torpemente una silla a la cama, se habia acomodado en ella y se quedo mirando a Sharon sin decir nada.

Yost se habia acomodado en el brazo de la tumbona. Brunner se habia sentado en la tumbona tras vacilar unos instantes. Shively acerco otra silla al otro lado de la cama y se sento en ella balanceandose hacia adelante y hacia atras.

En su calidad de portavoz del grupo, Malone se sentia visiblemente incomodo y se habia quedado transitoriamente sin habla, aturdido por la presencia de Sharon Fields y por la dificultad de su mision.

Brunner se mostraba muy preocupado por la enormidad de lo que habian hecho. Yost estaba aterrado. Solo Shively aparecia tranquilo y dando muestras de curiosidad acerca de lo que pudiera ocurrir.

Todos ellos habian estado contemplando a Sharon Fields, pero, a medida que pasaba el tiempo, el silencio se iba haciendo cada vez mas insoportable y Shively, Yost y Brunner concentraron toda su atencion en Malone, desafiandole una vez mas a que empezara.

Al ver que le miraban a el, Sharon Fields debio comprender que Malone era el jefe del grupo, porque ella tambien giro la cabeza en la almohada y se lo quedo mirando.

Consciente de la presion que sobre el estaban ejerciendo, Malone se esforzo por formular sus pensamientos y convertir finalmente la fantasia en realidad.

Tenia la boca y los labios secos y no hacia mas que tragar saliva en un intento de hallar las palabras mas adecuadas. Procuro sonreir para tranquilizarla y darle a entender que no eran unos criminales, de tal forma que se sintiera mas a sus anchas.

Su gesto afable parecio ejercer en ella cierto efecto. Porque casi inmediatamente y de un modo apenas perceptible la expresion asustada de sus ojos cedio el lugar a una expresion de perplejidad. Malone trago saliva una vez mas y quiso decirle que hacia bien en no asustarse porque aquello era lo mas importante, no asustarse, pero antes de que su cerebro le diera la senal correspondiente a la vocalizacion de las palabras, Sharon empezo a hablar.

Hablo en voz baja y casi sin aliento.

– ?Que son ustedes? ?Son secuestradores? Porque si son…

– No -consiguio responder Malone.

Parecio como si ella no le hubiera oido.

– Porque, si son secuestradores, han cometido un error, se han equivocado de persona. ?Saben -creo que debe tratarse de un error-, saben quien soy?

– Usted es Sharon Fields -contesto Malone asintiendo energicamente con la cabeza.

Ella le miro sin comprenderle.

– Entonces sera… les habran contratado. -empezo a decir esperanzada-. Ya se, debe ser un truco, una estratagema publicitaria.

Eso lo ha organizado Hank Lenhardt, el les ha contratado para que hagan esto y les ha dicho que lo hicieran como si fuera de verdad para que se publique en las primeras planas de los periodicos y constituya una propaganda de mi nueva pelicula.

– No, senorita Fields, no, lo hemos hecho por nuestra cuenta -dijo Malone-. Por favor, no se asuste. Le explicare, permitame explicarle.

Ella seguia mirandole. La expresion de perplejidad de su rostro habia desaparecido y estaba dando paso a la incredulidad y de nuevo al miedo.

– ?No es una estratagema? ?Me han me han secuestrado de verdad? -Sacudio la cabeza-. No puedo creerlo. ?Me estan tomando el pelo, no es cierto? Es algo que han organizado. Se callo al observar que Malone apartaba la mirada.

Su silencio constituia una elocuente y terrible respuesta que hizo que sus esperanzas empezaran a desvanecerse.

– ?Que es esto? -pregunto con voz temblorosa-. ?Quienes son todos ustedes? ?Por que me han atado de esta forma? Digame que sucede.

Esto es terrible, terrible. Jamas… no se ni que pensar ni que decir. No se.

Empezo a jadear y a respirar dificultosamente, muy cercana al histerismo.

En su intento por calmarla y evitar una escena, Malone saco fuerzas de flaqueza y consiguio hablar.

– Lo comprendera si me escucha.

