los maricas. Nos imaginamos que estaria dispuesta a conocer a hombres como es debido. Nos imaginamos que cuando nos echara un vistazo y trabara conocimiento con nosotros, se divertiria y nosotros nos divertiriamos tambien acostandonos juntos que es lo autentico para variar.

Aqui no hemos venido a jugar al billar. Hemos venido para acostarnos con usted, este es el unico motivo de que la hayamos traido aqui y basta de mierdas.

Sharon le estaba mirando con expresion ofendida.

– ?Cochino bastardo! -dijo forcejeando para librarse de las cuerdas-. Esta usted mas loco que el otro. No le permitiria que me tocara ni con una pertiga de tres metros.

– Usted lo ha dicho, senorita, eso tengo precisamente -dijo Shively.

– Me dan ganas de vomitar -dijo ella mirando a Malone y a Yost-. Ya estoy harta de toda esta locura. Sueltenme antes de que se metan ustedes en un lio.

Sueltenme en seguida dondequiera que estemos. Si lo hacen ahora mismo, yo olvidare que ha sucedido, me lo borrare de la imaginacion.

La gente puede interpretar las cosas equivocadamente, cometer errores. Todos somos humanos. Lo comprendo. Lo dejaremos asi y lo olvidaremos.

– Yo no estoy dispuesto a olvidar nada -dijo Shively en tono implacable-. No vamos a dejarla salir hasta que nos conozcamos mejor. Quiero conocerla mejor. -Contrajo los ojos recorriendo las curvas de su figura tendida-. Si, mucho mejor. No tenga tanta prisa, senorita. La soltaremos a su debido tiempo. Pero no en seguida.

Brunner se habia adelantado.

Tenia la frente empapada en sudor y se dirigio a Shively:

– Tal vez debieramos olvidar todo este…

Shively se volvio hacia el.

– Tu te callas y me dejas a mi arreglar las cosas. -Volvio a mirar a Sharon Fields-. Si, sera mejor que se haga a la idea de hacernos compania algun tiempo. Le daremos tiempo para pensarlo.

– ?Para pensar que? -pregunto Sharon a voz en grito-. ?Que es lo que tengo que pensar?

– En compartir algo de lo que tiene con cuatro amigos. Ha demostrado que es la mujer mas excitante del mundo. Ahora le damos la oportunidad de que demuestre que es algo mas que eso.

– Yo a usted no tengo que demostrarle nada -dijo Sharon-, no tengo por que compartir nada con usted. ?Quien demonios se ha creido que es? Si me, tocan siquiera, ya me encargare de que todos ustedes acaben en la carcel de por vida.

No van a salir bien librados como me traten asi. Tal vez hayan olvidado quien soy. Conozco al presidente. Conozco al gobernador. Conozco al director del FBI.

Haran lo que sea por mi. Y, si yo se lo pido, les castigaran como jamas hayan castigado a nadie. Recuerdenlo.

– Yo que usted no amenazaria, nena -le dijo Shively.

– Le estoy, exponiendo unos hechos -dijo Sharon con firmeza-. Deben saber a que se exponen como me toquen. No bromeo. Por consiguiente, antes de que se metan en un buen lio, les aconsejo que me suelten.

Shively se limito a dirigirle una perversa sonrisa.

– ?Sigue pensando que es demasiado para nosotros, verdad?

– Yo no he dicho que sea demasiado ni para ustedes ni para nadie. Le estoy diciendo simplemente que soy yo, y que usted es para mi un perfecto desconocido con quien no me da la gana de tener nada que ver.

Quiero que me dejen hacer lo que quiera con quien quiera. No tengo intencion alguna de convertirme en un recipiente para el primer hombre que acierte a pasar.

Ahora ya lo sabe. Por consiguiente, dejeme vivir mi vida a mi manera y yo le dejare a usted vivir la suya.

– Yo estoy viviendo mi vida, senorita -dijo Shively esbozando una ancha sonrisa-. Asi es como quiero vivir, teniendola a usted al lado.

– Pues de mi no conseguira nada, ninguno de ustedes va a conseguir nada, por consiguiente, acepten los hechos, recapaciten y dejenme en libertad.

Shively puso los brazos en jarras.

