despiadado.
Dios mio, por favor, dejame morir, dejame morir para siempre.
Y de repente su ardoroso cuerpo se lleno a rebosar como si un tumor maligno la desgarrara una vez mas por dentro y la partiera en dos mitades como en un potro de tormento, gritaba con toda la fuerza de sus pulmones pero nadie podia oirla y entonces noto que se tensaba encima suyo, le oyo lanzar un profundo suspiro, un suspiro que se convirtio en prolongado gemido y el aliento a alcohol le lleno toda la cara y su interminable y podrida polucion le ensucio las mas reconditas rendijas de su ser.
Y, al final, termino. Dejo caer encima suyo todo el peso de su huesuda figura, jadeando y respirando dificultosamente. Otra bonita violacion en su haber.
– Conque eso es Sharon Fields -le oyo murmurar.
Yacia tendida como si estuviera muerta, apenas un ser humano, mas parecida a un animal torturado sin apenas resistencia tras su irremediable derrota. Al abandonar el la cama, su cuerpo subio y bajo con el colchon. Le oyo dirigirse al cuarto de bano, noto la luz del cuarto de bano sobre sus parpados, oyo el rumor del agua del deposito del inodoro, oyo el rumor del agua del grifo.
Al abrir los ojos, le vio de pie junto al tocador poniendose los pantalones.
Despues, le vio acercarse a la cama abrochandose el cinturon. La estudio brevemente.
– Estas muy bien, nena -le dijo muy contento-, pero la proxima vez todavia estaras mejor. Cuando aprendas a colaborar, comprenderas que se pasa mejor.
Me lo has puesto un poco dificil al principio Me has obligado a trabajar. Me has obligado a terminar antes de lo que tengo por costumbre. Pero te prometo que la proxima vez lo haremos como es debido.
Ella yacia mirando hacia el techo, sumida en la degradacion, experimentando la sensacion de que le serpeaban por dentro y por fuera cosas sucias, sintiendose sucia y enferma y deseando morir.
– Tienes que reconocer -le estaba diciendo el-que no te he hecho dano, no te he hecho nada malo ni te he cambiado nada. ?A que viene, pues, tanto alboroto? Ya ha terminado y ha sido divertido. ?Por que no te tranquilizas un poco? Ella mordio el panuelo y los ojos se le nublaron una vez mas a causa de las lagrimas.
– ?Quieres que te abroche la blusa antes de que te duermas? -le pregunto el.
Ella no reacciono, todo te daba igual, Ya nada le importaba. El Malo se encogio de hombros y le junto las dos partes de la blusa sin abrocharsela.
– De lo contrario, vas a pillar un resfriado. -Le acerco los dedos a la parte posterior de la cabeza y empezo a deshacerle el nudo-. Creo que te has ganado el derecho a respirar un poco mejor. -Le quito el panuelo y se lo volvio a guardar en el bolsillo-.
Ya esta, nena. ?Asi esta mejor, eh? Tenia la boca y la lengua demasiado secas para poder hablar. Se paso la lengua por el velo del paladar y el interior de las mejillas para estimular la secrecion salival y, al final, lo consiguio.
– ?Cochino hijo de puta! -grito-. ?Maldito y cochino hijo de puta! Voy a castrarte, matarte, aunque me cueste la vida ?voy a agarrarte!
El abrio la puerta, miro por encima del hombro y esbozo una ancha sonrisa.
– Pero si ya me has agarrado, carino. Me lo has agarrado todo, es lo maximo que puedes agarrarme.
Ella lanzo un grito y rompio a llorar y a sollozar sin poderse contener, mientras se cerraba la puerta. Diez minutos mas tarde, tras haberse preparado un bocadillo de carne y queso y un gran vaso de cerveza, Shively se encontraba sentado en el sofa del salon gozando de aquel refrigerio tras haberse fumado el cigarrillo que tanto le apetecia.
Masticaba el bocadillo y sorbia la espuma de la cerveza esforzandose por no prestar atencion a los sollozos procedentes del dormitorio principal.
Sus llantos y sollozos eran constantes y podian oirse muy bien.
Se habia imaginado que aquella estancia estaba lo bastante aislada del resto de las habitaciones del refugio como para ser a prueba de sonidos. Pero la habia oido llorar desde el pasillo mientras se dirigia a la cocina y ahora la estaba oyendo desde el salon y penso que no debia haber cerrado bien la puerta.
