preparacion y el suficiente valor como para proseguir sin desmayo.
Todos los ataques e incursiones que efectuaban nuestras fuerzas se preparaban de antemano y, fijaos, estoy aqui, dio resultado. Eso de que estamos hablando aqui es diez veces mas facil. Y tiene que dar resultado.
Brunner no estaba convencido. Resistia tenazmente.
– Permanecer sentado aqui bebiendo y hablando, haciendo conjeturas y entregandonos a nuestras fantasias es una cosa. Pero la dura realidad es otra cosa muy distinta.
Hablar es facil, sobre todo cuando se trata de una despreocupada conversacion de hombres solos.
Pero en cuanto tratemos de poner en practica este sueno, en cuanto intentemos trasladarlo a la vida real, tropezaremos con cientos de obstaculos y escollos.
No me gusta interpretar el papel del abogado del diablo pero…
Impaciente y enfurecido, Shively se dirigio a Brunner.
– Entonces deja de ponerle pegas al proyecto, maldita sea. Si no quieres formar parte del mismo, si quieres dejarlo, aun estas a tiempo. -Miro al perito mercantil-. Si no crees en lo que estamos haciendo ?por que demonios nos has invitado a venir a tu despacho? Brunner se encontro por primera vez como cogido en una trampa. Se ruborizo y se esforzo por hallar una respuesta.
– No… no lo se. En serio que no sabria decirlo. Tal vez, bueno, quiza pense que seria divertido hablar de ello.
– Pues se trata de algo mas que eso -dijo Shively enojado-; y ahora voy a decirte de que se trata y por que estas aqui y por que esta Yost y por que esta el muchacho y por que estoy yo tambien.
Es porque la sociedad nos ha humillado toda la vida, al igual que a la inmensa mayoria de la gente. Permanecemos como atrapados en el mismo sitio para el resto de nuestros dias como si hubieramos nacido en un sistema de castas.
– Esta es una opinion radical -protesto Brunner-y no estoy muy seguro que…
– Y yo te digo que no me cabe la menor duda de que asi es -afirmo Shively ahogando la voz de Brunner con la suya propia-. Y tampoco soy radical. No me interesa la politica.
Me interesa mi persona y no me gusta la manera en que me humilla el sistema. Los verdaderos delincuentes de este pais son los poderosos y los ricachos. Nos explotan. Se aprovechan de nosotros. No nos dan nada y se lo guardan todo para si.
Puesto que ya lo tienen todo, lo que hacen es conseguir mas y mas. Poseen las mejores casas, las mejores vacaciones, los mejores automoviles y las mejores mujeres que existen. Y se cagan en nosotros que estamos debajo como si se nos pudiera eliminar tirando de la cadena del retrete. Forman un grupo compacto en el que no se nos esta permitido entrar.
Y te digo, Brunner, que ya estoy harto. Quiero entrar. Quiero participar tambien. Si no consigo dinero, que sea el mejor trasero que haya, analogo a los que ellos pueden conseguir siempre que se les antoja.
– Shively se habia levantado, muy nervioso, con el rostro deformado en una mueca y los tendones de detras de las sienes muy rigidos.
Se acerco a Brunner, se quedo de pie a su lado y movio la mano como abarcando toda la estancia-.
Mira a tu alrededor, Brunner, mira. Cuatro extranos que se han conocido accidentalmente. Ninguno de nosotros es un bocado especialmente escogido. Somos cuatro tipos normales y corrientes.
– Senalo con el dedo a Yost, sentado en el sofa-.
Aqui esta Howard Yost. Universitario. Instruido. Astro del futbol americano. ?Y que es ahora? Trabaja como un negro dia y noche para mantener a su mujer y sus dos hijos.
Y se ve obligado a ahorrar hasta el ultimo centimo, podeis creerme. Si quiere divertirse un poco y echar una cana al aire, tiene que rezar para que le caiga en suerte alguna posible cliente hambrienta de amor. O bien tiene que ausentarse de la ciudad, para seguir trabajando, y en el transcurso de su tiempo libre se ve obligado a pagar a cambio de una cualquiera.
– El dedo de Shively senalo a Malone, que le escuchaba fascinado desde detras del escritorio-.
Fijaos en este muchacho, Malone, Adam Malone.
