para esto una opinion cualificada. Kruger explico la situacion todo lo bien que pudo mientras descansaba a la sombra del vestibulo del edificio. Theer estaba en su punto mas cercano y viajar era imposible. Dar entendio sin dificultad que el gas en una casa era una cierta forma de fuego y llevo la conversacion apresuradamente a la cuestion de la electricidad.

Kruger no esperaba poder transmitir este concepto y fue gratamente sorprendido al descubrir que Dar le seguia al parecer bastante bien. La explicacion fue larga, claro, pero antes de que Theer se hubiera puesto de nuevo detras de las colinas el chico estaba mas seguro que nunca de haber sido entendido.

La cuestion que surgio entonces fue que debian hacer. Kruger penso que lo mejor para ellos seria examinar uno o dos edificios mas por lo menos para asegurarse de lo que habian visto, asi tendrian una informacion mas o menos sistematica que Dar pudiera transmitir a su gente. La posibilidad de que Kruger pudiera informar de ello a su gente parecia bastante mas remota, pero tal vez pudiera utilizar el mismo este conocimiento.

Dar tenia un problema mas serio. Se habia despertado su interes, claro; en cierto modo, le gustaria traer un grupo de los suyos y quiza algunos Profesores a este sitio para que pudieran aprender mas sobre la electricidad que Kruger habia descrito. Al mismo tiempo, estaba el hecho de haber violado instrucciones firmes y de larga duracion, no simples ordenes de los Profesores, sino material escrito en libros de la epoca de antes de que su gente hubiera nacido, referentes a no relacionarse para nada con el fuego. No habia duda de que quienquiera que hubiera construido este lugar no habia oido nunca estas leyes. Si Dar hiciera un informe completo en las Murallas de Hielo, ?traeria esto consigo una expedicion o una censura? Era su problema, por supuesto; no podia pedir consejo a Kruger. El ser humano era obvio que tampoco habia oido nunca hablar de la ley, pero no podia ser culpado por ello, ya que su cultura era diferente.

Aun asi, lo que fuera a hacer con la informacion importaba poco para decidir si debia adquirir mas o no. Siguio a Kruger y pasaron varias horas visitando algunas estructuras.

No eran mas parecidas entre si que lo que lo hubieran sido los edificios de una ciudad terrestre, pero ninguna de sus diferencias era particularmente grande. Las canerias de gas y los hilos de electricidad parecian estar en todas partes; Dar senalo que las canerias estaban solo en habitaciones interiores mientras que las tomas de corriente electricas aparecian con frecuencia en los vestibulos e incluso en paredes exteriores. Parecia que los habitantes de la ciudad tenian prejuicios contra el uso de la electricidad para el alumbrado. Kruger no dio credito a la sugerencia de Dar de que no hubieran inventado las luces electricas. Su opinion era que alguien que fuera capaz de construir una fuente de corriente lo suficiente para una ciudad, le era posible al menos iluminar un filamento con ella. Podia haber tenido razon.

Aunque Theer no se habia puesto hacia mucho rato, varios chaparrones cayeron sobre la ciudad mientras estaban investigando. Cuando decidieron que ya habian visto suficiente y que debian reemprender su viaje, se encontraron con que otra tormenta iba justo a estallar. No hubiera sido imposible viajar bajo la lluvia, pues Kruger estaba normalmente empapado siempre, pero no era demasiado recomendable y decidieron esperar.

Como la mayoria de los otros, el chaparron no duro demasiado y pronto empezo a aclararse el cielo. Dar se volvio a poner el paquete sobre los hombros y salieron mientras aun silbaba la lluvia en sus oidos. Golpeaba el pavimento con la suficiente fuerza para hacer dificil la conversacion, y arroyos de agua gorgoteaban por la calle sin cunetas hacia el mar. Probablemente era esto lo que impidio que el oido de Dar les alertara. De cualquier forma, fue lo que alego despues.

Cualquiera que fuera la razon, ninguno de ellos supo que no estaban solos hasta que su compania se mostro deliberadamente. La interrupcion del viaje trajo consigo palabra y accion; la palabra fue «?alto!» y la accion revistio la forma de un disparo de ballesta que se astillo contra la calle que tenian delante. Dar y Kruger, advirtiendo que el proyectil debia haber venido de arriba, inspeccionaron rapidamente los bordes de los tejados de la vecindad, pero nada se movia.

