invisible interrogador, obedecio. No tuvo problemas para ello; la madera estaba seca y Arren proporcionaba a su bateria toda la radiacion que necesitaba.
El chasquido de las chispas de alta tension hizo retirarse a los pobladores, repentinamente alarmados, aunque Kruger reparo en ello tan poco como en la ballesta de Dar. Las cortezas prendieron inmediatamente y sesenta segundos despues un fuego respetable ardia en la piedra situada a unas pocas yardas del petreo refugio de los Profesores. Todo el rato se fueron sucediendo preguntas sobre el desarrollo de la operacion, que Kruger iba respondiendo: por que la madera tenia que ser pequena al principio, por que habia elegido madera seca, y que era lo que producia las chispas.
Responder resultaba extremadamente dificil. Kruger se encaro con aproximadamente los mismos problemas que hubiera tenido un estudiante de bachillerato al que se hubiera pedido diese una conferencia al mismo nivel sobre fisica o quimica en frances despues de haber estudiado dicho idioma durante un ano. Consecuencia de esto fue que aun estaba tratando de improvisar signos cuando el fuego se apago.
La criatura de dentro del petreo refugio parecio por fin satisfecha con los fuegos, o al menos con lo que Kruger sabia de ellos, y paso a otro tema que parecia interesarle mas.
— ?Eres de otro mundo que se mueve a la vez que Theer o de alguno que gire en torno a Arren?
Dar no entendio, pero Kruger lo hizo demasiado bien. Dar fue golpeado como por un trueno, de la misma manera que los seres humanos cuando se dan cuenta de que sus teorias favoritas no tienen ya ninguna validez.
— ?Buen ojo de lince! — murmuro para si, pero por el momento fue incapaz de encontrar ninguna respuesta coherente.
— ?Que ha sido eso? — Kruger habia olvidado por un instante que los oidos superagudos parecian de lo mas corriente en este planeta.
— Una expresion de sorpresa en mi propio idioma — respondio con prontitud —. No creo haber entendido bien la pregunta.
— Para mi que si lo has hecho — aunque los acentos no fueran humanos, Kruger tuvo de repente la impresion de que un director de colegio se encontraba al otro lado de la barrera, y decidio que bien podia continuar su politica de franqueza.
— No, no vengo de Arren; no se ni siquiera si tiene algun planeta, o si los tiene Theer — el que le escuchaba acepto esta respuesta sin hacer ningun comentario, ya que su significado se podia sacar facilmente del contexto —. Mi mundo gira alrededor de un sol mucho mas debil que Arren, pero mas potente que Theer, y que esta a una distancia de este sistema que no puedo expresar en vuestro idioma.
— ?Entonces hay otros soles?
— Si.
— ?Por que viniste aqui?
— Estamos explorando, aprendiendo como son los otros mundos y soles.
— ?Por que estas solo?
Kruger conto con detalle el accidente de su caida en el pozo de barro, la logica deduccion de sus amigos de que habia perecido y su supervivencia gracias a una fortuita raiz de arbol.
— ?Cuando volvera tu gente?
— No espero que lo hagan. No tienen motivos para suponer que este mundo este habitado; las ciudades de la gente de Dar, de las que me ha hablado, no se podian ver, y el poblado de esta gente de aqui no es posible detectarlo. En cualquier caso, la nave iba en un viaje de reconocimiento que iba a durar bastantes de vuestros anos y puede estar ya llena al regresar a casa sin que este sistema sea siquiera examinado. Aun asi, no hay ninguna razon en particular para que regrese; hay mucho que hacer mas cerca de casa.
— Entonces estas ya muerto para tu gente.
— Me temo que si.
— ?Sabes como funcionan tus naves voladoras? — Kruger titubeo un poco ante esta pregunta y luego recordo haberse presentado como un piloto-cadete.
— Conozco las fuerzas y la tecnica relacionadas con ellas; si.
— ?Entonces por que no has intentado construir una para volver a tu mundo?
— Saber y poder son dos cosas diferentes. Se como se formo este mundo, pero no podria haberlo hecho por mi mismo.