Un chico listo. Mucha imaginacion. Un escritor que debiera poder gozar de la libertad de escribir, pero, en su lugar, se pasa la mitad del tiempo colocando latas de sardinas en un maldito supermercado para poder ganarse el sustento. Y, para relajarse un poco, ?que tiene que hacer? Apuesto a que puede considerarse afortunado si de vez en cuando consigue meter mano a alguna mujer encorvada, patizamba y obesa que haya conocido en el supermercado.
Lo maximo que puede hacer para acercarse un poco a las hembras de clase, a una Sharon Fields, es sonar solo y masturbarse en la cama.
– Shively se golpeo el pecho-.
Fijaos en mi, Kyle Shively, de Tejas. Tal vez no posea instruccion universitaria pero soy listo. He aprendido muchas cosas por mi cuenta. Tengo lo que se llama sentido comun y conocimiento de la naturaleza humana.
Y soy, ademas, muy habilidoso. Con estas dos manos soy capaz de hacer cualquier cosa. Tal vez, de haber tenido un poco de suerte, hubiera podido ser un constructor de automoviles millonario, como ese Ferrari y esos otros extranjeros.
Y, en lo tocante a habilidad, esta no se limita a las manos sino que se extiende a la bragueta. ?Y de que me sirve? Si quiero divertirme un poco con una mujer, ?quien accede a venir conmigo? Alguna estupida adolescente o la dependienta de algun tienducho del barrio.
Las tias ricas de la alta sociedad, a las que veo dia tras dia, me miran por encima del hombro como si no fuera otra cosa mas que un mono grasiento, un criado ignorante. Les importo un bledo. No soy nada.
Y ahora te toca a ti, Brunner. Se detuvo con los brazos en jarras contemplando a Brunner, que no se atrevia a mirarle a la cara-.
?Y que me dices de ti, senor Leo Brunner, en este palacio tuyo de la miserable avenida Western? No me digas que eres feliz o que estas satisfecho de tu vida.
No me digas que le has sacado a la vida todo el jugo, todo lo que tiene, a traves de tus relaciones con una sola mujer, a traves de tu matrimonio de treinta anos con la misma mujer.
Durante estos treinta anos solo lo has probado dos veces con algo distinto e incluso en estos dos casos, fue por accidente, porque te tuvieron lastima.
– Brunner hizo una mueca, hundio la cabeza entre los hombros como una tortuga pero no dijo nada-.
Mira, a mi no puedes enganarme -prosiguio Shively-. No me digas que durante todos estos tristes anos no te ha escocido el miembro y no has sentido el deseo de probar el material que es exclusiva de los ricos, el material que ves en las peliculas o en los periodicos. Pues, bien, hombre, voy a decirte lo mas sincero que jamas hayas oido.
?Cuanto tiempo te queda de vida? Ese pobre miembro sin usar se te esta marchitando, se te esta marchitando poco a poco. Jamas ha gozado de la buena vida de que disfrutan los llamados superiores.
Dentro de diez anos no podras siquiera levantarlo y estaras listo. Dentro de veinte anos tampoco lo levantaras porque seras polvo y habras muerto, y antes de morir comprenderas que ni una sola vez viviste la experiencia y la diversion de que otros has leido que disfrutan. ?Que dices a eso, Brunner? Shively espero, respirando ruidosamente.
La estancia aparecia silenciosa como una tumba. Brunner permanecia sentado con la cabeza baja y la vista apartada en actitud vencida.
Al cabo de lo que parecio un rato, interminable Brunner suspiro audiblemente.
– ?Que que puedo decir? Supongo que en cierto sentido tienes tienes razon. Tengo que ser sincero conmigo mismo. Si, creo que no he tenido muchas oportunidades de. de vivir.
– Puedes estar bien seguro, amigo.
Pero ahora te digo que tienes una oportunidad, tal vez la ultima oportunidad, y te digo que la aproveches. Ven a jugar y deja de pensar. Cierra los ojos y lanzate y tal vez obtengas algo que pueda justificar tu existencia y haga que merezca vivirse lo que te reste de vida. ?Te parece bien?
Brunner asintio casi imperceptiblemente. Yost hablo desde el sofa.
– Estoy de acuerdo contigo, Shiv. Lo has expresado muy bien pero yo lo expresaria de una forma algo distinta si no te importa.
Yo digo que no nos lancemos con los ojos cerrados. Digo que, antes de lanzarnos, los abramos mucho. Que los abramos bien para poder ver donde y como vamos a ir.