La palabra habia sido dicha en el idioma de Dar, asi que fue el piloto quien respondio.

Se abstuvo cuidadosamente de levantar su propia ballesta.

— ?Que quereis?

— Debeis venir con nosotros.

— ?Por que? — Kruger habia entendido lo suficiente de la conversacion para poder hacer esta pregunta.

— Estais… la ciudad — la primera y ultima parte de la frase fue todo lo que el chico pudo entender.

— ?Cual es su problema? — pregunto Kruger.

— El problema es nuestro. Estamos; vinimos a la ciudad; fue malo.

— ?Por que?

— No lo dicen — Dar no menciono que creia saber la razon; no era momento para explicaciones demasiado prolongadas.

— ?Tienes alguna idea de quienes son?

— Ideas, pero no lo se.

— ?Que crees que debemos hacer?

— Lo que digan — Dar, situado en medio de una calle desierta, no estaba dispuesto a una pelea a ballesta contra un numero desconocido de antagonistas, todos perfectamente a cubierto. Sin embargo, pensaba una cosa.

— ?Que nos hareis por haber entrado en vuestra ciudad?

— Lo que los Profesores digan. No somos nosotros quienes debemos decidir.

— ?Que sucedio en el pasado?

— Nadie ha desobedecido a un Profesor durante muchos anos. Al principio, cuando la gente era joven, algunos lo hicieron; sufrieron y no volvieron a infringir la ley de nuevo.

— Pero supon que nosotros no sabiamos que estabamos infringiendo la ley.

— Debias haberlo sabido; eres una persona. Tu asunto puede ser perdonado. Los Profesores decidiran.

— Pero no habia oido nunca hablar de este lugar; mis Profesores nunca me lo mencionaron y no esta en los libros. ?Como podia saberlo?

— Debes tener unos Profesores muy estupidos. Tal vez no seas culpado por ello.

Dar estaba lo suficientemente indignado para haber hecho una replica dura, lo que Kruger hubiera desaconsejado de haber podido seguir la conversacion de cerca.

— ?Soy de vuestra ciudad?

— No.

— ?Os hablaron vuestros Profesores de mi ciudad?

— No.

— Entonces debe haber dos equipos de Profesores estupidos en Abyormen.

Si Kruger hubiera entendido eso, habria esperado con seguridad como respuesta una andanada de saetas de ballesta, pero no sucedio nada por el estilo. El invisible orador se limito a volver a la cuestion original.

— ?Vendreis con nosotros sin oponer resistencia?

— Iremos — Dar respondio sin consultar con Kruger. Despues de todo, el chico le preguntaba a Dar lo que habia que hacer y presumiblemente no tenia opinion propia.

Al pronunciar Dar Lang Ahn esta palabra, las aberturas de los edificios de los alrededores dejaron paso a unos cincuenta seres. Kruger pudo aceptar esto sin demasiada sorpresa, pero Dar se extrano grandemente al comprobar que eran identicos fisicamente a el. Habia viajado mucho, encontrandose en sus viajes oficiales a las Murallas de Hielo o a otros lugares con tipos de su raza provenientes de ciudades dispersas por el globo de Abyormen y nunca habia oido que hubiera mas, aparte de los salvajes que se mantenian fuera del alcance de las ciudades gobernadas por los Profesores. Aun asi, no habia duda; los seres que le rodeaban podian venir directamente de cualquiera de las ciudades que habia visitado. Incluso los arneses para la carga que llevaban eran virtualmente identicos a los suyos y las ballestas que portaba la mayoria podian haber sido hechas por Merr Kra Lar en la ciudad de Kwarr.

El que parecia llevar la voz cantante les dijo al llegar a ellos: — Habeis usado una palabra hace un momento que no habia oido nunca. ?Que es un libro?

Kruger no entendio esta pregunta; Dar no le habia hablado nunca del contenido del paquete que siempre mantenia con tanto cuidado a su lado. Dar podia no haberse sorprendido de la ignorancia de su companero sobre estos temas, pero que uno de su raza no hubiera nunca oido hablar de los libros era increible. ?La vida no podia continuar sin el registro de lo que habia sucedido con anterioridad!

Cuando se recobro del asombro que la pregunta le habia producido, trato de explicarlo, pero el que le

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