alguno deseable. Malone abrio la puerta, salio, se detuvo bajo el porche y aspiro el aire fresco gozando del espectaculo de aquel escenario tan primitivo.

El cielo se habia aclarado, el sol habia salido parcialmente y una calida brisa estival azotaba la camisa de Malone. Penso en la posibilidad de dar un paseo por la zona para conocerla un poco.

A excepcion del terreno llano que habia frente a la casa, todo lo demas era aspero y majestuoso. Malone decidio que no era oportuno dar paseos.

Una noche casi en blanco y la gran tension del acto que habian llevado a cabo por la manana le habian dejado agotado y sin fuerzas.

Lo unico que se le antojaba apetecible en aquellos momentos era la tumbona de madera de secoya con la prometedora colchoneta azul que alguien habia sacado al porche.

Malone se dejo caer en ella, y despues se tendio subiendo las piernas. Se estuvo un buen rato contemplando las copas de los arboles sin prestarles atencion. Se estaba mirando por dentro.

Se pregunto por que no sentiria en aquellos momentos mas alegria de la que experimentaba por haber logrado alcanzar un objetivo tan largo tiempo deseado. Pocos eran los seres humanos, que podian ver cumplidos sus deseos.

Y, sin embargo, su sueno mas deseado yacia tendido en la cama de una habitacion muy cerca de el. ?Donde estaba el extasis? Mientras su cerebro iba filtrando las posibles respuestas, se detuvo en una de ellas y comprendio intuitivamente que se trataba de la respuesta a su falta de entusiasmo.

En todos sus pasados ensuenos, habia evocado imagenes de Sharon y el a solas, los dos juntos y solos en aquella situacion. En sus fantasias no habia nadie, ni desconocidos ni que se interpusieran en su idilio. Y, por otra parte, jamas hubiera dado cabida en sus ensuenos a alguien tan vulgar y grosero como Kyle Shively y ni siquiera a nadie tan anodino como Leo Brunner o tan corriente como Howard Yost.

Y, sin embargo, alli les tenia. Si, su sueno se habia convertido en realidad, pero ello no habia ocurrido tal como el se habia imaginado. En el transcurso de las primeras semanas de preparativos y proyectos, no le habia importado la presencia de sus tres companeros.

Es mas, siempre habia sabido que precisaria de colaboradores. Al encontrarlos, se afianzo su confianza en el proyecto y los utilizo en calidad de bestias de carga al objeto de que le allanaran el camino hacia Camelot.

Reconocia que durante aquellas semanas les habia considerado unos simples amigos que le estaban echando una mano al objeto de que el pudiera conseguir su proposito. En sus suenos y deseos, ellos no iban a acompanarle en el transcurso de su luna de miel con Sharon.

Se quedarian atras, claro, y despues, en el etereo castillo de nubes, no estarian mas que Sharon y el con su amor y su idilio de vacaciones. Y el sueno se habia hecho realidad.

Pero no se habia producido la huida con Sharon dejando atras a los demas. Y lo peor era que tendria que compartir su amor con tres entrometidos que no eran dignos de gozar de aquella mujer y de aquel sueno.

Ella estaba alli y el tambien, pero tambien estaban los intrusos. Se imaginaba que esto ultimo era el precio que cobraba la realidad a aquellos que se atrevian a poner en practica sus suenos, este era el unico factor que le impedia experimentar alborozo.

Intento reflexionar acerca de la realidad. Intento consolarse pensando que no hubiera podido llevar a efecto aquel complicado plan sin la ayuda de otras personas.

Por consiguiente, sin la colaboracion de los demas, Sharon Fields no estaria en aquellos momentos en el dormitorio. Con la ayuda de los demas, podria gozar por lo menos de una parte del amor de Sharon, tal vez de la parte mas grande, superior a un cuarto, porque ella sabria comprender de inmediato que de los cuatro, solo el, Adam Malone, era digno de su amor.

Comprenderia en seguida que era el que mas la apreciaba, respetaba y amaba y el unico que era digno de su amor. Era imposible que no reaccionara adecuadamente.

