me parece bastante logico. Supongo que sabe que tiene que oponer resistencia para que no se la considere una perdida.
Por consiguiente, no me extrano demasiado. No se como debio comportarse con Shiv, pero conmigo no se resistio demasiado.
Aunque haya luchado un poco, no creo que ahora le apetezca hacerlo. Hasta casi me atreveria a decir que no opondra resistencia alguna.
Ya ha montado su espectaculo y me parece que ahora ya esta dispuesta a considerar inevitable cualquier cosa que ocurra. Shiv y yo os hemos allanado el camino. No tropezareis con dificultades.
– Yo no quiero -dijo Malone enojado-, no quiero participar en la violacion.
– Yo tampoco, Adam -le aseguro Brunner a su aliado-. Pero, puesto que ya se ha producido, siento curiosidad al respecto.
– La violacion apesta -dijo Malone.
Yost se estaba molestando.
– Ya basta, Adam. Deja de comportarte como un 'boy-scout'. Ya eres mayorcito. Sabes igual que yo que la mitad de las relaciones sexuales que estan teniendo lugar esta noche en el mundo constituyen alguna forma de violacion.
Hombres que fuerzan a las mujeres de alguna manera, que las obligan a compensarles por haberse casado con ellas, o por haberles conseguido empleo o por haberles hecho regalos o haber salido con ellas.
Eso es una violacion analoga a la otra.
– Sabes muy bien a que me refiero -dijo Malone.
– Y tu sabes lo que yo pienso -dijo Yost.
Brunner, no obstante, seguia insistiendo al tiempo que se pasaba la lengua por los resecos labios.
– Howard… mmmm si no fuera incorrecto preguntarte ?que le has hecho?
– ?Te refieres a si le he hecho alguna filigrana? No, la primera vez eso esta excluido. Soy muy anticuado tratandose de la primera vez. Simplemente lo normal. Me he acostado con ella al estilo corriente.
– ?Quieres decir como suele hacerlo la mayoria de la gente?
– Claro. Unas cuantas caricias para calentarla y calentarme yo. Tiene unos pechos preciosos, los mas grandes que he visto, y bastan y sobran para excitarle a uno, y despues tiene un bocado que te aspira hacia adentro como no te puedes figurar.
Y, cuando ya estas dentro, bueno, tal como ya he dicho, lo demas ha sido normal, yo encima y ella debajo. Ningun problema.
– ?Como es? -quiso saber Brunner-. Quiero decir.
– Ya se lo que quieres decir -le interrumpio Yost-. ?Que si esta hecha como la diosa sexual que dicen que es? Pues te dire una cosa. Los suenos de Adam se acercaban a la realidad.
Sharon Fields, en cueros, es una preciosidad. Eso es indudable. Ya sabes que dicen que a oscuras son todas iguales.
Pues no es cierto. Sharon es algo especial. Sexualidad pura. Y cuando le echas un vistazo a lo que tiene entre las piernas… -Junto las manos-. Te digo, Leo, que ya no volveras a ser el mismo. Tal como dice Shiv, no os fieis de mi palabra esta a vuestra disposicion.
Brunner esbozo una leve mueca.
– Ah, no, yo no estaba pensando en eso. Solo queria…
– Pues ya podrias empezar a pensar en ello. Esta despierta y esperandoos a cualquiera de vosotros. No seas tonto y aprovecha.Serias un anormal.
?Quieres saber como es, Leo? ?El cuerpo mas celebre del mundo? Ve a verlo tu mismo.
Dirigiendole a Malone una rapida mirada, el perito mercantil intento darle explicaciones a Yost.
– No, puedes creerme, no estaba pensando en eso, Howard. Solo pensaba que bueno, no he visto jamas de cerca a una mujer tan famosa practicamente desnuda. -Vacilo-.
Pensaba que todo lo mas que haria, bueno, seria tal vez entrar a echarle un vistazo pero nada mas.