– Mire, senorita, no me parece que este usted en condiciones de decirnos lo que vamos o no vamos a conseguir de Sharon Fields.

La osadia de Sharon empezo a desvanecerse. Se lo quedo mirando y despues miro a los demas.

Malone, que habia permanecido como ausente en el transcurso de la discusion, fue quien primero se aparto de la cama.

– Dejemosla descansar un rato. Vamos a la otra habitacion para poder hablar.

Los demas siguieron a Malone uno a uno.

Yost fue el ultimo en salir y, con la mano en la manija, se volvio hacia la cama.

– Pienselo, senorita Fields -dijo-. Sea razonable. Procure comprendernos. Nosotros la respetaremos pero procure usted respetarnos tambien a nosotros. De esta forma sera mejor.

Sharon Fields forcejeo como para librarse de las ataduras y grito:

– ?Larguese de aqui, cerdo! ?Recuerde lo que le aguarda como no me suelten ahora mismo! ?Les encerraran en la carcel hasta el dia que mueran! ?Recuerdelo, recuerdelo!

Se retiraron al salon, descorcharon las botellas de whisky y de bourbon y bebieron varias rondas. Mas tarde, al anochecer, tomaron una cena ligera.

Ahora se hallaban sentados una vez mas alrededor de la rustica mesita de cafe. Tres de ellos estaban bebiendo de nuevo.

Adam Malone, en cambio, prefirio fumarse un cigarrillo de hierba que acababa de liarse.

En las horas transcurridas desde la discusion mantenida con Sharon Fields, la conversacion habia ido y venido sin orden ni concierto, habia habido estallidos de conversacion, intervalos de silencio y mas conversacion.

Se habian dedicado en buena parte a repasar una y otra vez el intercambio de palabras que habia tenido lugar en el dormitorio de Sharon Fields, analizando lo que esta habia dicho, comentando su sinceridad, buscando los autenticos motivos que pudieran haberla inducido a rechazarles.

Al principio, Malone habia sido objeto de los burdos sarcasmos de Shively, este le habia dicho que habia sido un falso profeta que habia prometido guiarles hacia el paraiso dejandoles despues perdidos en el desierto. Pero lo mas curioso fue que, en general, Shively se tomo las cosas con mas tranquilidad que los demas.

Yost se mostro decepcionado y molesto por haberse esforzado en vano. A Brunner le habian intimidado las amenazas de Sharon y parecia un enfermo grave del mal de San Vito. Malone era el que mas abatido y silencioso se mostraba.

El rechazo de Sharon le habia desconcertado y su estado animico pasaba de la confusion a la incredulidad y la depresion.

Ahora, un poco separado de los demas y sentado frente al aparato de television, dio varias intensas chupadas al cigarrillo de hierba y procuro descubrir algun rayo de luz. Se negaba a aceptar el hecho de que la companera de su alma, inquilina desde hacia tanto tiempo de sus fantasias, le hubiera rechazado de una forma tan categorica en la realidad.

No podia creer que se hubiera equivocado por completo con respecto a ella, no podia creer que su gran experimento hubiera acabado en fracaso.

No le cabia en la cabeza que la soberbia aventura del Club de los Admiradores hubiera acabado en agua de borrajas. Mientras fumaba, se agudizaron sus sentidos, si bien no su espiritu, y empezo a escuchar la conversacion acerca de Sharon Fields que se estaba desarrollando al otro lado del salon.

Estaban revisando de nuevo lo ya revisado, seguian buscando la forma de salir de la cienaga de aquel apuro. Estaba hablando Yost.

– ?Quien se hubiera imaginado que seria mas fria que una monja? No se si habla con sinceridad o nos engana. Quiero decir que no se si es lo que tiene que ser de acuerdo con el evangelio segun Adam, o si es lo que ella dice que es.

– Por mi parte yo la creo -estaba diciendo Brunner-. Creo que esta absolutamente horrorizada a causa de este incidente y, dado el caracter del mismo, no quiere saber nada de nosotros.

– Pues yo os digo que no me creo nada de lo que ha dicho esta perra engreida, ni una sola palabra me creo - estaba diciendo Shively-. ?Pero habeis oido que mierda nos ha estado contando? ?Que hace un ano que no la toca ningun hombre? Pues eso ya ha pasado, ja, ja.

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