Mientras reflexionaba, Adam Malone se habia ido adormeciendo poco a poco. Cerro involuntariamente los pesados parpados. En la oscuridad de sus pensamientos vio a Sharon y se vio a si mismo desnudo dirigiendose hacia ella, que mantenia extendidos sus brazos de alabastro y le invitaba y le llamaba con sus labios de carmin y su cuerpo de estatua.

Mas tarde, mucho mas tarde, alguien le rozo el hombro y se lo sacudio suavemente y Adam Malone se desperto y abrio finalmente los ojos y supo que llevaba dormido varias horas.

Leo Brunner se hallaba de pie a su lado con una mano apoyada sobre su hombro.

– Debo haberme dormido -dijo Malone con voz aspera-, estaba muy cansado. -Se incorporo esforzandose por eliminar las telaranas de su cerebro-. ?Que sucede, Leo?

– Ya esta -le dijo Leo con apremio en la voz-. Sharon Fields. Ha cesado al efecto. Ha recobrado el conocimiento.

La noticia la recibio Malone como un chorro de agua fria en la cara. Se desperto inmediatamente y se puso en pie.

– ?Que hora es? -pregunto.

– Las cinco y diez -repuso Brunner.

– ?Dices que ha recobrado completamente el conocimiento?

– Completamente.

– ?Ha hablado alguien con ella?

– Todavia no.

– ?Donde estan los demas?

– Esperandote -dijo Brunner-. Junto a la puerta, del dormitorio.

– Muy bien -dijo Malone asintiendo-. Creo que tenemos que hacer algo.

Entro apresuradamente y se dirigio al dormitorio principal seguido de Brunner.

Shively y Yost le estaban esperando impacientes junto a la puerta cerrada.

– Ya es hora -le dijo Shively-. Ha armado un alboroto hace cinco minutos. Ha gritado.

– ?Que dice? -pregunto Malone muy nervioso.

– Escucha -le dijo Shively.

Malone acerco el oido a la puerta y pudo escuchar la voz amortiguada de Sharon. Estaba gritando.

Malone se esforzo por entender las palabras, pero se lo impedia la separacion de madera. Malone noto que Shively le comprimia el biceps.

– Vamos, hermano -le estaba diciendo Shively-, ya hemos perdido bastante el tiempo. Adelante. Tu que te expresas tan bien, entra y empieza a hablar. Y hazlo bien.

Malone se libro de la presa de Shively y retrocedio. Se sentia nervioso y asustado, no sabia por que, solo sabia que no debiera haberle ocurrido tal cosa.

Los demas le estaban mirando desafiantes y el no se atrevia a hacer frente a la situacion. Penso que ojala estuviera solo, pudiera entrar y verla a solas, tranquilizarla, calmarla y ganarla.

– Tal vez -empezo a decir tartamudeando-, tal vez seria mejor que entrara solo. Y despues…

– Ni hablar, hermano -replico Shively-. ?Tu y ella solos ahi dentro? ?Para pasar el rato con ella mientras nosotros esperamos fuera? Nada, que no. Tal como siempre has dicho, estamos juntos. Entraremos todos.

Tu seras el portavoz y pondras en marcha la cosa. Tu haces el discurso. Tu la pones en antecedentes y despues nos jugaremos a las cartas quien empieza.

Malone no podia echarse atras.

– Muy bien -dijo vencido-, me parece que no tenemos mas remedio que afrontarlo.

Giro energicamente la manija de la puerta. Entraron en el dormitorio principal uno a uno. Primero Malone, despues Shively, despues Yost y despues Brunner.

Ella yacia en la cama de laton con los brazos extendidos y las munecas atadas a los pilares de la cama como una mujer a la que hubieran crucificado horizontalmente. La almohada le mantenia la cabeza ligeramente levantada.

Al abrirse la puerta y verles entrar, Sharon enmudecio.

Les miro muy asustada, poso los ojos en cada uno de ellos y les siguio con la mirada mientras ellos ocupaban sus puestos alrededor de la cama.

Les miro aterrada como si buscara desesperadamente descubrir la clave de lo que le habia sucedido y del porque la mantenian en aquel increible cautiverio y de lo que se proponian hacerle.

Habian ocupado sus posiciones alrededor de la cama sin pronunciar palabra. Malone habia acercado

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