Y tal vez explicarle que no tiene que preocuparse, por lo menos en lo concerniente a Adam y a mi.
Quisiera decirle que no tenemos ninguna intencion de causarle el menor dano.
– Haz como gustes -dijo Yost bostezando-. Yo voy a acostarme Manana sera otro dia y menudo dia va a ser. Buenas noches a los dos.
Tras de retirarse Yost, Brunner se quedo de pie muy cohibido.
Despues trago saliva y miro muy turbado al afligido y distante Malone.
– Yo quiero saludarla -dijo carraspeando.
Malone no levanto los ojos.
Con las manos temblorosas, Brunner se subio recatadamente los calzoncillos y se dirigio de puntillas al pasillo.
Estaba mirando las vigas del techo. El espanto y la desesperacion psiquica le impedian razonar con logica. Su ser se habia convertido en una vasija rebosante de veneno.
No se sentia ni animal, ni vegetal, ni mineral.
Tardo mucho rato en darse cuenta de que otra presencia compartia con ella su celda.
Contrajo los ojos para enfocarle mas alla de la elevacion de su busto desnudo y los pies de la cama.
Estaba a escasa distancia de la puerta cerrada, era como una especie de bicharraco albino disfrazado de hombre, alli de pie con las gafas puestas y los calzoncillos, mirandola como si en su vida hubiera visto a una mujer.
Lo identifico haciendo un esfuerzo. El Tiquismiquis. El Viejo Sucio. El mismisimo V. S. en persona.
Le miro con desprecio y despues dirigio de nuevo la mirada hacia el techo. Pero sabia que se estaba acercando, que se estaba acercando con sus escualidas piernas varicosas. Ya estaba alli, al alcance de la mano.
– He venido porque queria decirle senorita Fields -empezo a decirle tartamudeando-que todos no somos iguales y que algunos de nosotros no queriamos lastimarla.
– Muchas gracias por nada -le dijo ella amargamente.
– Nosotros queriamos conocerla.
– Si, conocerme antes de acostarse todos conmigo. Son ustedes unos perfectos caballeros, ya lo creo. Muy bien, ya me han conocido. Ahora larguese, estupido.
No hubo respuesta.
Sorprendida de su silencio, le miro.
Y se percato de lo que estaba sucediendo. Ya podia despedirse de toda honradez o amabilidad por parte de aquel imbecil.
Le estaba contemplando el cuerpo con los ojos desorbitados, se lamia los labios y le temblaba toda la huesuda figura como de carton piedra.
Comprendio desalentada lo que le estaba ocurriendo. Estaba tendida practicamente desnuda a todos los efectos.
Su ultimo asaltante no se habia molestado en cubrirla ni por arriba ni por abajo. El Tiquismiquis le estaba contemplando los pechos y las partes genitales.
Resultaba asqueroso y mortificante, y su desesperado odio hacia aquellos hombres le infectaba todos los poros de su ser.
– Ya me ha oido -repitio con abatida desesperacion-, larguese. Ya me ha visto. Ya habra visto en otras ocasiones cosas parecidas, por consiguiente, vayase.
Respiraba como un asmatico.
– Yo jamas he visto a ninguna mujer tan hermosa. Jamas he visto a nadie asi.
No se, no se. Le miro los calzoncillos azules. Parecia que en su interior hubiera un raton suelto. Vio que habia algo que los empujaba hacia arriba. Volvio a sentirse enferma.
El viejo bastardo parecia que se hubiera descoyuntado. Jadeaba.
– No puedo evitarlo. Perdoneme pero tengo que tocarla. Se arrodillo en la cama a sus pies.
Estaba serpeando hacia ella como un pobre desgraciado perdido en el desierto y enloquecido por la sed.
Penso instintivamente que, si oponia resistencia, tal vez este recapacitaria y no tendria el valor de forzarla.
– Dejeme ver y tocar -musito.
