

– No lo esta. Estabas indefensa y era incorrecto mirarte.

– No, tu.

El se movio y su ereccion le presiono en la cima de los muslos.

– Esto ocurrio.

– ?Que pas… Oh, te excitaste?

Apreto la boca.

– Si. No pude detenerlo.

Ella sonrio un poco.

– Pero no hiciste nada, ?no es cierto?

– No.

– Entonces esta bien -Arqueo la espalda y vio como sus ojos se clavaban en sus pechos. -Besame, Zsadist. Justo donde estas mirando. Justo ahora.

Sus labios se separaron, y su lengua siguio su camino mientras se inclinaba. Su boca era calida sobre su piel, y tan vacilante, besando, para despues aspirar el pezon dentro de ella. El tiro, despues recorrio un languido circulo alrededor, despues lo llevo dentro de nuevo… y todo el tiempo sus manos le acariciaban la cintura, las caderas y las piernas.

Que ironico que estuviera preocupado por no ser gentil. Lejos de ser brutal, era positivamente reverente mientras se amamantaba, sus pestanas sobre las mejillas mientras la saboreaba, su cara adorable y absorta.

– Cristo -murmuro el moviendose hacia el otro pecho-. No tenia ni idea de que pudiera ser asi.

– ?Como… asi? -Oh, Dios… Su boca…

– Podria lamerte para siempre.

Ella le agarro la cabeza con las manos, acercandolo mas. Y le llevo algun contorneo, pero consiguio sacar una de sus piernas de debajo de el de forma que estaba casi enterrado en la cuna de su cuerpo. Se moria por sentir su excitacion, excepto que el solo se cernia sobre ella.

Cuando el se aparto protesto, pero sus manos fueron al interior de sus muslos y se movio para bajar sobre su cuerpo. Cuando el se separo las piernas, el colchon empezo a temblar bajo ella.

Todo el cuerpo de Zsadist temblaba mientras la miraba.

– Eres tan delicada… y brillas.

El primer movimiento de su dedo bajando hacia su centro casi la lanzo al final. Cuando ella dejo escapar un ronco sonido, sus ojos llamearon fijos en los de ella y maldijo.

– Maldita sea, No se lo que estoy haciendo. Estoy intentando ser cuidadoso.

Ella lo tomo de la mano antes de que pudiera apartarla.

– Mas…

El parecio dudar por un momento. Entonces la toco de nuevo.

– Eres perfecta. Y Dios, eres suaves. Tengo que saber…

El se inclino, los hombros se le tensaron duramente. Ella sintio un roce de terciopelo.

Sus labios.

Esta vez cuando ella salto en la cama y dijo su nombre, el solo presiono otro beso sobre ella de nuevo, y despues de eso, el humedo golpe de su lengua. Cuando el levanto la cabeza y trago, el grunido de extasis que hizo casi le para el corazon. Sus ojos se encontraron.

– Oh… Jesus… eres deliciosa -dijo el, bajando de nuevo su boca.

El se extendio en la cama, pasandole los brazos por debajo de las rodillas y desbordando el espacio entre sus muslos… un hombre que no iba a ir a ningun sitio durante mucho tiempo. Su aliento era calido y necesitado, la boca hambrienta y desesperada. El la exploro con una obligacion erotica, lamiendo y tentando con la lengua, chupando con los labios.

Cuando sus caderas embistieron, coloco uno de sus brazos sobre su estomago, reteniendola en el sitio. Ella dio tumbos otra vez y el se detuvo sin levantar la cabeza.

– ?Estas bien? -pregunto el, la aspera voz amortiguada, las palabras vibrando en su centro.

– Por favor… -Era lo unico que le vino a la mente.

El se echo hacia atras un poco, y todo lo que ella pudo hacer fue mirar los labios brillantes y pensar en donde

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