— ?Por que estas con ese, al que llaman Dar?
— Me lo encontre. Dos se mueven mejor que uno solo. Ademas, estaba buscando un sitio en este mundo lo suficientemente fresco para un ser humano, y Dar dijo algo relacionado con un casquete polar al que se estaba dirigiendo. Aquello fue suficiente para mi.
— ?Que harias con los demas de su especie al encontrartelos en el casquete polar?
— Supongo que trataria de congeniar con ellos. En cierto sentido, es la unica compania que tengo; los trataria como si fueran de los mios, si me lo permitieran — hubo una pausa despues de esta respuesta, como si los ocultos Profesores estuvieran conferenciando o meditando. Entonces las preguntas volvieron, pero estaba vez dirigidas a Dar Lang Ahn.
Este respondio que era un piloto al que se le habia asignado la ruta entre Kwarr y las Murallas de Hielo. Los interrogadores preguntaron por la situacion de la ciudad, a lo que Dar tuvo que responder minuciosamente. El y Kruger se preguntaron si los Profesores no lo sabian en serio o estaban solo probando la veracidad de Dar.
No se hizo ninguna sugerencia en el sentido de que Dar no fuera nativo de este planeta, y al plantearse Kruger la cuestion, estaba cada vez mas sorprendido. Le tomo algun tiempo deducir que al ser Dar de la misma raza que esta gente, tambien ellos debian provenir de otro mundo. El porque vivian como semisalvajes era un misterio, pero tal vez sucediera que habian sido abandonados alli al estropearse su nave. Aquello hubiera justificado las preguntas relativas a su poder para construir una nave espacial. De hecho, parecia tener respuestas para todo menos para explicar por que los Profesores permanecian ocultos.
— ?Que son esos «libros» que llevabas y por los cuales te inquietabas tanto? — esta cuestion atrajo de nuevo la distraida atencion de Kruger, pues llevaba bastante tiempo queriendo preguntar lo mismo.
— Son registros de lo que nuestra gente ha hecho y aprendido durante sus vidas. Los registros que recibimos de aquellos que se fueron ya se encuentran en la seguridad de las Murallas hace mucho tiempo, despues de que nos hubieramos aprendido su contenido, pero por ley todo el mundo debe hacer sus propios libros tambien, que luego deberan ser preservados como los hechos antes.
— Ya veo. Una idea interesante; tendremos que considerarla mas adelante. Ahora, otro asunto: has dado a alguna de nuestra gente la impresion de que consideras contra la ley el tratar con fuego. ?Es esto cierto?
— Si.
— ?Por que?
— Nuestros Profesores nos lo han dicho y nuestros libros de tiempos pasados tambien.
— ?Decian que os podia matar?
— No nos pasaria solo eso. Ser muerto es una cosa, ya que a fin de cuentas todos nos morimos con el tiempo, pero esto parecia ser algo peor. Supongo que sera que estas mas muerto si te mueres de calor, o algo asi. Ni los Profesores ni los libros lo han aclarado nunca demasiado.
— Y sin embargo acompanas a este ser que es capaz de hacer fuego cuando quiere.
— Al principio me preocupo eso, pero luego decidi que como no es realmente una persona, tiene que tener unas leyes diferentes. Crei que informar sobre el en las Murallas de Hielo pesaria mas que las posibles infracciones que pudiera cometer. Ademas, me mantuve lo mas alejado posible de los fuegos que hizo.
Hubo otro silencio bastante largo antes de que el Profesor hablara de nuevo. Cuando lo hizo, su entonacion y palabras resultaron al principio alentadoras.
— Los dos habeis prestado vuestra informacion, cooperacion y ayuda — dijo el oculto ser —. Lo apreciamos, y por tanto os damos las gracias.
— Seguireis por el momento con nuestra gente. Ellos se ocuparan de que esteis comodos y bien alimentados; me temo que no podamos hacer nada para proporcionarle al ser humano el frescor que quiere, pero incluso eso puede ser arreglado. Dejad los libros y el aparato para encender fuego sobre la piedra y que se vaya todo el mundo.