Penso en la posibilidad de regresar para cerrarla mejor, de tal forma que no se oyera el alboroto que estaba armando y se despertaran los demas.
Al principio habia pensado no contarles a los demas lo que habia hecho, pero despues penso que, que demonios, lo averiguarian a traves de ella o lo averiguarian cuando repitiera la hazana al dia siguiente y, ademas, tal vez fuera conveniente que se enteraran para que se olvidaran de aquella mierda de la colaboracion y gozaran de aquellas dos semanas de vacaciones exactamente igual que el.
Masticaba el bocadillo y bebia cerveza tranquilamente sentado, sin molestarse en reflexionar acerca de lo que acababa de hacer como no fuera para pensar en el cuerpo semidesnudo de Sharon y en lo mucho que hubieran deseado muchos hombres tener el valor que el habia tenido y estar en su pellejo.
Penso en todo eso y penso en lo mucho que le envidiarian sus viejos companeros de la compania Charlie de la 11 brigada del Vietnam si lo supieran, pero no lo sabian y jamas podrian saberlo, maldita sea.
Todos solian fanfarronear mucho por aquel entonces, especialmente los oficiales, todos presumian de los traseros de que habian gozado cuando entraban en las aldeas, pero, que demonios, ninguno de ellos habia gozado jamas de un bocado tan escogido como Sharon Fields.
En los momentos en que no le distraian los sollozos de Sharon, Shively pensaba satisfecho en todas estas cosas, y decidio esperar un poco por si alguno de los demas se habia despertado.
Como un globo enfundado en un arrugado pijama a rayas, Yost fue el primero en aparecer, frotandose los ojos.
Su mirada iba de Shively al pasillo y a la fuente de aquellos constantes sollozos. Se acerco a Shively perplejo y se sento a su lado, en el sofa.
– ?Que ocurre? -Pregunto.
Shively tenia la boca llena y tardo un poco en contestar. Mascaba y sonreia y dirigia los ojos al techo sonriendo enigmaticamente. Se divertiria haciendole esperar.
– ?Es que le ocurre algo? -insistio Yost.
Shively trago ruidosamente el bocado y, antes de poder contestar, descubrio la ridicula figura del viejo Brunner entrando en la estancia.
El perito mercantil, mas pelado, que una anguila y mas blanco que la tiza, vestido unicamente con unos calzoncillos azules que hacian que sus delgadas piernas varicosas parecieran palillos, se estaba poniendo las gafas y mirando preocupado a sus dos companeros.
– Me ha parecido oir ruido y me he preocupado -les dijo acercandose. Ladeo la cabeza y descubrio la divertida mirada de Shively.
– Es la senorita Fields, ?verdad?
– La misma que viste y calza -repuso Shively guinando el ojo.
Brunner cruzo rapidamente la estancia y se sento frente a los otros dos.
– ?Que sucede? Shively ladeo la cabeza en direccion al pasillo y escucho.
Los sollozos habian disminuido notablemente, habian empezado a menguar, a hacerse intermitentes. Asintio satisfecho.
– Asi esta mejor. Sabia que se calmaria.
Yost agarro el hombro del tejano y lo sacudio con impaciencia.
– Deja de andarte con rodeos, Shiv. ?Que ha ocurrido? Shively examino sus expresiones de curiosidad y despues se metio pausadamente en la boca el resto del bocadillo. Se reclino en el sofa y se froto el torax satisfecho.
– Muy bien, queridos consocios del Club de los Admiradores, ya podeis anotar lo siguiente en nuestro diario de campana. ?Preparados? Yost y Brunner se inclinaron hacia adelante.
– Me he acostado con ella -les dijo Shively-, anotadlo en vuestros diarios. Kyle Shively se ha acostado con Sharon Fields. Hay quien dice y hay quien hace, y escribid que el viejo Shiv es de los que hacen. ?Que os parece? Enlazo las manos en la nuca y sonrio contemplando la reaccion de los otros dos.
– ?Que has hecho? -le preguntaron a gritos desde un extremo del salon.
Era Adam Malone, con la camisa por encima de los tejanos azules, cruzando descalzo la estancia con el rostro desencajado-. Me ha despertado Leo al levantarse y no estoy muy seguro de haberte oido bien, Shiv. -Se detuvo junto a la mesita de cafe-. ?He oido lo que he creido oir?