Nosotros cuatro no somos criminales, no. Somos personas corrientes como las personas corrientes que usted conoce, como las personas que acuden a ver sus peliculas y la admiran.

Somos personas. -hizo un gesto como para incluir a sus companeros-incapaces de hacerle dano a nadie. Nosotros cuatro somos amigos y, al irnos conociendo mejor, averiguamos que teniamos una cosa en comun, una cosa que compartiamos; me refiero a un sentimiento.

Y era el hecho de considerarla a usted la mujer mas hermosa y mas maravillosa del mundo. Somos admiradores suyos, por eso constituimos una sociedad, un club. ?comprende?

Ella seguia mirando a Malone demasiado confusa para poder comprender nada.

– ?Pretende usted decir que son un verdadero club de admiradores o algo parecido?

– Un club de admiradores -dijo Malone aprovechando la frase-, si, mas o menos, pero no de los que suele usted tener, sino uno muy especial integrado por cuatro personas que han seguido su carrera y la han admirado y han visto todas sus peliculas.

Y eso nos indujo, nos hizo desear conocerla. Pero no somos unos criminales. No es un secuestro como esos de que se escribe. Esta manana no nos la hemos llevado ni por dinero ni para pedir un rescate. No tenemos intencion de causarle el menor dano.

Ella le interrumpio en un esfuerzo por comprender aquellas palabras incoherentes.

Hablaba con voz tensa.

– ?Que no es un secuestro? Si no es un secuestro, ?que es? Mire como estoy atada, no puedo moverme.

– Eso no sera mas que durante un rato -dijo Malone rapidamente.

– No lo entiendo -prosiguio ella haciendo caso omiso de sus palabras-.

?Saben lo que han hecho?-Recuerdo. ?ha sido esta manana? la camioneta de reparto. Fingieron preguntarme, entraron en mi propiedad. Me narcotizaron. Me secuestraron, me llevaron, no se a donde, no se donde estoy, me llevaron a la fuerza y me he despertado aqui con estas cuerdas. ?Acaso no es eso un delito? ?Por que estoy atada de esta forma? ?Que sucede? O yo estoy loca o lo estan ustedes. ?Que estan haciendo? ?Quieren decirmelo? Estoy asustada, muy asustada. No tienen derecho a hacer eso. Nadie puede hacer esas cosas.

Empezo a jadear y su voz se perdio.

– Lo se -dijo Malone asintiendo-, sabemos que no es facil lograr que lo comprenda pero, si me da usted la oportunidad y se tranquiliza y me escucha, se que podre hacerselo comprender.

– Malone se esforzo por hallar las palabras mas adecuadas.

Hasta entonces las palabras habian sido su punto fuerte, su cualidad mas destacada, por medio de la cual siempre habia conseguido ganarse la benevolencia y la compasion de los demas, pero por alguna extrana razon parecia que ahora se hubiera quedado sin ellas.

Estaba en juego el gran experimento. La fantasia convertida en realidad. Tenia que efectuar la traduccion sin cometer errores-.

Senorita Fields, tal como he intentado decirle, nosotros cuatro la venerabamos, queriamos conocerla, hallar el medio de conocerla personalmente.

Es mas, en cierta ocasion lo intente por mi cuenta. Fui a…

– Callate.

– Por primera vez habia hablado uno de los demas y el comentario procedia de Shively-. Cuidado. No le cuentes nada ni de ti ni de nosotros.

Malone asintio desconcertado, mientras Sharon Fields miraba a Shively y despues de nuevo a Malone con expresion consternada.

– Sea como fuere -prosiguio Malone-, lo que intentaba decirle es que las personas como nosotros, las personas corrientes, no tienen oportunidad de conocer a alguien como usted, a alguien que admiramos mas que a nadie, mas que a una novia o a una esposa.

Por consiguiente, nos inventamos este medio, el unico medio que se nos ocurrio para poder conocerla personalmente. No es que nos guste el metodo que hemos utilizado, se que es feo si no se comprenden los motivos, pero era el unico medio de que disponen las personas como nosotros.

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